Todo está bien. Desde la llegada de las
criaturas, no ha habido de verdad cambios significativos. Esto puede no parecer
coherente pero es un hecho: seguimos siendo los mismos a pesar de saber que
están allí, aquí, a pesar de saber que no estamos solos en este vasto universo.
Claro que la mayoría de nosotros nos quedamos mirando al cielo por horas y nos
hacemos un sin fin de preguntas que tal vez nunca tenga una respuesta
satisfactoria, pero la vida ha tenido que seguir igual.
Los niños siguen yendo al colegio, los jóvenes
adultos a las universidad y los demás al trabajo. Esa rutina no ha cambiado en
nada pero sí las conversaciones que se escuchan en los pasillos de todas
partes. Dentro de los seres humanos hay algo que se mueve y que quiere saber más
pero también hay algo que nos impide dejarnos llevar por lo que nuestro
instinto desea. Muchos quisieran saber mucho más pero simplemente no pueden y
saben que podrían no saber manejarlo propiamente.
Las criaturas están en lugares específicos,
compartiendo espacios con científicos y otras luminarias del mundo. Unos tratan
de aprender su idioma y otros quieren comprender como fue que llegaron hasta
aquí. La búsqueda de respuestas es algo lenta pero cada cierto tiempo sucede un
descubrimiento emocionante que hace parecer que la misión no es una perdida de
tiempo completo. Muchos en el público desearían que todo se detuviera pero esas
novedades eliminan la relevancia de sus deseos.
Las criaturas han sido vistas por todo el
mundo pero no parecen tener ningún deseo real de comunicarse con cada uno de
nosotros. Por el contrario, parece que incluso se aburren de cuando en cuando y
es entonces cuando se escuchan las noticias más extrañas como que alguien les
quiere enseñar a bailar o simplemente les muestra una película para que vea
algún aspecto fundamental de la cultura humana. Siempre que esto sucede, las
criaturas parecen entrar en una extraña parálisis.
Las razones para ello no son completamente
claras pero lo que es cierto es que llevan aquí casi un año y los avances en el
intercambio son mucho menores a lo que se desearía. Los que aprenden su idioma
han preguntado una y otra vez: “¿Que quieren?” y “¿Porqué están aquí?”, pero
las criaturas siempre responden con una frase confusa, algo del estilo de una evasiva
humana pero en su idioma. No hay manera de presionarlos sin que se asusten o
tal vez ataquen así que tras horas de frustración, siempre se vuelve a como
estaba todo con anterioridad, sin apuro aparente.
La cultura humana ya ha sido irremediablemente
afectada por la llegada de estos nuevos vecinos. Las películas, los análisis
filosóficos, la música, el teatro, la pintura y todas las demás artes han
mutado y han querido incluir en si mismas una parte de lo que sea ha podido
entender de la cultura de ellos. Al parecer también entienden el arte pero para
ellos es algo más funcional que para nosotros. Han mostrado elementos antiguos
de su civilización y su escritura parece ser esencial para el intercambio entre
unos y otros.
Los seres humanos nos apoyamos en nuestra voz,
en lo que tenemos para decir y solo usamos la escritura como una muleta muy
útil cuando queremos dejar algo más que claro. Ellos, por el contrario,
utilizan su escritura casi como una manera de comunicación que va más allá de
lo físico y tiene un nivel más allá, con sutiles cambios si un ser lo mira de
un lado o de otro, o incluso con un estado de ánimo particular o no. Parece ser
que su escritura es la base de sus avances como especie.
Por supuesto, todo debe ser un intercambio
justo y coherente. Por eso se les han presentado copias de escritura de todo el
mundo así como elementos artísticos y de importancia cultural esencial para
cada uno de los habitantes del planeta Tierra. La idea es compenetrar ambas
culturas y que pueda llegar a existir, si no una convivencia, una comprensión
completa de todo lo que es el otro y hasta donde puede llegar su civilización y
cuales son los propósitos esenciales de cada una.
Los avances parecen lentos y de pronto saltan
en el tiempo de un momento a otro, gracias a un momento de claridad de uno de
los científicos humanos a un segundo de autentica curiosidad por parte de los
visitantes. Es extraño ver como, cada cierto tiempo, la noticia del día parece
ser el haber aprendido algo nuevo el uno del otro. Es de una importancia máxima
pero para el público de a pie son cosas que probablemente jamás lo afecten en
lo más mínimo, en su vida personal o social.
Las personas alrededor del mundo están
fascinadas con lo que sucede pero la verdad es que la mayoría no tiene la más
remota idea de cómo responder ante todo
lo que ha sucedido. Después de todo, han visto seres de otro planeta
interactuar con humanos, han visto naves especiales estacionadas sobre las
nubes y han aprendido una cierta cantidad de cosas que jamás creyeron que
existieran en un lapso de tiempo relativamente corto. Es casi un milagro que
los seres humanos no se hayan vuelto completamente locos después de tantas
cosas nuevas.
Pero así es. Seguimos aquí mismo, sin que
nadie nos mueva de verdad del sitio que nos hemos hecho para aprender, crecer,
vivir la vida y luego morir. No se ha detenido nada de eso desde que ellos
llegaron y no parece que nada de lo que hacemos a diario tenga ninguna
influencia en lo que sucede. Obviamente les interesa como vivimos nuestra vida
y como entendemos el universo pero el hecho de que existan no tiene nada que
ver con que nuestras responsabilidades siguen vigentes, como siempre.
El dolor y el horror, la esperanza y el amor,
y todos los sentimientos que hay entre esos, siguen existiendo sin ningún
problema. Lo único que tal vez ha cambiado es la curiosidad innata del ser
humano que parece ser ahora algo inevitable para cualquier persona viva. Nunca
antes hubo tantos que quisieran dedicarse al entendimiento integral del mundo
que nos rodea y eso por supuesto ha sido algo muy bueno para la ciencia, la que
intenta desenredar todo esto que tenemos delante nuestros.
Es interesante ver como la gente se ha vuelto
más apasionada por las cosas que de verdad importan. Claro que unos se siguen
matando por estupideces pero ahora hay como una insistencia en querer comprender
todo lo que pasa a nuestro alrededor, y ya no es algo que solo las personas más
educadas tengan en su interior. Ahora es algo generalizado que ha causado que
incluso las personas con menos oportunidades quieran ser instrumentos para
poder aprender más todos los días.
Vivimos en un mundo emocionante, que quiere
saber más pero que también mantiene los pies sobre la tierra. No es fácil pero
nuestro mundo no se puede permitir detenerse como si nada. Seguimos necesitando
alimentos, seguimos necesitando buena salud para poder aprender y emplear
nuestros conocimientos para todos crecer juntos en un mundo donde las
oportunidades sean más y para más de nosotros. Hay que seguir trabajando como
siempre, caminando hacia delante y tratar de cumplir nuestras metas como seres
individuales y como colectivo.
Ellos siguen estando allí, por supuesto, y no
parece que tengan ninguna intención de dejarnos en ningún momento. Muchos
especulan que quieren de verdad aprender, que han sido enviados para poder
hacer un intercambio real y sustancioso pero para hacerlo se necesita tiempo y
construir puentes de comunicación resistentes a todo. Siguen habiendo muchas
preguntas que salen de todos los rincones del ser humano pero la clave es tener
paciencia y confiar en que todo saldrá bien. Todo está bien.