-
Gratis?
Lo miré como si estuviese loco y, lo más
probable, es que así fuese. No había pensado mucho antes de reunirme con él, un
viejo amigo o tal vez fuese más un “amigo”. Sí, yo estaba desesperado. Esa es
la palabra. No hay ninguna otra manera de decirlo. No había trabajado nunca así
que no puedo decir que estuviese desempleado pero ciertamente se sentía así y
ya estaba al borde del colapso nervioso.
-
No sería gratis. Nos tendrías como referencia en tu hoja de
vida y te ayudaríamos cuando tuviéramos un lugar para ti, uno permanente.
Sí, eso era lo que siempre sucedía.: la gente
llegaba a mi y parecía que fuera Jesús mismo curando a los enfermos. Hablaban
como si estuviesen dándole pan a los pobres pero las ofertas, por alguna razón,
eran cada vez más ridículas. Cierto, no tengo nada que hacer en el día además
de escribir para no perder la cordura pero eso no significa que no sepa cuanto
vale mi trabajo, especialmente cuando rozo la treintena. Treinta años en los
que no tengo nada que hable de mi, nada que valga con el mundo al menos.
- Eso es gratis. Y tu
sabes que no va a salir ningún trabajo.
- Mira…
-
No. No me interesa.
En ese momento mi “amigo” se puso a la
defensiva. Todo su cuerpo parecía haber cambiado, como si estuviera mutando
frente a mi. Casi podía ver como cada musculo de su cuerpo se volvía de piedra,
como su estomago se cerraba y su presión arterial subía. No le gustaban que le
dijeran que no pero eso a mi simplemente nunca me ha importado. Que se joda.
- En serio vas a negar
ayuda cuando…
-
Cuando que? Dime, cuando que?
Miedo. La gente cobarde siempre tiembla como
una hoja si alguien que no tiene miedo o parece no tenerlo, se les para en
frente y los reta. Es algo fácil de hacer. Solo se necesita talento actoral,
cosa que tengo, al menos en el campo de la mentira. Moriría de hambre sobre un
escenario pero mentir se me da siempre muy bien. Pero en este caso no había
necesidad porque solo se miente cuando es algo importante. Con alguien así, no
vale la pena la creación de algo tan elaborado como una mentira.
-
Si acaso has buscado trabajo?
En ese momento me puse de pie, cogí el café ya
frío que yo mismo había tenido que pagar, y se lo lancé a la cara. Acto
seguido, salí de la cafetería, casi corriendo. Siempre había tenido problemas
controlando mi ira y en ese momento también me había controlado. Mi mente había
pensado en molerlo a golpes pero lo mejor era hacer algo sutil y mucho más
embarazoso. La gente soporta golpes pero nunca soporta la vergüenza.
A mi casa me fui caminando. No era cerca pero
no importaba; no tenía nada que hace, la tarde era de buen clima y hacía mucho
no hacía ejercicio de ningún tipo. Además no
tenía ganas de llegar a mi casa o,
técnicamente, a la casa de mis padres. Para que? Si todos los días hacía lo
mismo: por la mañana actualizarme socialmente, por la tarde escribir y despejar
mi mente y por la noche buscar trabajo y ver pornografía. Que más podía hacer?
No era una posibilidad forzarme dentro de
alguna oficina o compañía. El mundo funciona a partir de quien conoces y yo o
no conozco a nadie o simplemente prefiero no usar a la gente que quiero como
peones para algo más. Y aparte de gente que aprecio solo conozco gente que
físicamente no me importa y sé que ellos lo ven y lo sienten. Así que nunca, ni
en un millón de años, alguno de ellos me ayudarían.
Lo que me hace gracia es que ellos son lo que
siempre que me ven me dicen cosas del estilo de “Si escribes muy bien!” o “Eres
muy inteligente”, como si conocieran o como si yo tuviera algo que ellos
pudiesen usar. Creo que muchos lo hacen por el futuro: quien sabe si en unos
años yo sea el que esté arriba y ellos abajo y entonces me necesiten como yo
los necesito ahora. Pero dudo que eso pase alguna vez, simplemente no es
posible.
Nunca he creído en los cuentos de hadas ni en
las historias de positivismo en las que todo sale bien. A mi las cosas no me
salen bien, solo me salen cuando me salen y eso es todo. No me puedo ni alegrar
mucho porque nada es gratis, excepto el trabajo que quieren que haga. Me parece
insultante que me quieran usar para hacer cosas que un simio entrenado puede
hacer y después esperen que todos seamos amigos y nos queramos. Que putas tiene
la gente en la cabeza?
Cuando llegué a mi casa, solo estaba mi mamá.
Mi hermano estaba estudiando, mi hermana y mi padre en el trabajo. Solo mamá,
una consumada ama de casa, estaba siempre allí. Y aunque de vez en cuando me
preguntaba sobre lo que haría con mi vida, ella sabía que yo no tenía respuesta
alguna a sus dudas.
Me pregunta a menudo si quiere estudiar otra
cosa, que no estoy muy viejo para eso pero la respuesta siempre es no. No le
veo el caso a estudiar nada más, eso no me va a ayudar a encontrar quien me
pague por hacer algo. Y mucho menos si estudio algo que de verdad me interese.
Y ciertamente no me refiero a una ingeniería, medicina o alguna otra cosa que
tenga que ver con ciencias, para lo que no tengo ni una neurona de inteligencia.
Además mi paciencia para todo es limitada.
No se confundan; sé que la culpa de la mayoría
de cosas que pasan a mi alrededor es mía. Pero así soy yo y no soy nadie m ás y ciertamente no creo en los cambios mágicos de nadie en nada y no
necesito cambiar nada. A diferencia de la mayoría de seres humanos sé que tengo
defectos y los acepto. Pero el aceptarlos no quiere decir, de ninguna manera,
que quiera eliminarlos o cambiarlos. Además no creo que eso exista. No se puede
dejar de ser quien siempre se ha sido y si conocen a alguien que sí lo haya
hecho, consigan el número de un buen instituto psiquiátrico.
Pero mi mamá no me preguntó nada ese día. Me
preguntó solamente si tenía hambre y le dije que no a pesar de que me dolía el
estomago. Y lo hice porque si hay algo me apasione es sumergirme en mi propio
dolor. Sé que es masoquista pero a veces es mejor ver todo de frente y no
ocultarse. Hacía mucho no lloraba y pensé que lo iba a hacer pero no pude. Fue
como si me hubiera secado y no fuera capaz de producir ni una lágrima.
Me acosté en mi cama mirando al techo y pensé
en todo lo que me aquejaba y me di cuenta de que no puedo forzar a nadie para
que me de trabajo. Y he escrito tanto que es imposible que alguien no piense
que tengo experiencia, así no sea paga. Así que no es tanto mi culpa, o al
menos no en un cien por ciento. También es que para este mundo, un cualquiera
que dice que le gusta escribir no es nadie porque no es algo que le interese a
nadie.
Hoy en día la gente importante son aquellos
que ganan mucho dinero y pueden mostrarlo a los demás con fiestas y regalos y
excesos superficiales. También son importantes los que tienen vidas falsamente
felices pero que hacen tan buen trabajo mintiendo sobre su realidad, que hasta
ellos terminan creyéndose sus propias mentiras. Y la gente optimista, esos son
los chicos populares de la escuela de la vida. Casi nadie odia a un optimista
consumado, excepto un realista amargado como yo.
No, no sé cuando llegue mi momento, si es que
llega. De pronto enloquezca primero y decida suicidarme o tal vez encuentre mi
pasión pérdida en algo que siempre estuvo allí. Pero la verdad es que ahora no
quiero ser feliz ni sentirme bien conmigo mismo. Quiero dinero. Quiero ese
dinero y ese trabajo que hace que la gente, la sociedad, piense: “Ese es alguien”. Yo quiero
ser alguien porque ahora no soy más que un espectro de algo que nadie quiere ni
necesita, ni siquiera yo mismo. Esa es la verdad. Dura? Sí, y que?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario