Sin oxigeno no podríamos vivir. Ese es un
hecho innegable. Sin agua tampoco o sin los minerales y vitaminas que
consumimos con cada alimento. Nuestras vidas, nuestra existencia como especie
depende de muchos factores, muchas veces pequeños, que deben existir para
nosotros existir también. Pero algo que también debe haber para seguir adelante
son las ideas. Sin ideas, cualquier ser humano se estanca y comienza a
repetirse, comienza a ser lo mismo que ha sido antes o lo mismo que otros han
sido antes, que puede ser mucho peor. Sin imaginación, la única ventaja
evolutiva del ser humano se muere y, sin darnos cuenta, nos vamos muriendo por
culpa de la rutina, de hacer y decir lo mismo todo los días.
Como el aire que necesitamos respirar, la
imaginación es clave para que cada individuo puede sentir que tiene
posibilidades. No importa de que. Sea de progreso o de reproducción o de ser el
mejor, sin imaginación y las ideas que produce no podríamos nunca tener nada de
lo que quisiéramos, sea algo “pequeño” o algo “grande”. El tamaño de esas ideas
es algo relativo ya que no son lo mismo para cada persona pero son esenciales
para ir impulsándolo por la vida. Sea aprender más de algo o conocer a alguien
nuevo o de pronto lograr ese puesto deseado, todas son ideas, también llamadas
ambiciones, que mueven el motor mental de cada ser humano y lo hacen ser
inventivo para llegar a lo que quiere.
Hay que hacer la diferencia: las ideas no son
sueños ni anhelos. Estos casi nunca ocurren de verdad y tienen siempre un
elemento que los hace imposible de realizar. Los sueños, aunque parezca que no,
son cosas que uno quiere ya, sin mayor esfuerzo. Son ideas fantásticas pero no
ideas prácticas o realistas. Ser presidente es un sueño, por ejemplo. No es que
sea algo imposible pero no es realista en la gran mayoría de los casos. O por
ejemplo tener un cuerpo definido e “ideal”. No es realista si la persona busca
obtener ese cuerpo sin el menor esfuerzo posible.
En cambio las ideas son casi siempre
estructuradas, tienen un proceso y una razón por existir. Nadie tiene una idea
sobre algo que saben en lo más profundo de su ser que es imposible. Un idea
siempre parece factible para quién la propone y casi siempre lo es. Hay
excepciones pero esto ocurre cuando las ideas se mezclan con los sueños y crean
un híbrido que es fantástico pero parece ser algo que se puede alcanzar.
Hay ideas buenas e ideas malas. Eso está
claro. Pero nunca es malo tener una idea como tal porque eso quiere decir que
estamos reflexionando, que estamos usando nuestra capacidad de inventiva y de
creación que es lo que nos hace humanos. Por supuesto, nadie dice que todo ser
humano debe ser un inventor empedernido ya que eso no sería realista. Pero sí
sería bueno que todo ser humano se acercara a su vida diaria con una mirada más
analítica y menos fatalista. Que busca resolver problemas y hacer cosas con
ideas, estructurando lo que se debe hacer y haciéndolo. La gran mayoría de la
gente no es así sino que hacen y hacen y hacen y esperan a ver cual es el
resultado, esperando que las consecuencias estén a su favor sin habérselo
propuesto tal cual.
Obviamente la vida no puede ser tan
cuadriculada de planear cada momento. Todos sabemos que incluso haciéndolo así,
la vida siempre tiene sorpresas y ocurren cosas inesperadas que nos toman por
sorpresa y nos hacen dar cuenta que son pruebas que buscan analizar como somos
y que tipo de persona hay en nuestro interior. Hay momentos que sí es bueno
dejarse llevar y ver que pasa, porque a veces la mejor idea es ceder y esperar
o simplemente seguir adelante y ver que ocurre.
Esto último fue lo que yo hice con mi blog. No
fue algo que yo hubiese planeado desde hace tiempo, eso es verdad. Pero fue una
idea que tuve a raíz de un momento difícil y fue la única respuesta que tuve
para poder canalizar mi energía en algo más que no fuese aquello que me estaba
agobiando. No le iba a entregar mi vida a los sentimientos, a las cosas sobre
las que no tengo control alguno. No iba a quedarme mirando más y tomé la
decisión de crear un blog. Está claro que no es una idea revolucionaria ni para
mí ni para nadie pero era lo que necesitaba en ese momento. Y fue así que me
puse a escribir las historias y fragmentos de opinión que tal vez alguien haya
leído alguna vez. Eso, nunca lo sabré a ciencia cierta.
Pero, de hecho, ese no es el punto. La idea,
de nuevo, fue hacer algo por mi y debo decir que lo logré. Al ponerme una regla
de escribir todos los días algo nuevo, me impuse a mi mismo un reto. No era una
prueba de atletismo ni una prueba mental excesivamente difícil. Era solo
escribir lo que se me viniera a la mente y subirlo a internet para ver que
pasaba. Pero lo más importante era el hecho de escribir. Siempre se supuso que
yo escribía pero yo no lo hacía casi nunca. Traté de escribir una novela y lo
hice, tal vez mal o bien pero, de nuevo, no es lo importante.
De hecho, debemos dejar de concentrarnos en si
lo que hacemos estará bien o mal a los ojos de otros. A menos de que sea
ilegal, deberíamos hacer o que nos plaza, lo que nos llene el corazón y nos
haga felices o al menos no llene de esperanza y de imaginación. Porque eso es
lo verdaderamente importante a la hora de hacer lo que sea que se quiera hacer.
Si no se saca nada de ello para uno mismo, no tiene sentido. Incluso la gente
que va y ayuda a los más necesitados, saca algo para si mismo. El placer de
ayudar, de ver a otras personas felices o tal vez solo el hecho de sentir que
se puede hacer algo por los demás. No importa cual sea la idea, que es lo que
se haga, con tal de que sientas algo después de hacerlo, igual que en el sexo.
Hoy me di cuenta de que mi blog ya tiene más
de diez mil visitas. Para mi es un logro, no importa cuantas de esas visitas
hayan terminado en la persona aburriéndose y prefiriendo ver algo en YouTube o
en Facebook. Todos tenemos el derecho de que algo no nos guste. Ciertamente hay
un montón de cosas que a mi no me gustan pero no por eso voy a dejar de
sentirme contento porque tengo un logro más en mi bolsillo. He escrito hasta
ahora doscientas ochenta y nueve ideas, sean cuentos o piezas de opinión. Todo
escrito por mi, pensando casi siempre en el momento y tomando inspiración de lo
que hay alrededor, de lo que soñé, de lo que he vivido y de lo que he visto en
mi vida, que es corta para algunos y larga para otros.
Sé, sin embargo, que esta idea es solo un
escape temporal. Lamentablemente no puedo vivir de escribir un blog, al menos
no uno como el mío, y debo cumplir ciertas reglas como ser humano. No son cosas
que yo elija, o que quiera de hecho, pero son cosas que todos debemos hacer,
como una obligación que tenemos con la humanidad. Una de esas es trabajar, algo
que yo nunca he hecho en mi vida. Jamás me han pagado para nada. Y no es fácil,
porque sin experiencia todos creen que laboralmente no vales nada. Yo daría lo
que fuera para que esa dejara de ser mi mayor preocupación pero no va a dejar
de serlo, ni para mi ni para nadie.
Esta idea me salvó
cuando tuvo que hacerlo pero no puede seguir haciéndolo por el resto de mi
vida. Seguiré escribiendo, por supuesto, y quiero llegar al año de publicar una
historia por día, pero después de eso no sé que pueda pasar. Hago movimientos
suaves, tengo ideas en mi mente que voy ejecutando despacio, pero el mundo va
mucho más rápido, a un ritmo tan acelerado que a veces es difícil siquiera
pensar en que es lo que está pasando y porque está pasando. Como dije antes, lo
importante es tener ideas, no importa las que sean, para seguir adelante y
vivir como se pueda.
Los sueños son bonitos, están hechos de adornos
y luz y color pero personalmente los detesto porque son ilusiones. Hoy en día
tener sueños es muy popular porque se le ha vendido a la gente que es la única
manera de conseguir lo que quieren. Básicamente es lanzar una moneda a una
fuente pidiendo un deseo y esperar a ver que pasa. Es una estupidez. Los sueños
son cosas que jamás van a ocurrir y que si ocurren es porque nunca fueron en
verdad sueños sino esas ideas de las que tanto les hablo. Si se realiza, es
porque la persona se esforzó e hizo lo necesario para que su idea rindiera
frutos. Y creo que eso fue lo que ha ocurrido conmigo. No me interesa tener el blog más visitado pero que alguien lea, así sea una sola persona, uno de mis textos, es motivo de alegría sin duda alguna.
Nada cae del cielo, nadie va a responder nunca
a nuestros pedidos y esa es la realidad. Religioso o no, eso no tiene nada que
ver. O tal vez sí, pero no es el punto. El punto es que no podemos sentarnos a
esperar que lleguen las riquezas y las ventajas que queremos en nuestra vida. Y
si lo hacemos, debemos estar conscientes de lo que esa decisión significa. A
veces sentarse a esperar no es malo, si se sabe lo que se está haciendo. Como
dije antes, ninguna idea es mala porque siempre las ideas serán ambiguas. Al
fin y al cabo son creadas por seres humanos que están hechos de errores y
recuerdos y dolores y alegrías. Una mezcla peligrosa pero muy fructífera.
En todo caso, sea como sea, le doy las gracias
a quienes hayan leído alguno de los cuentos que escritos alguna vez. Y, si me
lo permiten, les pido que se queden conmigo en este viaje el mayor tiempo que
puedan porque sé que todavía necesito la ayuda, ya que sigo perdido.
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