Hay veces que las cosas se repiten,
encuentran la manera de volver a pasar, como una de esas películas que dan los
domingos en la tarde. Afortunadamente, ojalá, la vida no es siempre tan
aburrida y predecible, incluso cuando las misma cosas pasan. En este caso,
vuelvo a dejar el país, vuelvo a dejar mi hogar y vuelvo al mismo lugar en el
que estuve hace un tiempo para estudiar y buscar algo que me haga vivir más de
lo que he vivido ya. La idea es hacer que me vida sea un poco más parecida a la
de los demás, ya saben, con dinero y esas cosas. No hay manera de mentirse a
uno mismo pues el dinero siempre va a hacer importante y nadie en verdad vive
de amor o de cariño o de ser una buenísima persona. Para ser o hacer lo que
quiera, una persona debe tener al menos algunos billetes.
Pues sonar de pronto muy superficial pero esa
es la verdad de la vida. Todos tenemos que hacer nuestro propio camino e ir
haciendo lo propio, como sea que lo hagamos. Necesitamos algo que solo sea
nuestro y lograr cosas por nosotros mismos porque alguien que no hace lo que
quiere, lo que se le da la gana mejor dicho, no va a ningún lado como ser
humano. Así que me voy otra vez, más que todo buscando ese nuevo camino en mi
vida que me ayude a enterarme de que debo hacer o de cómo tengo o debería vivir
el resto de mis días. Aunque hay gente que ya sabe que quiere hacer para
siempre desde que está en el colegio, yo no corrí con esa suerte o por lo menos
no siempre fue tan obvio como lo es ahora. Y encima, el camino no es sencillo.
Esto que hago ahora, que ustedes ojalá lean,
no es algo de lo que se viva fácil a menos que haya habido una oportunidad
única e irrepetible. La escritura, o para el caso cualquier arte, es un
vehículo difícil para viajar por la vida. Pero, para bien o para mal, algunos
tomamos ese camino pues la vida entre paredes que tienen los demás, o casi
todos, no es para nosotros. Personalmente, no entiendo como alguien puede vivir
desde los veinticinco años hasta los sesenta y cinco haciendo lo mismo, en el
mismo horario, con la misma gente, en el mismo sitio. Yo sé que si fuese mi
caso, me volvería loco al poco tiempo. No condeno a quien viva esa vida pero no
es la que quiero para mi.
Eso es algo medianamente bueno, lo de saber lo
que no me gusta. Lo difícil está en averiguar lo que sí. Me parece genial la
gente que está segura de sí, que todo lo sabe y navega por la vida con total
seguridad pero yo simplemente no tengo ese tipo de vida. Tal vez porque nunca
he trabajado o porque mi familia me ha dado un lugar muy especial donde vivir,
no he tenido que preocuparme por nada hasta estas alturas de mi vida. La verdad
son cosas que agradezco pero siempre llega un momento en el que hay que
lanzarse al agua y no pensar que hay debajo de la tensión superficial.
Extrañamente, hoy y ahora que faltan pocas
horas para irme, no siento mucho. De pronto algo de preocupación por los
detalles típicos como cuidar mi equipaje y que todo salga bien con el viaje
como tal, pero no estoy ansioso por llegar ni nada de eso. Estoy preocupado por
mi familia, estoy preocupado por ese futuro que está allá lejos y que nunca
parece que puedo tocar, pero no me preocupa ni lo que voy a hacer ni ciertas
responsabilidades que, aunque tengo presentes, de ninguna manera me mueven el
piso como sí otra cosas que parecen dar vueltas alrededor. Es raro pero lo
único que me mueve el estómago ahora la separación más que nada más. Es porque
me preocupo por lo que no ha pasado, algo que no tiene mucho sentido pues si no
ha pasado, no hay nada que pueda hacer.
Lo que quiero, y eso sí que lo tengo presente
hace mucho, es tener paz. Sea lo que sea que tenga que hacer en la vida, quiero
estar tranquilo y no tener que vivir preocupado por cosas externas que muchas
veces ni tienen que ver con la vida de uno. Quiero poder estar tranquilo y no
tener que preocuparme por cosas tan simple como la comida o donde vivir. Me
parece horrible que en este mundo, al que llamamos avanzado, todavía haya
millones y millones que deben preocuparse por algo tan básico. En mi caso es
más por la falta de esa oportunidad de la que hablábamos antes pero lo más normal es que sea por la falta de
dinero y también de posibilidades para tener una vida decente y no carente de
lo que todos necesitamos.
No creo que sea mucho pedir. Es el colmo que haya
preocuparse por algo tan simple aunque, si uno lo piensa bien, la estabilidad
emocional no es algo ni remotamente simple. Por ejemplo, en todo lo que he
pensado últimamente respecto a este viaje, nunca he metido la ecuación que
siempre llega sin anunciarse y es el hecho de que de pronto conozca a alguien.
No lo pongo en mi mente pues hace un tiempo decidí no tener una relación seria
con nadie pues tengo problemas personales que atender y mi personalidad no es
una fácil. El hecho es que las cosas pueden llegar en el momento menos previsto
y habría que ver si eso sería algo bueno o algo malo, algo que pese a mi favor
o en mi contra.
No me preocupo por lo que vaya a encontrar más
allá de las que han sido mis fronteras por ya dos años. No me preocupo para
nada. No es que me lo sepa todo, pero es que hay sitios del mundo donde las
cosas son mucho más sencillas y las preocupaciones son sustancialmente menores.
A veces es gracioso leer de gente que tiene colapsos porque la vida les parecer
abrumadora en ciudades pequeñas. No quisiera pensar que les pasaría si vivieran
en Bogotá. Seguramente ya estarían todos muertos. Y no, no exagero, pero creo
que alguien que vive en esta ciudad y lo hace bien, puede vivir fácilmente en
cualquier otra parte. Creo que por eso no me preocupo mucho por ese aspecto.
Voy a aprender y obviamente me interesa saber
como serán las cosas, pero también es verdad que tampoco me afano por el
estudio como tal. No me preocupo por las notas o como serán los compañeros o si
tengo que hacer una cosa o la otra. La verdad eso ya lo he vivido tantas veces
que no me afecta en lo más mínimo. Tal vez el primer día sea distinto pero eso
es simplemente porque somos seres de costumbres y nos volvemos un circo cuando
las cosas cambian y todo parece cambiar de lugar. Espero que lo que aprenda y
el hecho de estudiar me de esas oportunidades que necesito. Es patético pero
todos necesitamos a esa persona que voltee a mirarnos, diga algo bueno y nos de
ese escalón que nos falta para tomar una camino nuevo.
Eso es lo que más he ansiado desde hace tanto.
La oportunidad. Es algo verdaderamente tan simple pero el mundo lamentablemente
no se maneja por eso sino por quienes se conocen entre sí y como puedan
concentrar sus ganancias, sean estas en dinero o en lo que sea. Así es la vida
y la gente y no es algo que yo pueda cambiar. Pero debe haber alguien en el
mundo que me considere a mi una ganancia, una manera de ganar dinero si
quieren. Honestamente no me interesa para que me quieran, con tal de que me
quieran para algo. A estas alturas de la vida, como ya he dicho muchas veces,
lo que necesito es la oportunidad de hacer las cosas y de probarme a mi mismo
que lo que tengo en la mente tiene un uso.
Necesito sacar de mi mente todas las cosas que
me acosan, que están allí desde hace tiempo y que surgen todos los días.
Necesito sentirme útil, y creo que todo se podría resumir en ese deseo de la
necesidad, comprensible y predecible, de sentirse completo como ser humano al
ser considerado por otros como una parte integral de la sociedad. Al no vivir
solos en el mundo, necesitamos la aprobación de otros para vivir y seguir
adelante con nuestros sueños. No es que necesitemos permiso o dependamos de
otros sino que siempre es bueno saber que alguien en el mundo te apoya y desea
lo mejor para ti y te considera una ganancia y no alguien con el que nunca se
sabe muy bien que hacer.
La vida es a veces bastante fácil y otras
veces es supremamente difícil. Eso depende de quién se es y de cómo y cuando y
porqué se han dado los pasos de la vida, que definen cada cosa que pasa aunque
no nos demos cuenta y a veces queramos culpar o agradecérselo a lo o al que no
es. Vivir es algo complejo y no es algo simple, no es algo que se haga así no
más, sin pensarlo ni revisando cada cosa. Lo que pasa pasa y hay que amoldarse
a ello y por eso es que es bueno cuando uno mismo decide crear el siguiente
paso y no esperar a que por obra y gracia de alguien o algo las cosas pasen
porque sí. Lamentablemente la vida no funciona así.
Por eso me inventé este viaje, pues no era
algo que tenía que ser para mi. Yo decidí que lo fuese y ahora lo afrontaré y
veré que puedo hacer con lo que hay. Ojalá se presente esa oportunidad que
tanto deseo y necesito porque sé que sería lo único que en verdad podría
cambiar mi vida sustancialmente. Es lo que necesito y lo que quiero desde hace
mucho. Pero ya veremos que sucede, que es lo que tiene que pasar y lo que no,
lo que decidiré yo que pase y lo que no porque, si algo es cierto, es que la
vida es nuestra y nosotros labramos el camino. No podemos esperar a ver que
pasa o encomendarnos al vacío, debemos dar el paso, seguros o no, y ver si hay
una piedra que pisar para cruzar ese río que debemos cruzar.
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