jueves, 18 de febrero de 2016

Sangre

   La sangre de Daniela cayó en pequeñas gotitas sobre las flores, resbalando sobre los pétalos hasta caer en la tierra debajo de las plantas. Se quedó un momento observando el amplio corte que se había hecho con las tijeras para cortar las flores, viendo como la sangre seguía saliendo y como sentía el flujo del liquido por entre la herida. Dolía pero era fascinante para ella, como si sangrar fuera algo nuevo. Cuando empezó a sentirse débil reaccionó y fue caminando, tranquila, hacia el edificio principal de la plantación. Allí había siempre una enfermera, una mujer gordita y muy amable que le curó el dedo en un dos por tres.

 Cuando salió al invernadero, el sol brillaba furiosamente sobre los campos. Volvió adonde se había cortado y continuó hábilmente con su trabajo, aumentado la velocidad un poco pues tenía una cuota que cumplir. Sus manos era increíblemente hábiles y no usaba guantes porque decía que le era más fácil saber por donde cortar si lo hacía con las manos desnudas, usando su tacto nada más. Las reglas era que tenía que usar los guantes y los llevaba en la cintura pero nunca los usaba. Solo se los ponía cuando venía algún supervisor o cuando su turno terminaba, después del mediodía.

 Apenas salía de allí volvía al pueblo en un camión en el que todas las mujeres de la plantación se subían para que las acercaran a sus casas. Pero ella no veía su hogar en todo el día, prefiriendo comer algo en la plaza de mercado y luego yendo a trabajar a la tienda de Doña Marta, una amiga de su madre cuando esta vivía. Los dos trabajos le daban lo justo para poder comer decentemente todos los días y poder mantener a sus hermanos menores.

 Comiendo una sopa con todo y caliente, el dedo cortado de Daniela empezó a sangrar de nuevo, causándolo un horrible dolor. La venda que la enfermera le había puesto parecía no haber servido de nada pues estaba tan roja como una de las rosas de la plantación. Tuvo que coger la cuchara con la otra mano e ignorar el dolor, lo que era casi imposible. No terminó la sopa y le dijo a la mujer del puesto que no tomaría jugo. Pagó y salió a la calle a buscar el camino hacia la tienda.

 Estaba solo a cuatro calles pero en su camino Daniela empezó a sentirse de verdad mal. No era solo el dedo en el que sentía pulsaciones de dolor sino que ahora la cabeza le daba vueltas y se sentía con ganas de vomitar. La gente que la veía la miraba como a un bicho raro, pues ella se apoyaba en los muros de las casas y respiraba apuradamente. Además había empezado a sudar frío y a temblar como loca. Faltando solo una calle más para llegar a la tienda, Daniela cayó del andén a la calle, desmayada, raspándose la cara y las rodillas pero también sangrando por la boca.

 Cuando se despertó, reconoció al instante dónde estaba. Era una de las grandes salas del antiguo hospital del pueblo vecino, que era más grande que el suyo. Reconocía el lugar pues su madre había estado internada por varios meses allí hasta que su cuerpo no pudo más y la dejó sola en el mundo con sus hermanos. Se sentía muy débil, como si la hubieran golpeado, y no quería ni siquiera mantener los ojos abiertos. Los cerró para ahorrar energía y entonces oyó la conversación de dos enfermeras. Intuyó que hablaban de ella pero como se fue deslizando hacia sus sueños, nunca escuchó las palabras exactas.

 Se despertó de nuevo cuando ya estaba oscuro y ahora se sentía menos débil y notaba que estaba menos medicada que antes. Sentía dolor en su cara, en sus piernas y en su mano pero no podía hacer nada más sino estar ahí, echada en la cama sin decir nada pues las palabras tampoco lo salían. Quiso llamar a alguien, que la vieran y se acercaran a hablarle, pero eso no fue posible. Era como si hubiera perdido la facultad del habla, como si ya no fuera a poder hacerlo nunca más. Un sentimiento de desesperación se apoderó de ella y entonces las máquinas que tenía conectadas al cuerpo fueron las que hicieron ruido por ella. Vinieron a inyectarle varias cosas y para cuando se fueron Daniela, de nuevo, estaba dormida.

 En la noche tuvo una pesadilla horrible, de esas que dicen que a todo el mundo le pasan: caía eternamente por un apertura circular que luego era otra y otra y otra y así hasta el infinito. Las formas cambiaban a veces y el color del entorno pero la pesadilla en sí no era modificada. Cuando ese mal sueño por fin terminó, se sintió rara y creyó haber cambiado de espacio. Sentía frío y voces lejanas pero eso terminó rápidamente. Luego tuvo otro sueño, uno tan violento que su mente misma se encargó luego de jamás dejarlo subir a la consciencia de Daniela.

 Despertó de nuevo, a la mañana siguiente. Se sentía un poco mejor pero todavía muy adolorida. Una enfermera vio que estaba despierta y enseguida le trajo algo de beber. Le contó que no podría comer solidos por unos días pero que no se preocupara por eso. La idea era que se recuperara lo más rápido posible. Ella no entendió muy bien pero no preguntó nada. Solo bebió su jugo lentamente y luego durmió.

 Lo hizo toda la noche, sin apenas moverse o despertarse unos minutos. Al otro día concluyó que algo debía de tener el jugo para hacerla dormir tanto pero la verdad era que no le importaba porque no había soñado y ahora se sentía mucho mejor. Podía mover sus manos, el dolor en general era menor pero sí se sentía muy débil todavía. Trató de hablar y solo podía susurrar pero eso era suficiente para comunicarse en el hospital.

 Un médico vino esa misma tarde y le explicó lo sucedido. Su corte en el dedo, para resumir la historia, había sido el culpable de todo pero a la vez su salvación. Ese corte profundo había alterado hormonas en el cuerpo que ya estaban alteradas desde antes y habían hecho que el cuerpo reaccionara de manera violenta para luchar contra algo mucho peor que subyacía en el estado médico de Daniela y que ella no había notado. El hombre le preguntó, antes que nada, por su historial amoroso, algo que la incomodó mucho. Ella respondió que solo había tenido una pareja y que hacía unos años había dejado el pueblo para trabajar como obrero en la capital. Después nunca más tuvo tiempo para novios o cosas de esas.

 El médico entonces le explicó que habían encontrado que en su vientre tenía un feto calcificado, es decir, un bebé que nunca había evolucionado más allá de sus primeras etapas de crecimiento y simplemente había quedado allí. El corte en su dedo había dejado entrar unas baterías muy especiales de las rosas que atacan un poco por todas partes, pues básicamente es veneno. Llegó hasta su vientre y por eso ella colapsó en la calle. Los raspones en la cara y las piernas respondía a una caída violenta pero se curarían sin duda.

 Daniela tenía la boca ligeramente abierta pues estaba entre la sorpresa y no entender del todo que era lo que pasaba. Le explicaron entonces que había sido sometida a una cirugía en la que le había extraído el feto y la habían tenido con antibióticos fuertes para eliminar tanto el veneno de las rosas como cualquier batería o infección relacionada al feto. El médico entonces le preguntó a Daniela si entendía lo que había pasado y ella le respondió que si podía verlo. Era algo muy raro y se arrepintió apenas lo dijo pero el médico le dijo que solo podría verlo cuando estuviera mejor pues podrías ser algo difícil.

 Días después, antes de darle la salida a Daniela, la llevaron a una zona fría del hospital donde guardaban diferentes especímenes, órganos para transparentes y cosas por el estilo. La hicieron esperar junto a una mesa y entonces le trajeron un frasco bastante grande y adentro estaba lo que debía ser el feto, su hijo en otras palabras. Sí era impactante pero fácil de aceptar. Preguntó si se sabía el sexo pero ellos dijeron que era difícil de saberlo pero que lo más probable era que fuera un niña.


 Entonces, con Daniela sosteniendo el gran frasco, empezó a sangrar por la nariz y las gotas cayeron suavemente sobre el vidrio que la separaba de su hijo. Las gotas resbalaron y ella entró en un trance extraño por varios minutos. La hicieron sentar, se llevaron el fresco y ella quedó allí, con los labios rojos de sangre y con la mente llena de pensamientos extraños. Daniela había quedado atrapada allí, para siempre.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Ghosts of war

   Paul pulled the potato plant and some dirt feel into the ground, with a beautiful soft noise. The potatoes had grown decently big and so had the rest of the food he had grown in the back garden. From there, he could not see anyone else, only the shadow formed by the house and the hills that created several ups and downs that got to the sea itself. But the sea was very far and in this inland territory only the cold wind that remained from the past winter swept the land, as if washing away any impurities in this world.

 He pulled a basket, put the potatoes inside with other fresh products, and took it inside the house. There he washed them carefully, cut off the parts that didn’t have any use and then started cooking. Adam got there just in time with meat from the market on the other side of the valley. He seemed tired so Paul told him to sit down and relax as he finished preparing dinner. Outside, the sun had already left the sky and the night was dark and silent except for the snoring of Adam who had fallen asleep in the couch.

 Paul wasn’t in a hurry with dinner, especially because he had to prepare everything enough time to kill all the bacteria and because the meat was thick and took some time to cook. When he was finally done, Paul went to Adam and softly kissed his forehead. As if it had happened in a fairy tale, Adam opened his eyes and smiled because of the kiss and because of the fabulous smell invading the small house.

 They sat down to eat some delicious steamed vegetables with thick slices of fried meat and a side of mash potatoes that tasted different from the one they had known in their childhood but it was still good. As he always did, Adam grabbed one of Paul’s hands, his left one, and kept on eating like that all night. It was something he had started doing when they first moved there and it was just a way to ensure they would never be separated. Adam was extremely serious about it and once they had a fight over that, because Paul had told him that he couldn’t eat properly like that. That night, they didn’t sleep together.

 But this time it was different. When dinner was done, Adam helped Paul wash the dishes and went to bed at the same time. They took off their clothes; each one tired of their day, and just hugged to sleep. But differently than all other nights, a horrible sound woke them up in the middle of the night. It was a sound coming from a machine and there were not many machines in this region. They felt the ground shake, which was what woke them up, and the horrible sound of a plane going over the valley. They had heard planes before but this one different, much worse, as if the plane was a horrible beast of some kind. They held each other after the sound had finished, thinking of what it could mean.

 The next day in town, Adam talked to many villagers and even to some fisherman that travelled daily to the coast and the port to sell their products. Apparently most people had heard the same thing and everyone had been awaken by it.  The first thing they said was that the country was neutral, at least officially, and that they didn’t allow one of the factions to use their territory to do nothing. So either the plane came all the way from one of the continents or their government had just betrayed the neutrality that had been their main characteristic for so long.

 The truth was that no one really saw where the plane came from or where did it go but it was flying really low. The following days some more things happened: many witnesses saw red lights, balls of fire, over the ocean but very far at the same time. It was like a weird light show and there was a sound with it but because of he distance it was hard to say what it was. Then some farmers found tank tracks in their fields but they had never heard any of them passing around. Actually, the army didn’t even have tanks or planes or anything.

 Adam decided they should keep living their normal lives, not minding a lot about these events. Or at least that’s what he told Paul. But at nights he would often wake up sweating from nightmares involving tortures and lights like the ones over the ocean and Paul would ask what was wrong and Adam wouldn’t say. They fought over it a couple of times but mostly they just held each other and tried to be supportive and close, because anything could happen.

 The explanation to everything was written in pieces of paper that had been distributed all over the country. Their nation had accepted the use of several bases by one of the factions and they would use the country to fight a battle against the other faction, to finally crush them for good. Their land would not be caught under fire, only been use as a previous layover for every plane, boat and other war vehicle, even tanks that did target practice in a wasteland north of the valley. That explained the explosions many people had heard.

  So the war had never ended and it was apparently on an important stage, on a decisive point that made even change the face of the world. This secretly excited Adam because even after so many years away from the fight, he was still eager to fight for what he believed and for what he had done so much so many years ago. But Paul just didn’t address the subject. The only thing he said was that if they all wanted to keep on killing themselves, it was fine by him but he didn’t wanted nothing to do with any of that. He didn’t want the war to come to the village and that was it.

 Adam didn’t told Paul but he started to have meetings with many people from the region and they were already discussing if they should also join the fight and how would they do it and why. They had the tremendous chance that the authorities were so busy these days that a meeting in a farm wasn’t important enough for them to attend and tear apart. They would have done it but now the government was using all the resources it had to make their “guests” feel at home. Everyone knew the situation was a disguised invasion and that their country had kneeled without even the chance of fighting.

 Paul kept to himself. He started concentrating only in his garden and in fishing in the lake nearby and doing all these things to make his home the best part of the world. He would share with some villagers his discoveries about how diets could be better so to keep everyone strong during the winter and during the summer too. And what he started to do was to take long walks, always when Adam was about to come back from his meeting in town. He knew he would want to tell someone about it and he just didn’t want to hear about it. He’d rather have their neighbors or their dog help Adam with that.

 Their relationship became very tense and that was very strange for both of them as they had never been in such tension. They had been living together for over three years now, year in which they had build a home together and had found the other to be that person they wanted in their lives forever. They had been through hell and back to get to that valley and have everything that they enjoyed in their daily lives. They had fought together and suffered together and now it was supposed to be a time of peace for them, even if the world was falling apart.

 But the sense of responsibility in Adam was too strong. So one day he followed Paul to the lake, where he went to take a walk and get away from everything, and tried to talk to him. He told Paul, almost yelling, that he needed to go back to the fight because he felt he had to finish what he started, he had to make the west faction pay for what they had done back home, for what they had allowed to happen to them and to the world. They were destroying everything everyone held dear and the world would never be the same if someone didn’t stop them.

 Paul answered that he didn’t wanted the world to go back to what it was. He didn’t want the past because he hated it. He reminded Adam than in that glorious past they would have been hanged if they dared to live together, in that past people were also deprived of everything and lacked so much. Fighting for revenge wouldn’t change anything, no matter who won or how they won. Everything was always going to be the same, war or not.


 For a whole week they didn’t talk to each other and Adam even chose to sleep in the couch. But they loved each other. They couldn’t do that for long because it tore them apart slowly. The war raged on and they were trapped in the middle of the fire, not knowing what to do or where to go.

martes, 16 de febrero de 2016

Esa mirada

   El beso duró más de un minuto y solo se cortó por el sonido de una puerta a la distancia. No queríamos separarnos o al menos yo sabía que no quería dejar de tenerlo cerca. Pero la vida es así cuando queremos algo a veces lo que tenemos que hacer es dejarlo ir. Nos separamos, nos quedamos mirando unos segundos y entonces nos separamos, cada uno tomó una dirección y no nos volvimos a dirigir la palabra en varios meses.

 Lo curioso era que trabajábamos juntos. Es decir, trabajábamos en el mismo lugar aunque no interactuábamos mucho pues nuestros departamentos dentro de la compañía no tenían mucho que hacer entre sí. Nos cruzábamos con frecuencia en los pasillos o incluso en el baño pero jamás en reuniones o asuntos que tuvieran que ver directamente con el trabajo. Me di cuenta que, lo más probable, es que todo lo que había pasado era solo una consecuencia obvia del alcohol de la fiesta de fin de año y que no teníamos porque actuar ni decir nada al respecto pues había sido solo un juego o algo por el estilo.

 En eso me estaba mintiendo un poco porque para mí no había sido un juego y aunque sí había tomado varias cervezas, lo que hice con él no estuvo influenciado en lo más mínimo por el alcohol. Es más, yo a él lo había visto varias veces por la oficina y la verdad que lo notaba con facilidad por lo mal que me caía. Sí, me caía como una patada en el estomago pues era un tipo con una actitud algo pedante, a veces mirando a los demás con suficiencia. A veces pasaba por el cuarto de descanso y hablaba con otros de sus posesiones personales como automóviles y un nuevo apartamento. Era un niño rico mimado y me caía mal.

 ¿Entonces porqué lo besé? Supongo que porque podía, esa es una primera respuesta y creo que es suficientemente buena. No hay que estar locamente enamorado de nadie para besarlo y creo que hacía tanto tiempo que no besaba a nadie que pensé que bien podría ser él mi primer beso de una nueva temporada de besos que de hecho nunca comenzó o, mejor dicho, inició y terminó con él.

 Todavía lo veía por ahí, con sus comentarios y su ropa nueva y su… Ah, se me había olvidado ese detalle. Meses después de la fiesta de fin de año me quedé trabajando horas extra pues teníamos que entregar un proyecto de gran importancia. El caso es que todos hicimos lo mismo, horas pagas claro, y a la hora de salida, que fue hacia las diez de la noche, lo vi a él en uno de esos coches de los que hablaba siempre. Podría jurar que cuando pasé por ahí me miró pero yo no quise voltear a ver si así había sido. Solo cuando estaba ya un poco lejos decidí mirar y entonces vi que una de las chicas del trabajo entró en el coche y los vi besarse. Una sensación extraña recorrió mis piernas y sentí como si me hubieran echado agua helada encima.

 Tenía novia y la tenía desde mucho antes de que nos besáramos. No sé como no me había enterado, supongo que no soy muy chismoso, pero una compañera del trabajo me lo contó todo porque le fascinaba estar al tanto de todos los chismes. Me contó con pelos y señales como y cuando se habían conocido, el nombre de ella, su cargo y donde vivía y lo mismo de él. Que él iba a al gimnasio y remaba y hacia vela y ella pintaba en sus ratos libres. La pareja era tan perfecta que me daban asco.

 Sin embargo, lo más difícil de saber esa información era darme cuenta que había besado a alguien que tenía ya un compromiso. Mi amiga la chismosa incluso dijo que todo el mundo pensaba que en cualquier momento él le pediría la mano a ella y que se casarían y que todos estaríamos invitados. Yo, por supuesto, dudé de esa afirmación pues dudo que él me invitase después de lo ocurrido. A decir verdad siempre pensé que él no sabía que era yo a quien había besado esa vez pero confirmé pocos días después que eso no era así.

 Yo quería café y había llegado muy temprano a la oficina. Casi no había nadie y me serví de la cafetera una taza de café fresco y aromático que me puse a oler como si fuera lo más delicioso del mundo. En esas entró él y se me quedó mirando y pude ver como su rostro se tornaba rojo casi al instante. La verdad yo también lo miré mucho, pues me di cuenta que sí era muy guapo y que había raro en el ambiente, algo había que me hacía sentir extraño a mi y que supe que tenía que ver con el hecho de que él sabía bien quién era yo. Porque me saludó diciendo mi nombre y retirándose como asustado, sin tomar café.

 Además, y no sé como olvidé decirlo antes, el día de nuestro beso en la fiesta de fin de año tuve una sensación igual a la que tuve en la sala de descanso de la oficina. Mejor dicho, estoy seguro que sentí algo proveniente de él, un interés o una pasión especial, que no cualquiera sentiría por alguien a quien no conoce mucho. Tuve la sensación que él sabía quién era yo, en verdad sabía, y que además yo le gustaba. Nadie daba besos así a gente que solo besa por besar.

 Me torturé pensando en eso en mis ratos libres y para abril me cansé de la idea y simplemente dejé de pensar en eso y, es increíble, pero también lo dejé de ver tan seguido por la oficina. Y cuando lo hacía, ya no me interesaba en lo más mínimo y no me fijaba en él para nada. Para mi ese beso había perdido su significado y cuando mi amiga me contó del compromiso de él con su novia, no tuve que fingir ni una cosa ni la otra, simplemente me daba lo mismo. Nunca había sentido nada por él de verdad, solo curiosidad. Pero después, ni eso.

 El compromiso, según mi amiga que estaba obsesionada con el tema pues había sido invitada, era para junio. Querían aprovechar el buen clima de ese mes y que ambos saldrían a vacaciones para entonces. Tendrían unas vacaciones extendidas entonces y eso era la envidia de toda la oficina. Yo no estaba invitado y tenía mi mente en un viaje personal que estaba planeado con mi familia, nada que ver con compromisos o trajes o cosas de esas.

 Pero en mayo las cosas dieron un giro que no me esperaba. Era sábado y como muchos sábados estaba en casa sin hacer nada. Había pedido una pizza a domicilio y esperaba que llegase pronto pues tenía tres películas para ver y tenía muchas ganas de empezar. Claro que muchos irían de fiesta o algo por el estilo un sábado por la noche pero yo no. Era gastar mucho dinero y además yo me aburría tremendamente fácil en esos lugares entonces prefería comer y ver películas. Cuando timbraron hacia las ocho de la noche me apresuré por el hambre que tenía, me golpee un pie contra una mesa y casi no puedo contestar el intercomunicador. De la rabia solo dije siga y no dejé que dijera nada.

 Cuando timbraron a la puerta me estaba sobando el pie que todavía dolía. Abrí cojeando un poco y tomando el dinero de la mesa pero resultó que no era el repartidor sino el comprometido a casarse, mi beso de fin de año y mi compañero de trabajo. Estaba empapado y fue entonces que me di cuenta que llovía y por eso mi domicilio demoraba. Me pidió pasar y yo solo me retiré un poco y él siguió. Miró su entorno y se dirigió al sofá, donde cayó como si fuera de plomo.

 Cerré la puerta y me di cuenta que tenía lo ojos algo rojos y que no solo estaba mojado sino que sudaba. Me ofendió que se sentara así nada más, mojando el sofá pero en ese mismo momento él se disculpó y comenzó a hablar a toda carrera, explicando que había sacado mi dirección de la información de la oficina que él manejaba pero que la tenía hace mucho y solo venía hasta hoy porque la culpa lo estaba consumiendo por dentro y necesitaba dejar de sentirse así.

 A mi nunca me ha gustado el misterio así que le dije que no se preocupara, que solo había sido un beso y que no tenía ni que pensarlo. No era razón para que no estuviera en paz para casarse. Entonces él me miró y sus ojos estaban húmedos, más rojos que antes, y me dijo que el beso era solo una parte y que la verdad era que yo le gustaba demasiado y que no sabía que hacer. Yo, obviamente, quedé hecho de hielo y no reaccioné, cosa que lo puso a él más triste. Cuando pude moverme de nuevo, me senté en el sofá con él pero a una distancia y el dije que tal vez estaba equivocado.

 Me miró con rabia. Me dijo que era imposible que se equivocara pues sentía lo mismo hace meses. Yo le saqué en cara lo de la novia y me dijo que a ella la quería también pero que lo que sentía por mi era diferente. Agregó, que era el primer hombre que le gustaba en su vida adulta y que estaba muy confundido. Yo me di cuenta que era sincero y no supe que hacer más que ponerle un mano en la espalda y decirle que lo que necesitaba era tiempo para pensar, pues no podía hacerle daño a nadie por su confusión. Él me miró entonces y sentí de nuevo eso tan raro, que me estremeció internamente.


 El caso es que se fue al rato, cruzándose con mi pizza. A la semana siguiente mi amiga me contó que ya no habría boda y que la chica había renunciado a la empresa. Meses después, lo vi de nuevo pero esta vez en otro lugar, diferente y me invitó a tomar un café. Por algún lado se empieza, me dijo, mirándome de nuevo de esa manera en la que nunca, ni antes ni después, me miró nadie.

lunes, 15 de febrero de 2016

Stranded

   The situation was becoming more and more uncontrollable. Bodies had ben found everywhere now and people were starting to wake up, to ask questions and to really ask the questions that they should have been asking for years. They were protests all around, riots and even murders due to the revelations that had occurred recently. All wars, all confrontations of any kind, had been stopped. It appeared to have been a miracle but it had nothing to do with that. Miracles didn’t exist anymore, magi died and only truth was there to comfort the lives of so many people that now found solace in the new reality that was hitting everyone straight in their faces, in their families and communities. Everything was there and people had to take their stand.

 The director of intelligence reunited with the president that week. No one knew about that meeting except top officials in the government. The two men discussed the best course of action. As predicted, the intelligence leader wanted everything to be covered, to be hidden from the people and blame everything else for the deformed bodies that were being found. But the president knew very well that the people knew the truth and they weren’t going to throw it away just because two men said something that was obviously not true. They had to find the way to reveal the truth but in the best way possible. That was the idea of the president and he knew he had no choice in the matter.

 The announcement was done the following week and everyone in the country, and the world, was shocked in the most violent way. People knew but they still couldn’t believe it. It was too much for many and the predicted suicides happened, impossible to be stopped or prevented. Some murders too, in the name of so many things that people didn’t even understand. Others, in the other hand, turned to science and objective thought and tried to adapt to the new reality but no matter how smart a person was, the concept that they were dealing with was too grand, to big to understand in one take. It was obvious humanity would take several years or centuries or who knows how much to understand what was happening and its consequences.

 The first case, the newspapers said, had been the one of Michael Collins and his sister Colleen. They were two teenage kids that had wandered into a deserted area and had been the first to be found dead and deformed by a local policeman. The case was almost a cover up if it hadn’t been for the pictures that policeman took before his companions and members of military intelligence arrived. That case was twenty years old and the man had hidden the pictures for eighteen of those years until he decided he needed money and attention and revealed them to the world. However, the world thought it was a hoax.

 But months after he revealed his pictures, more images and proof started being revealed in other countries, less prone to cover ups. And then it happened, bodies began to pile up very high or so it seemed. They were everywhere, appearing in forests and rivers but also in homes and office building. There was a famous case when four bodies were discovered on top the tallest building of the capital city. No one ever knew how they got up there, especially because the bodies belonged to four farmers from a remote region. But there they were, deformed ad the rest. It caused so much sensation and fascination that it became the case that everyone went to when talking about the subject as whole.

 The medical colleges reunited to settle how deformed all the bodies were and which were the main characteristics. They agreed that the most obvious new feature on the bodies was the loss of both eyeballs on the victim and the elongation of the eyeball cavity by several centimeters. The head of every victim was also modified, now looking a little bit larger, to adjust to the new cavities in it. The mouth in all victims had dried up, the lips almost disappearing. The nose of many had shrunk somehow, probably asphyxiating them if they weren’t dead by then. All extremities were incredibly thin, as if they had been deprived of everything a human needed to live. And another shocking fact was that none of the victims had their sexual organs. Everything had been removed.

 When that report had been releases by the medical associations, even those that still did not believe in what was happening was caught by the amount of detail and proper investigation these men and women had done. They had checked over one thousand bodies for their report and had no way of being wrong or been exaggerated. Every single body had the same issues and one more, with which they closed the inform: every body was radioactive. They had discovered this by accident with one of them but then checked them all and every single corpse was deemed extremely toxic. Of course this was very bad news for the teams working on the matter.

 Every doctor and nurse was checked for radioactivity and no one was found to be seriously contaminated, although some did have some in their bodies. The government guaranteed they would be well taken care of by the state but no one believed in anything the government said anymore. Now it was obvious they had been covering everything up and people wanted head to roll. Elections were scheduled within the next month and a new party, founded by the people, won the election. The new president was one of the women that had done the autopsies on many of the corpses. People trusted her.

 But the new president was also bombarded with questions. What was happening and why was this happening? Were there new cases? Were there under some kind of attack? Of course, she was unable to answer any of those questions. She had no idea about any of that and the scientific community was as confused and restrained as the rest of the world. They had no idea how to deal with everything, trying to help people as well as they could but that wasn’t enough. Most were just shocked and would never be okay again. They had seen their family members die and didn’t know how and it was obvious there was something else beyond all of this massacre and mystery but it was difficult to figure out. That was until one last piece of the puzzle came to be.

 That piece was another finding of bodies. A large mass grave in a remote area. A native community had found it and all the forces of security converged there as well as the associations supporting the families of the victims. They wanted to know who was the victim now but they found out much more than that. They dug up a huge piece of the land, discovering not only human corpses, deformed as the other ones, but also animal corpses that had been horribly modified. Some people screamed when they saw those, unable to understand what would cause nature to mutate like that, to create some sort of monsters. The answer was close by and it was discovered by the end of that year.

 More bodies but these weren’t human. They were something else. They did not seem to have been dead for a short time and it was concluded they had died at least a thousand years ago but the other bodies were recent. It was a mystery no one ever solved but it didn’t change anything. Because the world confirmed what it already knew. Creatures from beyond the star were there and they had been killing people, no one knew if intentionally or not. Those bodies confirmed they had been there for a while and that maybe that had found a way to adapt to society. Maybe they had found a way into the human heart.


 Further investigations revealed that all the deformed bodies belonged to former extraterrestrials. Apparently, they had found a way to adapt their physicality to our own and had been living with everyone else for years and years. They had no sexual organs and it was confirmed that none of the victims had children, only adopted ones. How people overlooked that important fact seemed strange. But what was even stranger was that those creatures had been living on Earth for so long that they had to become humans. They had to turn themselves into something else because they had been left there, stranded probably. And people know begged them to reveal themselves completely but that didn’t have to happen because they were all dead and no one knew why.