Tenemos el afán de siempre tener alguien a
quien acudir, nos sentimos solos todo el tiempo e indefensos. Nuestra evolución
ha sido fácil pero ha tenido sus tropiezos y nos ha dejado con rastros de
nuestro pasado más salvaje, de cuando debíamos protegernos de todo porque todo
era un peligro. Desde ese momento nacieron dos cosas: primero, el miedo a lo
desconocido, a los animales que hacen ruidos demasiado fuertes y los que
podrían comernos si no sabemos como defendernos. Y segundo, nacieron los
héroes. Personas que nos salvaban de una situación difícil sin pedir nada a
cambio, personas extraordinarias y poco comunes.
Ha sido este personaje tan fuerte y único que
se le han hecho alabanzas a lo largo de la historia, poniéndolo como personaje
central de novelas y demás relatos que pudiesen ser pasados de boca en boca, de
persona a persona para así impulsarlos a ser algo más de lo que eran, simples
humanos sin la capacidad de ser extraordinarios pero con los medios para hacer
lo poco común. Se puede debatir si primero existieron en los libros o si fueron
personas reales. Eso simplemente no se sabe pero el concepto de héroe es uno
bastante flexible.
Puede ser un héroe aquel que descubre una
nueva fuente de alimento para la comunidad o el que descubre una nueva ruta de
migración o una nueva forma de matar al animal que da más carne. Esos fueron
héroes aunque hoy seguramente no lo serían. El caso es que posiblemente gente
así fue la primera en ser considerada la máxima expresión de la experiencia
humana, lo mejor que podían ofrecer las personas en ese momento.
En las novelas se exageró su posición, su
aspecto e incluso sus hazañas. Ya no descubrían una nueva semilla o una ruta
menos accidentada para sus familias, no, ahora combatían ejércitos enteros,
salvaban comunidades enteras del desastre inminente e incluso luchaban con
criaturas igual de fantásticas que ellos, como dragones y monstruos de tres
cabezas. Todos los personajes en esos cuentos están en un mismo nivel de
fantasía, todos son el ideal de lo que el ser humano debería ser para cada
persona que escribió o contó el cuento, dependiendo del momento histórico y su
contexto.
Los héroes han ido mutando pero esencialmente
siempre son los mejores, el punto culminante de nuestra sociedad y a lo que
todos aspiran a ser. Esto quiere decir, que la realidad de las cosas no podría
estar más alejada de esos cuentos y relatos. El ser humano no es un héroe por
naturaleza. Apenas hemos evolucionado lo suficiente para ponernos de pie y
reflexionar sobre lo que nos rodea. No somos más que lo podemos ver y tal vez
un poco más, algo interesante que yace bajo la corteza cerebral. Pero nada más.
Los seres humanos somos, para cualquier intención o propósito, comunes y
corrientes como todos los demás seres vivos.
Sin embargo, la necesidad de tener quien nos
defienda, quien saque la cara por nosotros, ha hecho que los héroes de los
libros y películas no sean suficientes para contentar nuestra hambre por
sentirnos que somos más de lo que somos. Tenemos un afán, una urgencia exagerada,
por calificar al ser humano como el mejor de todos sin objeción alguna.
Queremos que nos digan, una y otra vez, que somos los mejores y que nos
merecemos lo mejor que este mundo pueda ofrecer.
Eso, en principio, no tiene nada de malo. Es
normal tener un cierto nivel de ambición porque, si no se tuviera, no habría
forma de conseguir nada de la vida. Mucha gente piensa que querer más es malo
pero lo malo es usar ciertas técnicas para conseguir lo que queremos. Y ahí
vienen las mentiras, que varían en su dimensión para hacernos ver mejores y
mucho más brillantes que los demás. Porque si de algo se trata es de crear
ilusiones, cosas que no pueden existir ni que tienen sentido alguno pero que la
gente cree de todas maneras, como si no hubiera más opción.
Es lo que ocurre cuando la gente decidió sacar
a los héroes de las páginas de los libros y de todos los rincones de la
cultura. Los que hubo en el pasado, con sus hazañas pequeñas, hoy son vistos
como aportes insignificantes y ya no son héroes, si acaso para su comunidad o
núcleo familiar. Hoy en día se necesita
mucho más, se necesita ser un héroe como los de los cuentos que pueden hacer
varias cosas al mismo tiempo, luchan con unos mientras defienden a los demás y
hacer actos de increíble valor.
Pero recordemos que es
todo una ilusión. Porque el héroe contemporáneo no es en verdad capaz de hacer
varias cosas al mismo tiempo, eso es físicamente imposible. Lo saben bien las
madres cuando dicen que al intentar hacer dos cosas a la vez, una quedará seguramente
mal hecha. Y así es porque somos seres humanos, por mucho que intentemos y nos
empeñemos en hacer las cosas como queremos, la realidad siempre será diferente
porque tenemos limitaciones que muchas veces preferimos ignorar, como si no
existieran o importaran.
La ilusión también está en lo de hacer actos
de gran valía. Hoy en día cualquier idiota, tal cual, es un héroe por hacer su
trabajo. Lo que se hizo fue modificar el concepto del héroe, rebajándolo a una
expresión más accesible a los seres humanos, para que así sea más fácil ser un
héroe. Esto solamente resalta lo mediocre que puede ser la raza humana,
rebajando las cosas para tenerlas a su alcanza en vez de tratar de conseguir
eso que parece inalcanzable.
Porque ser un héroe como los de los cuentos no
es imposible. Parece imposible porque son momentos únicos con personas comunes
y corrientes que se convierten en algo más en un segundo de sus vidas. Un héroe
de verdad es alguien que tiene que hacer algo, tomar una decisión en un debido
momento crucial y deja de serlo una vez a pasado todo. Ha habido personas así a
lo largo de la Historia, personas que han tomado decisiones que nunca pensaron
que fueran trascendentales pero terminaron cambiando la cara de la humanidad.
Esos son héroes. No son los que hoy en día dan
comida a los pobres o hacen su trabajo medianamente bien. Los militares,
cualquier persona que tenga un arma encima, no es un héroe porque va en
contradicción con el termino. Que tiene de extraordinario e increíble una persona
que se gana la vida matando a los demás? Porque se puede argumentar que los
militares protegen y ese es de hecho su rol principal pero no su actividad
primaria. Nadie es un héroe cuando en vez de usar su voz o su cerebro, usa un
arma para matar y callar para siempre a sus contradictores.
Nadie es héroe a punta de armas y tampoco lo
es simplemente por existir. No son héroes los que construyen casas para los
damnificados de una inundación y tampoco lo son los que se esfuerzan en hacer reír
a las personas en los momentos más difíciles. Muchas de esas pueden ser
personas de gran valor pero no son héroes porque no ha habido es coyuntura, ese
momento que lo cambia todo y los separa, por unos segundos, del resto de la
humanidad.
Todo esto en pro de conservar las palabras y
sus definiciones como son y no dejar que todo lo vaya modificando la
mediocridad humana, que quiere hacer que todos sean felices sin razón alguna.
No hay nada como alcanzar una meta, como hacer un descubrimiento así ya todo el
mundo lo conozca. Estas cosas nuevas nos hacen crecer y son las que deberían
traer felicidad a nuestro corazón, no mentiras e ilusiones que no son nada, que
se deshacen en el viento y que en verdad no nos aportan nada.
No hay nada peor que ese comportamiento de
decirle a todo el mundo algo que no es cierto para alentarlo a algo. No. Si se
quiere alentar a alguien hay que decirle la verdad, completa y sin inventos. Se
le dice que está bien y que mal y en que se le puede ayudar. Y así las personas
crecen desde adentro hacia fuera y colaboran en el crecimiento personal de
otros.
Lo fantástico tiene mucho de atractivo, de
fascinante e increíble pero termina siendo una mentira, porque simplemente no
existe. Los seres humanos quieres ser todos diferentes, todos únicos e
irrepetibles pero eso no es posible. Habrá quienes tengan una vida estándar,
sin vaivenes o experiencias increíbles y eso no es malo de ninguna manera. Es
solo una de las maneras de vivir la vida. La cosa es que tenemos tanto miedo de
ser simples, de ser solo seres humano hechos de piel y carne que algún día
dejarán de existir. De pronto es que nos hemos dado cuenta la poco que
estaremos por aquí y tenemos miedo a no permanecer, a no dejar marca.
No tenemos porque todos ser héroes. No tenemos
que esforzarnos para ser únicos. Solo debemos dejarnos llevar por la vida y
ella sabrá la mejor manera de hacer disfrutar la experiencia humana que, ya de
por si, es fantástica.