No podía respirar nada. En un momento la
garganta se me cerró por completo y mis ojos debieron reflejarlo. Pero,
afortunadamente o no, no había nadie que pudiese verlos. Como pude, traté de
bajar el ritmo de mi respiración, sin parar de caminar y de llorar al mismo
tiempo. Lo que me había pasado era una tontería pero me había tomado tan por
sorpresa que simplemente no tenía como enfrentarlo. Pensé que tendría la fuerza
para que las cosas dejaran de afectarme tanto pero creo que cuando tomé energía
de un sitio, obviamente lo estaba dejando sin defensa a favor de otro lugar que
necesitaba más resistencia. Me puse a jugar con lo que tenía y casi acabo
destruido por mi mismo. Esa respiración casi ausente, ahogarme a los ojos de
todo el mundo y que no me vieran, la causé yo.
Bueno, para ser más exactos, fue un tipo de
apariencia rusa el que inició todo ese evento tan desagradable. Nunca quiero
volver a pasar por ese sitio pero sé que tarde o temprano lo haré pues esta
ciudad no es grande y todo se resume a una pocas calles. El caso es que un robo
es normalmente algo que no es tan traumático o al menos no en el civilizado
mundo europeo. Me han robado, y más intentado robar más veces, en mi país. Allí
un robo normalmente es más violento y peligroso pero nunca ha sido así para mí.
Afortunadamente siempre han sido momentos “manejables” y creo que ayuda que sea
un enfrentamiento, que sepas que ocurre. Cuando no sabes que pasa el miedo
escala más rápido y por eso creo que la tensión arterial casi me explota la
cabeza esta vez.
Por lo menos yo prefiero saber y así es en
todos los campos posibles. Quién no va a querer saber que pasa o como pasa?
Porque elegir vivir en la ignorancia sabiendo que el peligro así es mayor? No
sé que tiene la gente en la cabeza pero yo odio sentirme menos, burlado y como
si nada de lo que soy importara para nada. En parte eso fue lo que me dio más
rabia del asunto: no tanto el hecho de ser robado como el hecho de serlo sin
darme cuenta, en la calle y con gente no muy lejos. Me sentí burlado y una
burla en mi mismo y nadie debería tener el poder de hacer eso por su propia
cuenta a otra persona. Es cruel y rastrero y es un truco que solo busca un
beneficio temporal.
Al fin y al cabo, quién roba un celular (o
“móvil”) a estas alturas de la vida. Donde hay tanto mercado para aparatos
robados? Quién querría untarse las manos de algo que proviene de semejante
lugar, del robo o incluso de algo peor? No me sorprende que el ser humano no
tenga una pizca de sentido común pero esto es mucho más que eso. Es solo pensar
en los demás, así lo robado no sea más que un aparato. Lo que pasa es que para
los seres humanos los objetos son más que eso, son símbolos de algo y carga una
energía especial para cada persona. Remover objetos de la vida de una persona debe
ser decisión solamente de dicho ser humano y de nadie más.
Para mí, el objeto tenía un valor familiar.
Era un símbolo de una de las mejores Navidades que he pasado con mi familia, un
regalo sentido de mi padre con el que nunca he tenido una relación fuerte y
ahora que todos en mi hogar somos adultos, las cosas han cambiado para bien.
Ese celular era, hoy en día, mi conexión a ellos y mi manera más directa y
rápida de no sentirme solo en momentos en los que siento que me hundo y no hay
ninguna mano a la cual asirme. Mucha gente no sabe lo doloroso que puede ser
separarse de quienes quieres y tampoco saben lo complejo que es vivir
adaptándose a nuevos espacios y nuevas personas, a costumbres y maneras de
decir y hacer. Es algo que requiere tiempo y a veces el tiempo está en contra y
todo es más complicado de lo que debería.
Ese es el poder de los símbolos, el peso que
tienen los objetos. Muchas personas tildan a otros de superficiales, de darle
demasiada importancia a los objetos pero esto es solo verdad cuando esos
objetos no están cargados con significados, con una energía especial que es
solo nuestra y que nadie en el mundo puede soñar replicar. Como seres humanos,
obviamente creamos conexiones con otros seres humanos pero, ahora más que
nunca, necesitamos ayuda extra para crear esas conexiones y las ayudas son
estos objetos cargados de energía que sirven para mantener un vinculo que
podría ser débil o, al contrario, que es tan fuerte que necesita ser reforzado.
Perder un articulo de ropa o objetos rutinarios
como un bolígrafo o un lápiz, es poco posible que afecten a nadie pues rara vez
son cosas que se carguen con ese significado especial. No son símbolos a menos
que sean usados como tal o sean claves en uno u otro momento. Está claro que yo
hablo desde mi experiencia personal y se que es posible que alguien tenga una
camiseta de la cual no se separe o un lápiz “de la suerte”. Lo entendería
porque al fin y al cabo un símbolo no deja de serlo por su tamaño o por su
importancia en el mundo de los seres humanos. Eso es relativo y, al final del
camino, muy poco importante pues lo que es de veras clave es que el objeto
ayude a conectar a algún lado.
Está claro que si la conexión es solo al
objeto, ya no hay energía nuestra allí sino más bien un egocentrismo extraño
que se basa en lo que tenemos y no en lo que somos. Supongo que deben existir
casos pero seguramente está todo más relacionado a otros fenómenos humanos,
mucho menos importantes y más relacionados con la corrupción a través del
dinero. Ciertamente el dinero no tiene nada de energía y si lo tiene no es una
especialmente positiva. Alguien que solo tiene cosas por tenerlas simplemente
no tiene la capacidad para pasar esa parte de ellos mismos en algo que puede
conectarlos a otra persona. No hay flujo de energía así que, en esencia, no hay
nada de nada.
Caminé bastante porque la gente no sabía muy
bien donde quedaba la policía y ellos me mandaron a volar porque simplemente no
tenía un número de registro del teléfono. No hubo ayuda, no hubo compasión, no
hubo nada. Y yo que siempre pensé que los hombres y mujeres de la justicia y
sus brazos debían de tener un poco de sentimientos en esa coraza que los cubre.
Pero no, al menos esta vez no había nada. Por supuesto que no era como para que
me trataran como a una victima de violación pero, la verdad, yo sí me sentía
así o al menos muy parecido. Porque para mi había sido una violación de mi ser,
de lo que soy y de lo que nunca voy a dejar de ser. Un momento de distracción y
me quitaron las defensas que tomaran un tiempo en ser reconstruidas.
Y así tuve que volver a casa, con el cuerpo en
dolor y la cabeza a punto de estallar. No sé como llegué a mi casa.
Seguramente, después de tanto caminar, resultó que las cosas quedaban más cerca
de lo que parecía. El caso es que cuando llegué lo único que quise fue hablar
con mi familia y eso hice. No puedo decir que me calmó pero sí ayudó bastante,
pues en este momento son las únicas personas en el mundo, junto a un par más,
que me conocen bien y saben como hablarme y demás cuando estoy bastante mal. Sé
que muchos pensarán que no es para tanto pero ojalá nunca sientan ese dolor de
cabeza, esa sensación de tener unos tornillos gruesos metiéndose poco a poco en
el cráneo.
Así se sentía y se sintió durante toda la
noche. Me desperté un par de veces por culpa del dolor y por culpa del estúpido
mundo que me rodea que no me deja tranquilo. Cuando no pude seguir intentando
dormir, me senté en mi casa y me di cuenta que el dolor había bajado pero solo
pensar en el lo hizo crecer de nuevo como si tuviese vida propia. La ironía es
que no quería comer nada, no quería saber nada de nada y no tenía energía. Pero
tenía que volver a la policía y seguir haciendo lo que tenía que hacer pues las
cosas no pueden quedar como si estuviese bien hacerlas. Hice lo que debía hacer
y hacia las cinco de la tarde por fin comí algo y debo decir que eso me
devolvió el aliento.
El día pasó y en la noche pude dormir mejor,
al menos hasta hace un rato que empezaron a martillar y a romper y no sé a que
más hacer. Como dije, el mundo a mi alrededor tiene un serio problema para
dejarme en paz. Pero eso no importa, lo que importa es estar tranquilo y tratar
de no perder la rienda de las cosas. Esos objetos con poder, con energía, no
pueden jugar un papel tan importante, lo mismo que la gente en la calle. No se
puede darle el poder a alguien más para que lo use sobre uno. Hay que usar todo
lo que se tenga para construirse mejor, para ser la mejor persona que se pueda
ser y no hablo de sentimientos sino de capacidades.
Los sentimientos vienen luego y esos muchas
veces son un torrente que no se puede controlar. Los sentimientos no vienen
controlados ni de una fuente clara por lo que cuando surgen hay que dejarlos
salir de la mejor manera posible. El dolor de cabeza sigue rondando o tal vez
sea su fantasma. Tengo que asegurarme de estar listo para la próxima ronda,
porque así es.