viernes, 21 de abril de 2017

El fin de lo conocido

   De pronto, una nube de polvo enorme cubrió el mundo entero. Para cualquiera que no hubiese estado poniendo mucha atención, el polvo venía del aire, de algún lugar arriba de nuestras cabezas. Pero el caso era exactamente el contrario: venía de abajo, de los rincones más profundos de nuestro planeta. De hecho, el polvero no era del color cenizo o marrón que normalmente tiene el polvo que se levanta cuando hay suciedad o cuando un automóvil pasa por encima de él.

 Este polvo era de color blanco, al menos al comienzo. Apenas la gente lo vio, pensó que algo se estaba quemando pero era obvio que ese no era el caso, pues la humareda hubiese sido gris. La nube blanca fue creciendo y creciendo hasta que se convirtió en un monte de polvo enorme, que se iba tragando lentamente a todo los edificios y personas que encontraba a su paso. No tenía olor y tampoco hacía ruido, por lo que muchos desprevenidos murieron sin darse cuenta de lo que ocurría.

 El color blanco fue cambiando gradualmente a un ligero color azul. Según expertos que luego analizarían imágenes de video y fotografías, el cambio de color correspondía a un suceso bastante simple pero mortal: gases tóxicos se habían combinado con los ya nocivos gases de la nube blanca, convirtiéndola en una asesina andante. La gente tosía un poco con la nube blanca pero podía soportarla por un tiempo antes de intoxicarse. No pasaba lo mismo después de tornarse azul.

 La gente caía al suelo de golpe, apenas eran tocados por el cumulo de gases. Se retorcían unos segundos y luego morían, sin mayor espectáculo. Así murieron muchos que estaban en la calle y no se daban cuenta de lo que estaba sucediendo. Los que sobrevivieron  en un primero momento eran personas que estaban en sus casas con las ventanas bien cerradas y con sistemas de ventilación que no facilitaban la entrada de los gases a sus hogares. En muchos casos había sido un golpe de suerte.

 Desde las ventanas de los hogares, oficinas y demás, millones de personas observaron la muerte de mucho millones más. De hecho, la gran mayoría de las personas murieron en las primeras veinticuatro horas. La población mundial fue rebajada de un golpe, sin mayor oposición por parte de los que habían quedado vivos. La información era confusa, lo único que era claro era que la nube mataba a quién tocara y por eso nadie debía de salir de su hogar hasta que se encontrara alguna manera para evitar caer muerto de golpe al salir a dar una vuelta en la calle.

 Las personas estuvieron tres días encerradas hasta que se determinó cual había sido la causa de la nube, que no parecía querer desaparecer. Un fuerte terremoto en una zona deshabitada había abierto un enorme cañón, liberando así enormes cantidades de gases tóxicos que habían estado atrapados bajo la tierra por millones de años. El temblor había dejado salir la nube de las mismas entrañas de la tierra y esta se había elevado y hecho tan fuerte por la presión creada en el momento preciso.

 Los gobiernos que todavía funcionaban decidieron planear evacuaciones masivas, que llevaran a los sobrevivientes hacia puntos del globo donde la nube no pudiese afectarlo. Se planearon viajes en helicóptero, en aviones e incluso en dirigibles. Se diseñaron trajes especiales para que los oficiales y las personas pudieran usarlos sin arriesgar sus vidas en las calles, Todo fue sucediendo con lentitud pero de manera ordenada y efectiva. Era increíble ver todos los esfuerzos hechos.

 Sin embargo, todo cambió el día anterior a la fecha planeada para empezar la migración masiva. Otro terremoto, no tan fuerte como el anterior, reveló algo que nadie había observado con anterioridad. Parecía que aperturas como la generada por el primer terremoto estaban abriéndose un poco por todas partes, liberando más gas a la atmosfera. Aunque no parecía posible que la nube creciera aún más, los expertos determinaron que la cantidad de gases tóxicos liberados los conducían a una verdad innegable.

 La raza humana estaba contando sus últimos días. El aire, todo el aire en todas partes del globo, sería tóxico y mortal en tan solo unos meses. No había manera de escapar. Viajar a lugares donde no parecía pasar nada no serviría para sobrevivir. Los millones que no habían muerto de entrada, morirían meses después cuando el aire en sus pulmones se convirtiese en su verdugo. La humanidad estaba en sus últimas horas y no había una manera realista de escapar esa suerte.

 Científicos en todo el mundo dieron una última esperanza: anunciaron que estaban conectados con frecuencia, compartiendo impresiones, informaciones y todo tipo de datos para definir si existía alguna manera realizable para poder salvar a la humanidad. No prometían nada, ni siquiera estar vivos al día siguiente, pero pusieron todo su esfuerzo en el tema. Incluso personas que no sabían nada de ciencia quisieron ayudar, poniéndose trajes especiales y llevando comida a quienes estaban en peligro de morir primero de hambre que por los gases tóxicos.

 Pasaron semanas antes de que los científicos confesaran que había solo una solución pero no era la mejor: un puñado de seres humanos debían de ser elegidos para abordar las naves especiales, las pocas que existían, y salir de la Tierra lo más pronto posible. Existía ya tecnología para generar aire de manera sostenible y lo mismo con él agua. Muchos nuevos combustibles limpios habían sido creados para los cohetes y todos podrían ser usados en el espacio, para conquistar nuevos mundos.

 De los millones de sobrevivientes, solo un centenar podrían dejar la Tierra. Se hubiese pensado que seguido a este anuncio las personas tuviesen una respuesta violenta, con protestas y amenazas por todas partes. Pero eso no ocurrió. Tal vez era el hecho de que nadie quería morir más rápido de lo necesario o que la idea de morir ya estaba implantada con fuerza en cada ser humano existente. El caso es que nadie hizo mayor protesta. Estaba claro que no todo el mundo podía seguir viviendo.

 Se les dejó a los científicos elegir por su cuenta quienes abordarían esas naves espaciales. Trataron de elegir una persona de cada país y de equilibrar el número de hombres y el de mujeres. Era algo complicado. Tanto así que se tomaron un mes para tenerlo todo listo. El día del despegue hubo un terremoto que mató a miles de un solo golpe. Fue una tragedia despedirse de esa manera de un mundo que por tanto tiempo había sido un hogar tan preciado y singular, el único hogar.

 Los cohetes despegaron todos casi en el mismo momento. Quienes se quedaron en la Tierra les desearon lo mejor y murieron poco después. Desde las estaciones espaciales en orbita, que eran pocas y muy pequeñas, los nuevos astronautas observaron como el antes planeta azul era ahora de un tono diferente. Ya no era un azul profundo y misterioso, sino un azul casi artificial y demasiado brillante, como de alerta. Las naves prosiguieron su viaje y eventualmente se establecieron cerca del planeta rojo.

 Las colonias terrestres crecerían poco a poco, con el tiempo. Muchas tragedias ocurrirían pero ninguna del tamaño de la que había escapado. La humanidad sobreviviría en otro lugar, de manera limitada y con dificultades, pero seguiría viva que es lo importante.


 Todo ser humano nacido después del cataclismo, marcianos más no terrestres, entenderían que todo lo ocurrido, todo el pasado de su especie, estaba ahora encerrado para siempre en una bola que giraba en el espacio, inerte. Un enorme cementerio.

miércoles, 19 de abril de 2017

My choice

   Everything had to be done properly and n the most orderly fashion possible. No loose ends of any type. The first thing was to be sure that I wanted to do it and that was a resounding “yes”, from the very start. The normal thing would be for one to be scared or not sure that that’s the way to go. But I had been thinking about it for so long, that it made o sense to me to do anything else than that. So the first thing was off the table and that made me feel a little bit better about the whole thing.

 Then, planning had to start. Again, I didn’t want to make it messy, I wanted it to be done right, to make people think about what I was thinking and how I felt the moment I did it. It’s not that I wanted anyone to get hurt, but I did want to make them think. You cannot do these things and suddenly forget all of the symbolism such an event had all over it. So I needed to plan everything to the second, even if that meant thinking about it all the time. It was a test to my resolve.

 The supermarket was my first destination. I bought so many things; the cashier girl thought I was a little bit insane. The final tally was very expensive, but I didn’t mind at all, Money had stopped having any importance for me and the plan was all that matter. It was important to make it all as I had imagined so I couldn’t shy away from doing things just because they were expensive or almost impossible in the eyes of most people. I needed to do what I had to do, right then.

 When I came back home with all the things I had bought, I moved on to the second part of my plan: had to cancel everything with my name on it: every credit card, every bank account, every subscription to a magazine or to some email newsletters. Everything had to go. Of course, I couldn’t do all of this in one day but it was very important to just start and get it going. I think that was one of the most difficult things to do in the whole process, before talking to my family of course.

 Friends were very few and a couple of phone calls would be easy to make. But calling my family or talking to them in person was going to be very difficult. I didn’t know if I would be able to stare at them as I talked. Maybe it was better to just stare at the ground and hope for the best. I guess that’s why I kept postponing doing that. It wasn’t really necessary to be honest, but I had always felt hat I owe my family for every single thing they had ever given to me. So the natural thing, specially in this case, was for me to speak to them frankly and without shame,

 Anyway, I left that for the last week. The next few days, I just enjoyed myself thoroughly. I did a number of things I had never done. That was a huge rush, a feeling that made me think that my decision was the right one. I never doubted it for a second and I think many people, in retrospective, think that I was crazy because of that way to react. They thought I should’ve been in the bottom of a well or something like that, nor running around as happy as I had never been before.

 Yes, it was disturbing to me too, but that doesn’t mean it was an improper way to feel. It just meant that I was certain of my decision and that is a very powerful thing. How many people are really certain of the choices they make? How many people doubt once they have decided on something that will undoubtedly change the course of their lives forever? It’s an obvious thing, to doubt and to feel the need to correct oneself. But I never felt that and I’m not ashamed.

 Those days, about two weeks to be exact, were one of the best times in my life and that’s exactly how I wanted it to be. Talking to my friends was not as hard as I thought, maybe because they weren’t many. Of course, they first opposed my decision; they cried and even quarreled with me for a while. But after venting everything, they realized it made sense. Every single part of my plan made sense to them and that made them realize I was right, even if they didn’t agree with everything.

 We had a long good time together, in my house. I invited them offer for a sleepover. We watched lots of movies, ate everything we wanted, talked trash about people we all knew and analyzed our past in the funniest ways. We did avoid talking about the main subject but eventually we just held each other and they supported me. It was obviously very difficult for them but they decided to accept my decision because they understood the reasoning behind it and they couldn’t really defy it.

 There were some moments during those days in which I felt extremely alone. Of course, my determination didn’t really change because of that, on the contrary. But for some silly reason,  I thought that because of my decision, all those strange feelings would go away. I actually thought that fear would go away and just stop harassing me. But I guess fear is too strong of a feeling and there’s no real way of stopping it. After all, it’s the feeling that commands you to do so many things that you would otherwise never do. I found it all very interesting.

 When the day came, I was actually very calm about it. I ran my last errands, disconnected by phone and threw away my cellphone. Then, I drove my car to the most beautiful spot I knew, one that overlook the city and there I waited for the sun to go down. It was strange to me how not even birds interrupted my moment. It seemed that the universe had agreed that my decision was correct and that nothing should interrupt what I had decided to do. It was very beautiful, in way.

 I spent all night there, in the pitch-black night, hearing the sounds of the forest and of the city that was just below. During that time, I decided to reminisce about all the things that I had loved about myself and others. I could choose some of those memories rather easily, others were a little bit harder to find. But I spent all night thinking about them and about me and I think that was the perfect thing to do right then. Nothing would have been better, that’s what I feel at least.

 Then, just before the break of dawn, I pulled out a little bottle out of my jacket, opened it, and drank all of its content without hesitating for a second. The taste was very bitter at the start and very sweet at the end. I threw the bottle far way and then just laid down over the hood of my car, watching the last few stars of the night being chased by sunlight. It was the most beautiful thing I had ever seen in my life and, probably, one of the last things I would ever see with my own two eyes.

 I think it took my body about ten more minutes to die after that. It was as if every single machine working inside me was shutting down. Every single factory inside, the stomach, the liver, the lungs, they were all turning off their machines, ending production for good. I didn’t get scared in the last moment; I didn’t feel remorse or anything like that. If anything, I thought that I had finally gotten what I needed. It had been my choice and it had been the right one, I knew it.

 I died fast. My body was found later that day. I asked for them, my family, to cremate my body and throw the ashes away somewhere nice. They did exactly that and I’m grateful to them even now. They were my rock all along, my reason to live.


 Some said afterwards that I was very young and that I had no right to die like I did, by choice. But I think they have only live their lives. So they don’t know what it’s like for other people, they forget life is more than just one thing. And one thing it isn’t, is fair.

lunes, 17 de abril de 2017

Pablo, hoy

   Como muchas veces antes, soñé que mi vida era mucho más emocionante de lo que en verdad es. Tenía amigos y estaba en un lugar diferente y creo que sentía que las cosas estaban en movimiento, que todo cambiaba con frecuencia o al menos con cierta regularidad. Para pensar así a veces no necesito quedarme dormido sino que con soñar despierto es suficiente. Y no tengo que imaginar nada, solo remontarme a un pasado inmediato, cuando todo parecía estar lleno de posibilidades.

 Pero, al parecer, ellas no están ahí. Claro que me dicen que debo ser persistente y que algo saldrá eventualmente. Yo no soy tan optimista y de pronto por eso no consiga nada. ¿Pero que hago? ¿Cambio mi manera de ser para conseguir algo que francamente me aterroriza encontrar? No me enorgullece decir que nunca he trabajado en mi vida para ganarme nada. Mejor dicho, nunca me he ganado nada con el sudor de mi fuerte o el esfuerzo de mi cerebro. Nunca ha ocurrido.

 La vida en sociedad dicta que eso es lo que debo hacer ahora, debo ser productivo a la sociedad, debo servirle de algo a alguien, supuestamente más que todo a mi mismo. Pero la verdad, la clara y honesta verdad, es que yo no siento que necesite hacer nada para comprenderme mejor, Creo que el nivel de entendimiento al que he llegado conmigo mismo es más que suficiente. Y puede que eso suene a excusa barata pero, de nuevo, no puedo fingir que las cosas son diferentes a como son.

 El caso es que se supone que deba trabajar y en esa búsqueda he estado ya varios meses. Los primeros tres meses de vuelta, lo confieso, nunca busqué nada de nada. No hice ningún esfuerzo. Estaba mental y físicamente agotado. No sabría explicar muy bien las razones para esa apatía o cansancio pero así fue y decidí que hasta después de Año Nuevo, no iba a hacer nada de nada. Y así tal cual lo hice. Así que si nos atamos a los hechos, he estado buscando trabajo por casi cuatro meses.

 Y nada. Lo único que he recibido son llamadas de dos lugares, para atender teléfonos en otro idioma y hacer yo no sé que cosas. Al comienzo lo pensé, lo consideré. Pero al final de cuenta me di cuenta que no puedo hacerlo por el tiempo y dinero invertido en una educación de calidad. No puedo terminar haciendo algo por debajo de mi nivel académico y sé que eso puede sonar ofensivo, y tal vez lo sea, pero es la realidad de las cosas, y no la puedo cambiar porque así es. Estudié y estudié y eso no lo puedo tirar a la basura en dos segundos.

 El problema está en que a nadie parece importarle que yo haya estudiado tanto. En el mundo de hoy lo único que se necesita es alguien que se deje utilizar. La única manera de evitarlo es teniendo alguna palanca, alguna amistad metida en algún lado que lo pueda ayudar a uno a obtener un empleo. Ni siquiera tiene que ser una buena amistad, basta con tener que deber un favor que después se cobrará, de una manera o de otra. Pero yo no tengo esas amistades entonces ese camino no existe para mí.

 Debo tomar el camino de intentar e intentar e intentar y ver si en algún momento a alguien le importa mi existencia. Sé que suena fatalista y dramático pero así son las cosas. A la gente se le olvidan las cosas después de que suceden, por eso me miran como si fuera un perro verde, porque no recuerdan cuando ellos mismos estaban en mi lugar. Eso sí, si es que alguna vez estuvieron allí porque puede que sus vidas hayan sido tan diferente que simplemente no entienden mi situación.

 No importa que nadie entienda nada. Por lo menos a mi me da igual. Yo quisiera que solo una persona se fijara en lo que puedo hacer, que no es mucho pero es algo y ahí empezara todo para mí. Porque es bien sabido que el empleo es el que hace a la persona. Sin él, nadie es nada. ¿O porqué será que cuando hablas con alguien por primera vez, lo primero que preguntan es “Y que haces en la vida”? Yo nunca tengo respuesta y por eso no he conocido a nadie desde mi época de la universidad.

 Ese cuento de que a la gente le gustan las historias de esfuerzo y originalidad es exactamente eso, un cuento para niños que no tiene ninguna base real. A la gente lo que le encanta es alguien que tenga un empleo despampanante, así no pague ni para envenenarse. Podrías decir que eres actor o que eres ayudante en alguna compañía. Da igual porque la respuesta sería la misma: las personas quedarían encantadas porque se dan cuenta de que tienes una seguridad como la de todos.

 O casi todos. La gente pierde el interés rápido cuando no tienes para decir lo que quieren oír. No se quedan por las historias que no terminan en dinero. Puedo que eso suene duro pero casi siempre es la verdad, a menos que se trate de una amistad o un amor que se construyó por otro lado. En ese caso las cosas cambian. De resto, dinero. Suena a que culpo a mi falta de empleo de mi falta de vida sentimental y de hecho creo que tiene todo el sentido pero me importa tan poco esto último, que la verdad me tiene muy sin cuidado esa particular consecuencia.

 En este tiempo tampoco es que no haya hecho nada. Como dije antes, me he conocido más a mi mismo y no voy a decir que eso sea bueno o malo, es solo un hecho. Además he podido pasar más tiempo con mi familia y darme cuenta de lo mucho que los quiero. A veces me dan ataques de pánico porque sé que los estoy decepcionando, sé que ellos pensaron en muchas cosas para mí, sé que quieren otra vida para mí. Pero aquí estoy, un fracaso y todos los días trato de remediarlo.

 Solo me interesa que ellos estén bien y contentos. La demás gente no me interesa tanto. De nuevo, puedo parecer cruel pero la verdad no se va por las ramas y prefiero no hacerlo yo. Quisiera tener una vida de esas como las de todos para que ellos no se preocuparan por mi. Ese podría ser mi único deseo de verdad en la vida porque de resto, no me interesa tener nada material o inmaterial. La tranquilidad es lo único que busco y eso incluye el codiciado dinero.

 Porque hay que admitirlo: en este mundo, sin dinero, las personas no son nada. La gente no viene a ver espectáculos patéticos de gente que se esfuerza. Eso es para el cine, donde las cosas tienen una magia especial que interesa a las masas. Pero la realidad dicta que si no estás produciendo nada, ni para ti ni para los demás, simplemente no eres nadie. Y así es. En este momento de mi vida me he dado cuenta que yo, para la sociedad, no existo. Y no me he sorprendido con la noticia.

 Es una de esas cosas que se saben así, sintiéndolas y ya. Yo hago el esfuerzo de enviar hojas de vida todos los días. Debería intentar más con otras cosas, aumentar mi energía. Pero de nuevo, no me engaño. Jamás seré nadie más que yo y yo no soy una persona tremendamente activa y participativa y no lo voy a ser ahora porque no quiero. A estas alturas no voy a engañar a la gente y a mi mismo con una actuación que seguramente no podré mantener por el resto de mis días, y eso es lo que se me pide.

 Seguiré como estoy porque no sé que más hacer. O mejor dicho, sí sé pero no quiero pensar en esos caminos poco frecuentados porque requieren un valor que yo simplemente no tengo. Requieren de mi mucho, demasiado. Y me confunden.


 Llorar a veces, nervios siempre y dolores frecuentes. No soy una persona así que no debería sentir nada de eso. Por eso oculto lo que me ocurre por dentro para poder seguir, hacia donde sea que sea adelante. Tanteo el camino y sigo porque no tengo ninguna otra opción.

viernes, 14 de abril de 2017

The bird

   The bird was simply majestic. It had entered the canyon unexpectedly but the people that were there couldn’t take their eyes off of it. It’s wings were very large, so large in fact that the shadow that the creature casted over the terrain was huge. Some of the tourists near the river were a bit afraid of this because of the disproportionate size of the creature. Maybe it was precisely that feature that made it seem like it was flying very slow and close to the water. It was just like a dream.

 As it passed near the group of people, the bird let out a sound. It made all hairs stand on every human that heard it, as it was the most metallic sound a bird could ever do. It was as if the creature was not a biological being but that was impossible because of the eyes of the bird. No mechanical bird would look around like that. The bird continued to fly through the canyon until it reached a tight turn. Then it elevated it’s body toward the sky and soon it had disappeared completely from their sight.

 Every person there starting talking when the creature went away. It was as if the volume had been turned off for a moment and now it had made a comeback. The kids that had been playing in the water went back to it, but with much less enthusiasm than before and all the adults started mumbling and then openly talking about what they had just seen. It was obvious that gigantic birds were not really the norm in the region or out of it. They had just been in the presence of a unique event.

 The group was made of family members from all branches: grandparents, sons, daughters, uncles, aunts, nephews, nieces and so on. Every single one of them had decided to do a little picnic down in the canyon, which was located only an hour away from the town where they were all staying overnight. That town was the one where their family had begun so they were essentially coming back to their roots, teaching their children all about the region that they had known so well when younger.

 As they had been cooking meat just before the bird had made its appearance, they soon realized it had been burned by fire. So much so, that they had to throw it away and put some new pieces of meat and start all over again. As they ate, some time later that day, the obvious topic was the gigantic bird and everything about it. One of the women said that she new a biologist from the university she worked in. She would talk to him about it as soon as they went back to the city, in order to know if that creature was known to science or if it was a new discovery.

  Weeks later, when she got to talk to the biologist, she realized something that made her look and feel very dumb: no one in her family had thought of taking a picture of the creature with a cellphone or a camera and they had lots of those that day, laying around as every silly thing they did was awarded with the taking of a picture. Her friend told her that it would have been easier that way but that she could describe the creature in detail and that way they could recognized it from archival footage.

 It wasn’t a surprise when the biologist almost fainted as the woman told him everything about the bird: its size, the silvery color of its feathers, its very particular cry and all other features she could remember. At first he was scared but then he decided his friend was not telling him the truth. He tried to convince himself of that. But the woman was so adamant he knew that there was something big there. After consultation of the archive, they didn’t find any bird even remotely similar.

 The woman was about to leave when she asked the man that, if they creature was a new discovery, her family would love to see their last name being celebrated on the bird’s scientific name. For them, it would be an honor to serve as the people that discovered a brand new creature, not known to mankind before it had appeared on that canyon, the day they had decided to go for a picnic. She said goodbye and the biologist stood there in silence, thinking what to do next.

 He decided to form a group and leave for the canyon as soon as possible. Contrary to what one may think, not many people knew about that access the family had use to the inner side of the canyon. Most people stayed on the higher level, in order to look into the rock formation from above. It was a spectacular creation of nature, with the red rock perfectly worked by the river and the wind, as well as the passage of time. It was a wonderful place to find something great.

 The scientific group was made of five people. They decided to probe different areas of the canyon in order to look for new form of life. At the beginning, they thought it was going to be very easy, as the size of the bird wouldn’t make it very easy for it to hide, but they soon realized that it was going to be much more complicated than that. The first day, they didn’t see a thing. However, they did discover two new species of butterflies, as well as a new type of fungus that grew near the river. It was very exciting but not exactly what they had come for.

 The second day was the same, although they did discover a new bat and several other bugs that science didn’t know nothing about. By the third day, they decided to move along the river and see where they could end up. Supposedly, it wasn’t possible to that for the whole extension of the canyon, as the river was bigger in some parts than in others. They walked for two day in one direction but didn’t find more than some other bugs and other minor creatures.

 They turned around when a huge boulder fell down on them, almost killing one of the scientists. They decided to go up the river this time, which was apparently easier. But after three days, the new animals became scarce and it was obvious they were not going to see any huge birds soon. It started to rain soon enough and the fact that they were in a canyon became a very dangerous thing. They didn’t even stay one whole day more. The group had to exit the canyon in order not to be taken away by the engorged river.

 They camped in the upper area of the rock formation and analyzed several of the specimens that they had discovered. They could do that in an actual laboratory but the truth was they all wanted to see the gigantic bird. But how to attract it, how to make it come to them? They wanted to know, at least, more details about where they could find it. But there was nothing to tell them anything new about it. They had to be patient and realize it even may not happen for them.

 They stayed for two more days but the bird never appeared. The scientist went back to the city, as they had tons of information to process. It hadn’t been a wasted journey because of the many discoveries they had made but the crown jewel of the whole thing had not been found. Some had even decided to doubt the story and they openly said the bird was probably an illusion or something of the sort. The rest agreed, even if with all their heart they wanted the creature to be real.

 Many years later, the same family went back to the canyon. The elders had passed away and their ashes were going to be spread on the river, near the place where they had grown up. It was a very sentimental moment, everyone was in silence, mourning.


Suddenly, the bird appeared again. It looked exactly as it had look years ago. However, this time it landed near the family, bowed and then left again. Everyone had been taken aback by the bird except one of the youngest children, who did turn on her cellphone just in the right moment.