Rosa del viento

   Cuando empezaron a usar al valle y luego al cañón como pista aérea de carreras, todavía el pueblo no existía. Venían volando de más lejos, de una pista de tierra que quedaba a muchos kilómetros de allí. Con el pueblo construido, los aficionados habían construido un aeródromo más confortable y cerca de los lugares que les gustaba frecuentar. De hecho, se podía decir que el pueblo había nacido gracias a la afición de la gente de la zona por volar. Los aerodeslizadores que usaban eran de los más avanzados en el mundo.

 Uno de ellos, el capitán Cooke, fue el fundador del pueblo cuando se estrelló aparatosamente a la entrada del valle. Venía de atravesar todo el cañón y luego el valle pero no se había fijado en los cambios del viento y eso causó que se estrellara estrepitosamente contra el suelo. Allí mismo donde cayó, y donde se puede decir que sobrevivió de puro milagro, fue donde fundó el pequeño pueblo de Rosa del Viento. Era en honor a la clave del vuelo, lo que debía siempre tenerse en cuenta para ser un piloto de verdad exitoso.

 Cooke construyó allí una casita modesta y luego se mudó la mujer que se convertiría en su esposa. De hecho, jamás se casaron formalmente pero eso jamás les importó demasiado. Para cuando tuvieron el primer hijo, el caserío ya contaba con unas 10 personas, todas relacionadas de una y otra manera con el vuelo o al menos con todo lo que tenía que ver con el valle y el cañón, pues también había una gran cantidad de científicos que venían de las grandes ciudades para ganar conocimiento acerca de las especies que habitaban la zona.

 Estaban a un par de cientos de kilómetros de una ciudad grande, de todo lo que significara una verdadera conexión con el mundo. Lo único que los conectaba a ellos era volar. Sus aerodeslizadores podían llegar a Monte Oca, el pueblo con hospital más cercano, en apenas diez minutos con el viento a favor. Eso era bastante bueno si necesitaban con urgencia una medicina o si era urgente llevar un enfermo a la clínica. El problema era que las aeronaves que poseían casi nunca tenían dos asientos pero se las arreglaban como podían.

 Para cuando Cooke completo cuatro hijos, dos niñas y dos niños, el pueblo contaba ya con casi doscientas personas, muchas atraídas por el particular clima de la zona y por la tranquilidad. Además seguían siendo mayoría fanáticos del vuelo. Tanto así, que empezaron a organizar el torneo anual de Rosa del Viento, una carrera a través del valle y el cañón que daba un gran premio en metálico a quien ganara. El dinero era casi siempre proporcionado por todo en el pueblo, ganado en principio con publicidad y el incipiente turismo.

 Para cuando Cooke murió, en un grave accidente en el cañón, el pueblo contaba más de mil almas y el torneo de Rosa del Viento era sencillamente el más conocido en el continente, y seguramente uno de los más reconocidos del mundo. Una estatua de Cooke fue erigida frente a su hogar, y luego fue puesta en un nuevo parque que sería el centro geográfico del pueblo. No había turista que se perdiera ese punto de atractivo, así como las expediciones y caminatas por toda la zona que era altamente atractiva para el turismo de aventura.

 Pero, sin lugar a dudas, el pueblo siempre se llenaba al tope cuando se celebraba el torneo aéreo. La gente moría por ver a los pilotos volando bajo por el cañón, aunque a los locales ahora les daba un poco de fastidio ver esa parte pues así habían perdido a su más grande piloto. En todo caso, la gente iba en grandes cantidades y gastaba mucho dinero en hoteles, comida y turismo en general. Por eso el torneo pudo mejorar, haciéndose más seguro y con mejor tecnología visual para que la gente que lo viera en televisión se sintiera dentro del aeroplano.

 Los cambios fueron un éxito y colaboraron a la construcción de una mejor infraestructura en el pueblo, que siempre había luchado contra los elementos para poder abastecerse de agua, de electricidad e incluso de gas natural. Todo eso se convirtió en una realidad, casi treinta años después de la muerte de Cooke. Sus hijos todavía vivían en el pueblo pero no así sus nietos que se habían dispersado por el mundo. El punto es que Rosa del Viento se convirtió en punto de parada obligatorio para todos los que quisieran vivir una verdadera aventura.

 Las expediciones por el valle eran las mejores para familias o incluso personas mayores. La gente acampaba en terrenos abiertos y aprendían de la vida de antes, cuando había que hacer una fogata y cocinar lo primero que se pudiera cazar para aplacar el hambre. Obviamente, ya no había que sacrificar ratas ni nada parecido para vivir confortablemente. Los grupos de llevaban casi siempre comida enlatada y repelentes contra varios animales, aunque era casi imposible que no hubiera algún encuentro indeseado, especialmente siendo una zona árida.

 El valle era hermoso y verde en algunos parches aislados. La tierra era roja y salvaje y por eso era tan adorada por los visitantes. Los hacía sentirse, según lo que la mayoría decía, en otro planeta. Les encantaba el aroma dulce del viento y las caras siempre amables de los habitantes de la zona. Nunca se sentía que fueran expresiones forzadas, poco sinceras. Era solo que así eran y a todo el mundo le fascinaba. Por eso el turismo no hacía sino aumentar, como el número de hoteles y negocios.

 Cuando el pueblo llegó a los dos mil habitantes, se hizo una fiesta por todo lo alto y se celebró una edición especial del torneo de Rosa del Viento. La celebración se planeó con muchos meses de antelación y había preparativos de toda clase, desde un recorrido innovador para el torneo como nuevas plantas solares para la ciudad que eran las que abastecían todo de energía. Sin embargo, la tragedia volvió a asomar su fea cabeza cuando tres pilotos murieron en el torneo. El accidente fue el peor, de lejos, en la historia de la competencia y de la región.

 El pueblo casi no se recupera. Durante un año no hubo competencias aéreas y no era porque no quisieran sino porque el turismo tuvo un bajó increíble. Tan mal estuvo que muchos de los nuevos comercios tuvieron que cerrar e incluso se limitaron los tures que se hacían por el valle y por el cañón, pues la gente ahora le tenía mucho miedo a todo y no quería arriesgarse yendo muy lejos o caminando cerca de la zona donde había sido el accidente. Sin embargo, muchos terminaban yendo porque, al fin y al cabo, la gente es así y siempre lo será.

 La única manera de mejorarlo todo, hace un año aproximadamente, vino de la mano de un grupo de jóvenes exploradores que habían decidido visitar zonas remotas del mundo para  ver si podían descubrir nuevas especies de plantas y animales. Ya habían estado en un par de densas selvas lejanas y, según dijeron a la gente del pueblo, estaban felices de poder visitar un lugar seco donde la lluvia no fuera constante y pudiesen trabajar a un mejor ritmo. Descubrieron pronto que el calor y la aridez tenían sus inconvenientes pero lo supieron soportar bien.

 El foco de su expedición era el cañón sobre el que pasaban antes los aviones durante el torneo. Era raro pero nadie nunca lo había explorado mucho, pues acceder a pie era mucho más difícil que entrar volando, y eso que eso tampoco era demasiado sencillo. El grupo de jóvenes se quedó allí por casi un mes entero, acompañados de algunos residentes del pueblo que iban y venían. Un buen día, uno de ellos anunció que la expedición terminaba y que harían un anuncio. En la plaza de Cooke, el je de la expedición anunció que habían descubierto quince especies nuevas.

 El interés de parte de conservacionistas y biólogos hizo que el pueblo reviviera. Tanto era el flujo de gente, que reactivaron de nuevo el torneo y las grandes masas del pasado volvieron varias veces más, aunque no en tan gran número, a contemplar a los arriesgados pilotos que ahora volaban sobre las cabezas de campistas novatos o de exploradores empedernidos. Todos podían apreciar con facilidad la belleza del acto del vuelo, ayudado por el sitio donde tenía lugar.

Friends & Secrets

   It was very problematic for Sean to admit that his life had improved dramatically since he had joined the gym. He didn’t want to tell anyone about it and only went there once a day, six days a week. Of course, sometime people would ask him where he was and what he was doing, but he had created the illusion that he was attending cooking lessons at a school that happened to be in the neighboring building of the gym. The smell of warm and fresh croissants was almost constant and made almost impossible to focus on one's obliques.

 Sean had never been the kind of guy that went to the gym and cared about his body. Earlier in his life he openly mocked those who took too much care of their bodies and looks. To be fair, he still mocked only that he refrained himself from saying anything out loud because he would really look like a hypocrite if he said something. The difference was the he didn’t exercise because he wanted to look better but because he wanted to feel better, which were too different things. Most of the people there were just show offs that already had a great body.

 Since he was a little boy, he had loved eating candy. His favorites were salted caramel and chocolate. His life wasn’t complete when he was at school if he didn’t have a piece of chocolate with his lunch. It was kind of a ritual, a weird tradition that he had with himself. He kept that for years, until very recently. Actually, some of his friends had begun wondering what had happened to the chocolates he always ate and also about the ones that he kept all over the house in case he wanted something sweet to enhance his day.

 All of those chocolates had disappeared and no one really understood why. Some were not idiots and had realized Sean had lost some weight and, weirdly enough, he looked as if he had grown taller and bigger but not in a bad way. They asked him about it and he only answered he didn’t really knew why and that he partially blamed work and the classes because of the tension he went through every single day. Stress could be a powerful force and could certainly be blamed for many things, so it was a nice save that not everyone bought.

 One of those who hadn’t bought into the story was Billy. He had noticed something really strange one day they were at Sean’s apartment watching a movie. At one point, they were having popcorn and Sean asked if they wanted more. Of course, everyone said yes. To be funny, Sean raised his hands in the air and exaggerated a positive response. It was then when Billy saw it: Sean’s shirt had been raised and instead of a normal belly, he saw a body in the process of getting really ripped. He knew his friend had never been like that.

 Many times before they had taken trips all together. Billy knew his friends bodies, not because he had an obsession with them or anything but because he had seen them in their trunks and bikinis. He knew what they look like. So the new appearance of Sean’s body was a very big surprise for him. Now that he was thinking about it, he remembered that Sean had not attended their last trip to the beach. He had told them that he didn’t feel quite right but when they came back he looked exactly the same, like a normal healthy person.

 Billy decided to follow Sean one day. He worked for his father so he asked him for a day off from the office in order to attend some personal business. His father never asked many questions and agreed almost immediately. They following day, he woke up really early and decided to follow Sean by bike. He decided not to take the car as he suspected Sean would know it was him if he saw it. The first time he saw Sean that day was at seven o’clock, time he left at for work. He stayed in his office until midday, when he came out to lunch.

 It was then when he saw the first red flag: Sean had never been the type to eat big pieces of meat or a large portion of anything. He knew how to choose what his body was capable of consuming. However, he had never been the type to refrain himself from eating something delicious, even if hat something was not especially good for you. Billy remembered fondly the time the two of them had eaten a big plate full of spicy hot wings by themselves, no beverages or carrot sticks with ranch sauce. That had been a fun day.

 But now, he noticed that Sean had bought a salad for lunch, a salad that didn’t even had a piece of chicken or bacon or anything. And the worst part of it all was that he really seemed to be enjoying himself while eating it. Sean stopped looked from a distance and thought that maybe he was been too judgmental and a tad exaggerated. Maybe it wasn’t such a bad idea after all if Sean was taking care of himself. He was trying to feel better or maybe it was that he wanted to look hotter or even that he was dating and he wanted to look great for that person.

 That all went to the mental garbage when Billy saw Sean pulling a bottle of water from his backpack and drinking from it. That was just ridiculous. One thing was to take care of his body and all of that but drinking plain water with a lunch that consisted mostly on a bunch of leaves only a turtle would eat, was just insane. Billy thought that there was something really wrong with his friend because he had never seen him like this. Something had to be wrong, that was clear. But what could it be or why could it be?

 After waiting for several hours in a café across the street, Billy followed Sean again and the next destination, to no surprise, was the gym. Granted, it was not the type of gym that had many windows and looked more like a giant fish tank than like a human building, but nevertheless it was a strange thing. Billy decided to go in, as he would see nothing from outside. Of course, he had to pretend he was interesting in joining because otherwise he wouldn’t have been allowed entrance. A trainer showed him round but he didn’t really listened.

 He only saw Sean many minutes later, working out on a huge machine that seemed to be used to help exercise the abdominal area. He had no trainer besides him and seemed to be focusing a lot on what he was doing. For Billy, the sight was really strange but not because it was his friend but because he had never seen someone so focused to do something like that. For a moment, he even thought it was quite admirable that Sean had decided to take on such a challenge, but moments later he felt betrayed again, as a friend.

 He decided to confront Sean. He ditched the trainer telling him he would join after walking around alone and then walked, almost ran, straight to where Sean was. As expected, Sean was quite taken aback when he saw his friend standing there. But then he decided to finish his exercise and then finally stand up, sweating more than he would have wanted to in that moment. The two friends looked at each other and didn’t say a word, not until someone dropped a weight somewhere, slamming his foot. They both laughed, which eased the tension.

 Sean explained to his friend that he had always had self-esteem problems, going back to his high school days. He had always felt fat and ugly and he recently had realized he could actually do something about it. He had begun exercising over a year ago but the change in food had been done very recently. He didn’t call it a diet because he ate as always on weekends and he couldn’t say he was going vegan or vegetarian because his favorite meals consisted of pork chops in a pineapple sauce. Anyway, he was trying something to help him achieve his goal.

 He told Billy he was sorry for lying but Billy interrupted him saying he was a bad friend for never having really talk about their past in a much more open way. If they had, he would have known his buddy’s struggles and could even have helped him. He told Sean he was sorry and then hugged him, which was a first for the two as they had always been the kind of buds that only shake hands. It was a new beginning to their friendship, a much needed one.

Cinemia

   Todo había sido hecho casi a la medida. Era un mundo completo, con todo lo que se pudiese necesitar en un lugar al que se viene de vacaciones, pues esa era la idea original de los creadores de semejante invento. Se habían basado en varias películas y habían usado varios de los personajes para ir poblando ese mundo. Serían un elemento más para que cualquier persona se decidiera a gastar el dinero necesario para vivir la experiencia de entrar a un mundo de ensueño donde podía sumergirse en sus películas favoritas por un tiempo máximo de una semana.

 Los creadores de la experiencia lo habían hecho todo con mucho cuidado, pidiendo todos los derechos necesarios para usar ciertas locaciones y rostros, y también avanzando tecnológicamente de una manera que nunca se había visto en el planeta entero. Al fin y al cabo, era una experiencia en la que había que sumergirse, había que creérselo todo y para conseguir eso hay que alcanzar el mejor lugar posible en todos los sentidos. Por eso el sitio demoró mucho más tiempo del previsto en ser terminado. Hubo muchos cambios y correcciones.

 Los androides que personificaban a los personajes famosos de las películas debían de ser perfectos y por mucho tiempo no lo fueron, eran simplemente robots sin gracia que repetían las frases clave una y otra vez como discos rayados. Eso no era lo que nadie quería. Por eso tuvieron que posponer la fecha de estreno una  y otra vez, hasta que los personajes y todo su mundo estuviesen completos y no presentaran los mismos errores que se presentaban al comienzo. En esa época los androides explotaban de tanta información.

 Las primeras entradas para Cinemia (así se llamaba la experiencia construida) fueron sorteadas por internet con una página especial que eligió cien personas completamente al azar. Se hizo así, precisamente, para que nadie tuviera la posibilidad de denunciarlos por no haber sido elegidos. Dos meses después del sorteo era el momento indicado para que los primeros visitantes llegasen a lugar y empezaran a experimentar todo lo que se podía ofrecer. Eso sí, debían de reportar absolutamente todo lo que vieran para corregir antes de abrir el lugar al público general.

 Ese primer grupo de cien llegó al lugar indicado pero de allí los llevaron en un helicóptero al lugar real donde empezaba la aventura. Todo bajaron en la plaza principal de un pueblito que parecía algo desierto, pero al dejar pasar un solo día, se dieron cuenta que todo el lugar cobraba una vida inesperada. El pueblo era una gran mezcla de personajes pero de ahí los invitados podían decidir ir a un lugar o a otro del parque. Lo tenían que hacer con diferentes transportes, acordes al estilo de película que eligieran. Había para todos los gustos.

 Muchos fueron en una nave deslizadora hasta el sitio donde todo era de ciencia ficción, otros prefirieron quedarse con las películas dramáticas y románticas y otros viajaron en un carrito muy gracioso al sector donde estaban los personajes de animación. Obviamente esos eran los menos creíbles de todo  pero a los niños les encantaba y los mismo pasaba  con algunos adultos que siempre habían soñado conocer al personajes que los ayudaba a pasar las tardes en su niñez. Había mucho que elegir y relativamente poco tiempo.

 En la zona de ciencia ficción, había batallas que parecían reales con cierta frecuencia. Y en otros momentos todo era mucho más tranquilo pero de una manera que inspiraba terror. En cada zona del parque había un hotel y los huéspedes podían quedarse allí para interactuar a diario con sus personajes favoritos y vivir aventuras inmersivas que buscaban ser algo único en el negocio de los parques de diversiones Por eso el secreto al solo dejar entrar cien personas y no más.

 En la zona de animación y en la de drama, había también muchas personas queriendo conocer a sus favoritos. Pero todos los días trabajaban los técnico del parque para seguir teniendo personajes y situaciones interesantes dentro del sitio. Era trabajo arduo que se pagaba muy bien pero ciertamente cansaba mucho. La idea, y al parecer lo estaban logrando, era que los huéspedes no se dieran cuenta de nada de lo que estaba pasando. Ellos debían de disfrutar su semana en relativa paz y no con robots fallándoles por todos lados.

 El problema era que precisamente eso estaba pasando. Muchas cosas que parecían estar bien los dos primeros días, empezaron a fallar un poco en los días siguientes. Por ejemplo, había algunos personajes de western que se repetían una y otra vez, como si no existieran más frases en el mundo. La gente se aburría rápido de ellos y esas interacciones simplemente fallaban porque nadie estaba ni remotamente interesados en ellos. Por eso hubo algunos personajes que fueron retirados en esos días sin que nadie se diese cuenta.

 Había otros personajes en cambio que parecían ser el centro de atracción todo el tiempo. Los personajes querían estar todo el tiempo con esos que decían cosas graciosas o que eran arriesgados o que simplemente se parecían tanto a los de las películas. Al fin  al cabo esa era la idea del parque, hacer de toda la experiencia algo en lo que las personajes fuesen emocionantes y capaz de una empatía necesaria con los turistas para poder completar ciertas pruebas y superar obstáculos. Al comienzo era difícil de comprender el funcionamiento, pero no era muy difícil.

El problema era que las pruebas diseñadas parecían ser demasiado difíciles de alcanzar para la mayoría de los visitantes. Muchos se quejaban que les había tomado casi toda la semana de prueba insertarse como espía en una supuesta red de drogas que tenía lugar en la zona de películas de acción. Había tanto que hacer que las personas se perdían. Eso sin contar que a veces los androides se comportaban de manera extraña: algunas veces eran devotos casi religiosamente los turistas y otros días los hacían perder deliberadamente.

 Los ajustes no solo se hicieron durante la estadía de los primeros huéspedes sino mucho después de ello. Era obvio que faltaban muchas cosas, entre ella el carácter necesario que necesitaban los androides, que era algo que haría que la gente se perdiera en la ventura y no dudara tanto de todo lo que sucedía alrededor. Casi querían crear un videojuego de realidad virtual pero ciertamente era algo mucho mejor que eso. Se podía decir que era el siguiente paso tecnológico.

 El dueño del parque supervisó la semana de los turistas y estuvo varios meses después para indicarles a los técnicos y creativos cuáles eran los cambios que había que hacer con urgencia. Había mucho que corregir e incluso mucho que crear de cero pues habían habido cosas que no funcionaban para nada. Una de esas era la comida dentro del parque que, al ser cocinada por los androides, siempre quedaba muy diferente a los que los huéspedes esperaban y eso no podía ser. Obviamente también tenían chefs reales, pero eso era diferente.

 Tenían que ser capaces de hacerlo todo y hacerlo bien, de una manera correcta, si no es que perfecta. Todo debía ser como el mundo, o al menos esa había sido la premisa desde un comienzo. Después fue cuando el creador de todo se dio que querer que se pareciera todo al mundo real era una ridiculez del tamaño de un elefante. Eso era porque el mundo real, o mejor dicho el nuestro, es un caos y una mezcla de mucho más que solo paz y guerra y aventuras sin sentido. Querían construir algo con cierta esperanza y no para que nadie se deprimiera.

C Como se esperaba, el parque demoró dos años más en abrir luego de las visita de los primeros cien huéspedes. Fue recibido con cariño por muchos pero jamás pasó la prueba de fuego. Muchos decían que se sentían falso, que era muy fácil o muy difícil. Que era complicado o aburrido o muchas otras cosas que eran predecibles. El caso es que la tecnología fue creada para no usarse más o tal vez no de la manera que inicialmente se había planeado.

The president

   In the kitchen, everyone was working at full capacity. There was not a single person standing by, doing nothing. Every single worker was doing something, even if they were just apprentices or the chef himself. All hands were needed for the banquet to go exactly as planned and one of the most important parts of the whole experience was, of course, the food. It wasn’t possible to do a proper banquet without a great menu and the one for that event had been checked at least a hundred times and by a diverse group of people, all with different tastes.

 Of course, the most important person in the whole gala was the president, as he had been the one to organize the event. It wasn’t one of those planned things that took place every single year but an impromptu kind of thing that had arisen from the fact that the president wanted to do a benefit for a cause he thought had not been helped enough in recent years. Public opinion was really divided on the subject but most people admired what he had done and how he had done it. After all, it was very uncommon for a president to stop his work to do something else.

 Some papers were criticizing every single aspect of the event, from the price of the food and the flower arrangements, to the list of guests. Some said it was too big and others too small. Some said he had invited people from the wrong countries and organizations and others praised him exactly for that. It wasn’t new that the press was not in agreement completely; they had always been very divided on the presidency from day one, which had taken place a little more than a year ago, after a very uncommon period of transition.

 Awkward was the better word because the new president had asked the old one to give him an office in the presidential headquarters, as he wanted to check on everything as it happened. Such a thing had never been attempted and a certain distance was thought to be the wisest thing when dealing with such a moment. But from the first moment of him been the president elect of the country, it was very clear he wasn’t going to be like any other president, in the country’s past or in other countries. He was, for lack of a better word, uncommon.

 Very uncommon indeed as he had won in the most unexpected way, when many people had decided it was the best to make a change at the very last minute. Polls had never granted him the presidency and he thought, the morning of the election itself, that he was going to lose for sure but he wanted to go away gracefully so he did something unexpected: he shared the day with people around his city, visiting tourist spots and taking random pictures. Apparently people loved that because in the afternoon, polling stations were filled with voters.

 By the end of the night, he had been declared the winner with over five percent of the vote over the other candidate; a woman everyone had predicted would be the next president. She was the very opposite of him, someone who seemed to have fire in her eyes, always talking with an amount of passion that seemed to much for such a small woman. Millions adored her and, of course, by the big conglomerates that actually controlled the country. She loved to speak about economics and foreign affairs and all such things.

 However, the new president had never really been passionate for anything. To be perfectly honest, he had been chosen out of nowhere by the third most important party in the country. It was predicted that the two most voted parties in the last election would hold the same spots in the new election but that didn’t happen. People were tired of the game between those two parties that, at the end of the day, were exactly the same party if you were to compare their policies on several key elements of people’s lives. They just had slight differences.

 Studies on those elections would last for years, as never had predicted that surge of a third option. And now that third option was organizing an impromptu dinner in honor of a cause many thought wasn’t “attractive” enough. In this day and age, people still thought some subjects were best not spoken out loud, in the open, much less in a fancy dinner table with expensive Champaign and a band playing music from eighty years ago. The president was known by now for his odd choices and that was also reflected on his choice of food.

 The people in the kitchen had elaborated a menu that mixed very high cuisine with foods that everyone loved. The dishes were particularly successful among the special guests of the evening. In other words, the people that were directly affected by the charity they were raising money form. After all, they were all normal people that did not really have experience in fancy dinners and strange food, so the combination of high cuisine experiments with almost fast food, was a success among them and many presidential supporters.

 Of course, the richest people in the event weren’t very thrilled to be eating what were basically hamburgers, hot dogs and fried chicken, in a very old hall that had a long history of elegant banquets to celebrate the riches of the rich, instead of charitable efforts. However, the rich were never shy when it came to donating, as it was the perfect way to pay fewer taxes and to be seen as some kind of savior by the people that were benefitted by that money they didn’t need.

 It was incredible to see how the people, the same that had voted for the president, supported him again on that decision and thought the choices overall were just excellent. Some thought they were funny enough but everyone agreed that it was the necessary shake up that needed to happen in such a stiff political environment. Everyone took things too seriously sometimes and it was nice to see that the president had a sense of humor or at least the capacity to be different. People admired him for that, long before he was a president.

 It was never really clear if he did those things on purpose or if everything was kind of a “happy accident”. Whatever it was, it always seemed to work. It was the same thing when he worked for a large software conglomerate where most of the workers were younger than him and he wasn’t even that old. At first they mistrusted him because they didn’t thought it was possible he would even know about what they did in the company, but after a while he showed everyone how interested and invested he was on the company, surprising them in many ways.

 Of course, he was always nervous. He had even joked that he would love to have a first lady by his side to have someone to hold hands with in the most tense and difficult moments. He even joked he would settle for a first gentleman and some of the journalists laughed out loud that day. He was something very unexpected and was attacked because he wasn’t the same kind of politician everyone had seen once and again for the last hundred years. But that’s exactly why so many people supported him; he was very different from them all.

 Some of his supporters had even organized meetings to help him with some subjects and to get him to talk about things that people felt were important in that moment. And he was gracious enough to hear them, after the meetings he had to attend about the economy or foreign trade or who knows what. He always had time for everyone and he seemed to be happier when talking and sharing with actual people. That’s why some said he was the best president in the world and others said he was a disaster waiting to happen.

 After the gala, he sent the millions won for the charity to the proper people and many were able to find some kind of solace in the fact that he had remembered them as victims. Rumors of a second term were already in the air. But when asked about it, he always laughed loudly and said he would rather end the one he was in first to see if he was successful enough to deserve more time. Of course, three years later, he won by a landslide, another unexpected win.