A ponerse la camiseta! Pero, para que? Cual
es el punto de que cada vez que haya un partido de fútbol, la gente se ponga la
camiseta con los colores del país? Y porque todo el mundo se lo toma tan en
serio, como si fueran menos patriotas quienes deciden no ponerse nada porque el
futbol les parece una idiotez o porque lo ven como el elemento distractor que
siempre ha sido?
Todo nace, digo yo, en ese ser positivo que
quieren que seamos. Y cuando digo quieren, me refiero a los gobiernos y a los
organismos de control en general. Es más fácil tener control sobre la gente,
sobre una grupo determinado, si todos hacen exactamente lo mismo. De pronto es
por eso que el terrorismo jamás será vencido, no hay dos terroristas en el
mundo que piensen exactamente lo mismo a pesar de que la idea de organizarse es
porque comparten ideas en común que los lleva a ejecutar actos de violencia o
de protesta, dependiendo del grupo del que estemos hablando.
En los medios, se promociona este ser
positivo, que en principio no tiene nada de malo. Serlo puede ser beneficioso a
la hora de querer ver lo bonito de nuestro mundo, de nuestras distintas
realidades, o al menos eso mismo dicen los seres positivos. Ellos declaran que
no hay nada como ser optimista y empezar el día pensando que todo va a ser
mejor que el día anterior. Creen que no hay mal que por bien no venga (fueron
los que inventaron ese condenado dicho) y, dicen ellos, viven una vida más
feliz, sin complicaciones e incluso evitando dolores físicos provenientes del
estrés y la preocupación que tienen en más abundancia aquellos que son
pesimistas o simplemente realistas.
Y no hay organización que promueva más ese
optimismo que las religiones. Unas más que otras pero la mayoría coincide en prometer, para sus
discípulos, la felicidad eterna y real sí son positivo y creen en el Dios que
haya que creer. La idea es que ese Dios, una criatura mítica con poderes
extraordinarios pero nunca realmente vistos, es quien nos ha puesto aquí y es
el único que puede realmente removernos de esta Tierra. Por supuesto, es él el
que controla la vida y la muerte, lo que sube y lo que baja. Así que si algo
bueno es por su gracia y si algo malo pasa es culpa nuestra. Esa es la idea del
positivismo de la religión, que no es infalible porque el sujeto tiene que en
verdad estar muy involucrado. Tiene que creerse el cuento.
Todos los hemos visto. Los que agradecen a
Dios porque cada pequeña cosa que les sucede en la vida y sonríen y caminan por
la vida con optimismo en sus corazones porque saben que alguien más los está
vigilando y les está ayudando. Ese ser de las mil miradas está allí con ellos y
los ayudaría a atravesar un río de lava si tuvieran que hacerlo. Pero cualquier
fallo, cualquier equivocación, sería simplemente porque no amaron o creyeron en
Dios lo suficiente. Es su culpa porque no fueron lo suficientemente optimistas
y no creyeron de verdad lo que Dios prometía, que no es nada más sino espejos y
humo.
El gobierno y las grandes empresas usan los
medios para propagar su idea de lo que es ser feliz y así manipular ese
optimismo de las personas, canalizándolo hacia ciertas actividades y
razonamientos que son los que los benefician a ellos. Los medios de
comunicación, recordemos, son todo menos independientes. Ningún periodista es
realmente una voz de la razón solo porque es periodista. De hecho, el
periodismo no es un arte (no importa cuanto lo reclamen los comunicadores
sociales) y es solo la idea de la manipulación a través de las palabras ajenas.
Y bien usado crea ese positivismo que buscamos, porque el positivismo muchas
veces se trata de confiar y no dudar. De hecho, más que confiar, se trata de
creer ciegamente.
Y aquí volvemos a las camisetas de fútbol. Los
han visto, seguramente. Más que todo hombres pero cada vez más mujeres que se ponen la camiseta y se pasean orgullosos por arriba y
por abajo. Las usan cuando hay partido, sí, pero también cuando no lo hay.
Porque la camiseta es hoy en día un sustituto de la bandera. Se entiende que no
toda la gente se propietaria de una bandera pero se califica de traidor con
rapidez y en silencio, a cualquiera que no tenga una de esas desagradables
pruebas de patriotismo barato. Porque barato? Pues porque juegan con el
denominador más manipulable, aquel ente que vive su vida entre trabajo, mirarle
el culo a las mujeres, pensar en sexo y ver partidos de futbol acompañados con
cerveza. No nos mintamos, son bastantes y el mensaje por eso agarró tan bien.
No podemos generalizar. Ellos son solo una
parte de la sociedad. Pero son una de las bases y cuando una base está
convencida, las otras o siguen el juego o se convencen así sea a la fuerza. Por
eso las mujeres también se pasean ahora con las camisetas, sometiéndose una vez
más a los hombres. Los ricos y los pobres, los altos y los flacos, los homosexuales
y los transexuales y cada idiota que tenga un cuerpo puede tener una camiseta y
la tienen. Nada más pregunten y se darán cuenta. Y tenerla en sí no es malo
pero piensen que es la misma, para todos, casi como un uniforme. Y así como un
uniforme, la camiseta va amarrada a una cantidad de creencias y de
obligaciones.
La primera creencia es que la patria propia es
la mejor o al menos una muy buena. Eso busca eliminar la duda sobre cualquier
entidad o sobre las leyes y los ideales que sirven de base para la nación.
Después, est á ese positivismo ciego, que busca que las personas
estén orgullosas de un país que en verdad no conocen y crean que todo siempre
va a mejorar. Entonces porque en las encuestas siempre dicen que todo va peor?
Sencillo. Porque no solo es ser positivo sino creer en que hay gente que es
enemiga de ese positivismo, gente que no quiere que nada avance o que no creen
que la patria sea motivo de orgullo. Se vuelven radicales y los radicales nunca
están felices con nada y por eso siempre todo está mal pero confían en que deje
de ser así y son felices con lo que hay.
Contradicción? Por supuesto. Quien dijo que los
seres humanos son todos la mata de la razón? Los seres humanos, o casi todos al menos, solo
echan para adelante y no es que se pongan a pensar en cada detalle de lo que
los rodea. Solo estupideces como el amor valen el tiempo que ellos tienen para
gastar entre tanto patriotismo exacerbado y positivismo ciego.
Y que pasa con los demás? Pues viven y lo
pasan como pueden. Hay que aclarar que nadie es víctima ni victimario, excepto
quienes manipulan las cosas a su favor o directamente en contra de alguien. Los
pesimistas y los realistas, que son casi el mismo grupo pero con una diferencia
fundamental, no pueden ser víctima solo porque sean minoría. Tendrían que ser
víctimas si hubiera un acoso visible, activo, pero la verdad es que no hay tal.
Porque? Porque si la mayoría de gente está convencida en el cuento del
optimismo, para que tratar de convencer a los demás? Es desgastante y no sirve
de nada. De hecho, es mejor que haya quien se queje para que siempre haya oposición
y nunca unión real.
La diferencia entre realista
y pesimista es que el segundo siempre entra pensando lo peor y el segundo se va
dando cuenta de lo peor poco a poco. Y no es que todo en el mundo sea malo pero
es imposible no pensar que hay algo que no funciona del todo bien cuando se
promete igualdad y esta no existe, se promete libertad pero tampoco existe en
su totalidad y cuando se promete y promete pero jamás se cumple. En una persona
que se moleste, que se fije un poco en el mundo, eso es un problema y es algo
que no se puede permitir. Se convierten en realistas, en aquellos que ven el
mundo como es y no como ellos quieren que sea. Y ese es el punto en el que los
optimistas siempre pierden y es que, en su afán por ver lo bueno en todo, no
ven lo malo, la otra cara que siempre es igual de válida.
Porque lo malo no es inválido ni lo peor. Es una
realidad natural que a veces tiene que haber muerte para que haya vida, a veces
la destrucción es renacimiento. Pero aceptar eso, para la mayoría, sería
aceptar que no hay bandos en la vida, que no hay optimistas y pesimistas, que
no hay buenos y malos, que no hay poderosos y débiles. En resumen, sería para
muchos la destrucción definitiva de su mundo y de cómo lo entiendo, un cambio
enorme y ya sabemos lo buena que es la raza humana con el cambio. Como
enfrentar algo así si todavía nos odiamos siendo todos lo mismo, carne y huesos
y poco cerebro?
Pero así es y así se quedará por un tiempo o
tal vez para siempre. Los optimistas seguirán ondeando sus banderas, orgullosos
de su ignorancia de la vida y los demás seguirán viviendo por ahí, pasando por
la vida, tal vez equivocados o en lo cierto pero perdidos en un limbo en el que
no saben a que hora entraron pero en el que ciertamente sí saben que no van a
tener nunca la verdadera oportunidad de salir.