lunes, 22 de febrero de 2016

La momia

   Nadie se dio cuenta de lo que había pasado hasta que el techo de uno de los apartamentos colapsó y el agua salió por todos lados. Además el piso nueve del edificio era un pantano y ya alguien se había quejado de que había agua bajando por las escaleras pero nadie había hecho mucho caso. Lo normal en esos casos es que el dueño del apartamento solo venga cuando es una emergencia y no cuando parecen inventos de los inquilinos. El caso es que desde ese día el edificio entero tuvo que ser puesto en cuarentena pues el agua acumulada había dañado gravemente muchas de las conexiones eléctricas y las mismas tuberías.

 Cuando los bomberos llegaron para evacua a la gente, los vecinos se sorprendieron cuando salieron del edificio con una camilla y lo que parecía un ser humano debajo de una bolsa de las que usan en la morgue. Pero el problema era que solo la habían puesto encima. Entonces cuando uno de los bomberos dio  un mal paso en el último escalón de las escaleras de la salida, el plástico negro se corrió y todo el mundo gritó, le taparon los ojos a los niños, alguna señora exagerada se desmayó e incluso algunos muy ágiles tomaron fotos que luego resultaron en Internet.

 El cuerpo en sí no era lo que había asustado a la gente. Al fin y al cabo que la gente se moría todo los días y, siendo verano, no era inusual oír casos de adultos mayores muertos por insolación o por mal manejo de los aires acondicionados. Eso era normal. Pero este cuerpo no había muerto por eso o al menos no lo parecía. Ese cuerpo estaba momificado y la policía no supo explicarse porqué. Al parecer lo habían encontrado en la salita donde tenía la televisión y allí mismo había muerto. Su muerte y la inundación debían estar conectados pero nadie tenía explicaciones detalladas todavía.

 La momia fue llevada a la policía y allí la analizaron día y noche y pronto, por los contratos y demás, se supo que la persona que estaba momificada en la morgue de la policía no era un inquilino del edificio. En un giro repentino de la historia, se pudo verificar que nadie vivía en ese apartamento hacía muchos meses. Se suponía que estaba ofreciéndolo en alquiler pero la inmobiliaria confesó que habían dejado de mostrarlo por diversos factores, casi todos relacionados con la falta de varios arreglos necesarios para ofrecer la mejor calidad de vida.

 Lo primero que concluyeron los medios fue que el personaje momificado era un ilegal que se había metido a la casa, aprovechando que estaba vacante, y por alguna mala fortuna había muerto allí, tal vez mirando televisión o tal vez preparándose un baño. Algunos incluso iban más lejos y alegaban que quien fuera ese hombre, porque habían concluido que lo era, había querido perjudicar a la gente del edificio enviado por alguien más. Una pelea de vecinos era la razón para esa teoría.

 Mientras tanto el edificio seguía en mantenimiento profundo pues la cantidad de agua que se había acumulado en el baño del noveno piso había descendido al colapsar el suelo y había recorrido toda la estructura hasta la entrada misma del lugar. No había apartamento que no estuviese, al menos en parte, perjudicado por la inundación. Y las zonas comunes también habían quedado vueltas al revés. Un reportaje de la televisión entró al lugar para revisar el estado de todo y solo habiendo pasado unos días, el lugar parecía abandonado desde hace años. La escalera principal solo podía ser utilizada hasta el segundo piso, pues el resto o ya había colapsado o estaba en riesgo de hacerlo.

 Otro escándalo emergió cuando el propietario del edificio confesó que no tenía como pagar los daños causados al edificio. Explicó en televisión que no había tantos inquilinos y las rentas no eran altas, por lo que con lo que la gente pagaba si acaso hubiese podido pagar la recuperación de las redes de servicios pero no arreglar los pisos o las escaleras, ni siquiera los muros que ahora se estaban desmoronando pedazo por pedazo. Los inquilinos se quejaron y denunciaron al dueño, calificándolo de tantos nombre que era difícil seguirles la pista con tanto calificativo que usaban. El caso era que no confiaban en él y exigieron a la policía otra investigación.

 Esos eran otros con problemas. No habían avanzado mucho con lo de la momia y la gente del barrio se estaba quejando por el edificio, pues no solo la humedad se sentía con fuerza en los alrededores, sino que temían que l estructura se viniese abajo en cualquier momento y pudiera haber algún herido por culpa de la negligencia de los servicios de la ciudad. El pobre jefe de policía iba de un lado a otro, entrevistándose con los vecinos, luego con los inquilinos del hotel y finalmente con varios inmigrantes de toda la ciudad que sospechaban sabían algo del muerto, pero eso era una pantalla de humo pues la verdad era que no tenían ni idea de cómo avanzar.

 La clave llegó en forma de una mujer. Era una chica de unos veintinueve años, alta y bonita pero no muy arreglada. Temblaba un poco, por nervios tal vez o por costumbre, y al hablar tenía un marcado acento del este de Europa. Se le vio primero por el barrio preguntando por el hombre de una foto que tenía ella en el bolsillo. La mostraba y preguntaba si alguien lo había visto, si alguien sabía algo de él. Pero la gente no estaba de humor para ello y la mayoría negaba con la cabeza sin siquiera ver la imagen. Cuando fue denunciada a la policía por algún vecino exagerado, confesó que su hermano era el de la foto y que no lo veía hace mucho tiempo. La policía averiguó rápidamente que la mujer había sido ilegal hasta hace unos meses y que en efecto tenía un hermano pero en su país.

 Ella no quiso explicar nada con detalle. Solo les dijo que su hermano había sido contratado por una de las mafias para sacar unos documentos de un apartamento. Le explicaron que eso era robo y ella los miró con pánico y dijo que lo sabía pero que su hermano nunca le explicó nada y había sido solo hasta hacía poco que uno de los hombres que lo habían contratado se le había acercado para decirle en que barrio encontrarlo. Y por eso había estado preguntando y molestando a la gente en ese barrio en concreto, porque quería saber de su hermano y si la mafia lo había matado o qué había pasado con él.

 Los médicos forenses, con ayuda de registros dentales importados del extranjero con ayuda de la mujer, pudieron anunciar que la momia era en efecto el joven ilegal. La mujer se desmayó cuando supo que su hermano era ahora un momia y explicó que eso en su cultura era significado de un embrujo o una maldición. Empezó a hablar en un idioma que nadie entendió y colapsó en la morgue, con los médicos asustados y los policías ya hartos de un caso tan extraño.

 Explicar la momificación resultó sencillo pues era algo que ya había pasado en otros lugares. La combinación de la temperatura del aire, de la habitación como tal y la forma en la que estaba el cuerpo, todo ayudaba a que el pobre hombre se hubiese momificado. La humedad proveniente del cuarto también era un factor importante. Se pudo averiguar que el cuerpo había estado allí por lo menos un par de meses y que la habitación inundada lo había estado casi por el mismo periodo de tiempo. Es decir, que los vecinos pudieron haberse dado cuenta a tiempo pero nadie dijo nada.

 La muerte como tal del pobre chico era algo más difícil de explicar. Se buscaron orificios de bala pero no había ninguno, tampoco huecos por puñaladas consecutivas ni marcas de laceraciones por ningún otro objeto. El cuerpo estaba perfecto excepto por el hecho de estar muerto y momificado. Puede que hubiese tenido alguna complicación respiratoria o tal vez una alergia grave contra algún tipo de producto. O tal vez fue el corazón el que falló. Todos los resultaron eran poco concluyentes porque la hermana dijo que no permitía que abrieran el cuerpo pues necesitaba enterrarlo y que descansara en paz.

 Viendo que no se iba a concluir nada sin una autopsia, la policía se rindió y entregó el cuerpo a la hermana. Ella lo enterró, luego de hacer un rezo y una especie de ritual con un sacerdote de confianza, y anunció a la prensa, siempre ávida de más detalles, que su hermano descansaba en paz y que el cuerpo dejaría pronto de ser una momia para convertirse en lo que todo los cuerpos debían convertirse eventualmente: polvo.


 Nadie nunca supo entonces la razón de la muerte del joven, que había sido por un simple piquete de avispa ni tampoco sabían que los papeles más incriminatorios de la historia de la ciudad habían sido destruidos al él mismo ponerlos en la bañera y abrir los grifos tanto de la misma bañera como del lavamanos. Se había quedado para aprovechar la televisión y allí había muerto, sin cerrar las llaves y sin escuchar el sonido de un cuarto de baño,  diseñado para también ser refugio antibombas hacía muchos años, llenándose más y más de agua.

domingo, 21 de febrero de 2016

Messenger

   It was the children that love to look at him more than anyone else. Maybe it was because he was some kind of a novelty in their lives, having seen only their parents all their lives. The man in the bed just lay there, having been unconscious since the day he appeared in the front lawn of their cabin, far into the tundra. They had a decent life there, maybe not very exciting but they it was consistent and it was mostly safe to raise a family and to create values that in the rest of the world we in decline.

 The man they had found had his nose broken and several bruises all over his body, as if someone or something had kicked him repeatedly. He had some older scars and he had a black eye that healed pretty quickly. Yet, he wouldn’t wake up. Mama would try different salts and medicines they had, she tried the fat of the animals they hunted and several leafs and fruits from the forest but he appeared to be oblivious to an of them. Father was a bit more violent and would yell in different volumes to try and wake him up. He would say different kinds of things including asking him if he was a soldier or a spy but it never worked.

 After the first month, they got really worried. Even the children, who love to go into that room and play around the man, were now tired of him been asleep and wanted him to live, maybe even to tell them their story. The kids, boy and girls of around ten years old, jumped all around the poor man and screamed like crazy, hoping it would work but it didn’t. They pushed him hard and were even as violent or more than their father. They cried and screamed and the kicked him and screamed again but eventually they would just make their parents crazy so they stopped.

 Outside, winter was finally over and the sun was beginning to be a little stronger. In this region of the world, winter never really ended and it was cold all year except for some days were things appeared to change. Anyway, the fact was that there was no more snow and the temperature was tolerable so Father took both kids hunting one day and retook the lessons he had been giving them before the winter. He had been teaching them about the bow and arrow and how to use them and how not to scare your prey.

 As the kids and their father bonded, Mother stayed in and cooked some deer meat she had frozen a week before. Deer meat was the best kind of food one could find in the region as it was soft but also rich in nutrients and could pass for cow meat, which they never consumed. She chopped some of the vegetables they grew on the greenhouse and put them in the pot with the meat. She realized she had forgotten to chop the onion so proceeded to do it but them a muffled voice, more of a complaint, was heard all over the house. She turned and screamed her lungs out.

 The youngest heard her and ran as fast as he could to the house, followed by his sister and Father. When they got there, the man that had been in bed for so many months was laying face down on the kitchen floor, now drooling and making a very strange sound. The Mother was livid, shaking like crazy. She was still holding the big knife she used to chop things and only let it go when her husband pulled it away from her. He then checked the pulse of the man on the floor and realized he was still alive and that his pulse was faster than before. He asked everyone to help him carry back to the room and there they tied one hand to the bed, preventing another scare.

 At dinner, everyone ate their deer in silence. They didn’t talk, ever, during meals, but this time Mother started crying and told Father she couldn’t keep living like this, with that man being captive in and improvised room. It was like keeping a prisoner and that didn’t make senses. She proposed to take him to the authorities, even if it meant travelling a full day to reach the nearest settlement. The Father did not respond, not right then at least. He had never trusted the authorities, even if it had been the government itself the one that had gave them authorization to live there.

 He finally said he would think about it. He wanted to know that man wasn’t going to die in the middle of the journey. And he really wanted to know who he was and why he was wandering so far into the tundra. Mother did not insist, changing the subject to the children not eating because of the earlier scare. She was right: they had always thought of the man in the bed as some sort of good elf but after hearing their mother’s tale of how he yelled something she couldn’t understand and then collapsed and drooled making sounds, it scared them.

 The next day, the Father tried again to make the man talk. This time, he didn’t yell or pushed him. He just sat down by his side and started reading the man in the bed the contract the government had given him in order to be able to live there. He started reading from the very beginning, with a normal pace and changing pages with a gracious move of the hand. The document consisted of at least twelve pages, detailing every single aspect the family had to take into account while living there.

 Back when he had signed the contract, it was only Father and Mother. But the contract specified how many children they could have living in that house, the dimensions of he house itself, which animals they could hunt and which ones they couldn’t, from where they could grab the water to survive and which trees they could use for heating and so on. Every single detail about living in that remote region of the world was in those pages and Father read every single one of them. But he didn’t need to as he knew them by heart.

 When he finished, he raised his head and realized the man had his eyes open. Without changing his pace or volume of voice, he asked the man who he was and what he was doing in his land. The man open his mouth but the words appeared to be trying to get out of it all at the same time. He grunted and tried again but nothing came out. He seemed to wanting to say something and he wasn’t happy at all when he couldn’t. He was certainly not happy when he couldn’t move one of his hands in order to complain. He looked at Father with red eyes, grunting.

 Kids and wife looked at Father, how he asked silence from the Man and slowly move his mouth, making soft sounds and then reciting all the letters of the alphabet. The Man stopped grunting and looked at Father. There was something dark, something mysterious in his voice. As he tried to recite the alphabet two, he started sweating and his eyes went very fast from Father to Mother and then to each of the kids. It was unsettling and combining it with the letters of the alphabet didn’t make it any better. Father continued, slowly, by spelling his name. He did it several times, pointing at himself with a finger.

 Then, he pointed at the man and fell silent. The man looked more scared that ever before and tried, again, to talk. At first, the same type of grunts returned to his mouth but then he tried to clear his mouth and a letter came out in a very deep voice. Mother let out a squeal and the kids’ mouths were very open. The letter was “D”. Father asked Mother something to write on and a pencil and she looked for them after snapping out of it. He wrote a big D and showed it the man, who nodded.

 The following letters where “A” and “N”, so they decided that his name was Dan. He started coughing like mad after he had said that last letter; coughing so hard blood came out of his mouth. Mother brought him something to clean himself with but he prevented her from coming neared. He saw the spots of blood in the covers with terror, his eyes also filled with blood. He looked at them, hopeless and guilty. Trying to calm him, the family came closer but he just said to more letters, which Father wrote.


 Something happened then that no one would ever be able to explain mainly because no person alive can really say what happened. Some say the gran began to shake, others say it was the roof that suddenly came off. All agree, however, that sound appeared to disappear for a moment in the world. Many years later they would found that house destroyed and the notebook where Father had written the word “DANGER”. In smaller writing, below, he had also written “deaf”, and that was it. No one ever knew what happened but it was clear the Man had failed to deliver his message.

sábado, 20 de febrero de 2016

Mukbang

   Algunos jóvenes la miraban desde detrás de los congeladores de comida de mar. Susurraban y miraban. Ella, tratando de no hacer caso, miraba las bolsas de anillos de calamares e imaginaba si el contenido de la bolsa sería suficiente para solo uno de sus videos. Decidió comprar dos bolsas de las grandes, así le sobraría en vez de faltar, y siguió a la zona de pescado fresco. Esta era especialmente provocativa para Suni, que desde hace un buen tiempo quería hacer de nuevo algo de sushi fresco. Compró atún y anguila y cuando se dio vuelta fue que los vio de nuevo pero decidió esta vez sonreírles y reconocer que estaban allí.

 Como si hubiese sido una clave secreta, los jóvenes se le acercaron rápidamente y le confesaron que la conocían bien de Internet y de sus videos. Le confesaron cuales eran sus favoritos y le pidieron que por favor se tomara una foto con ellos. Ella no tenía muchas ganas, pues tampoco se sentía tan conocida para eso pero terminó cediendo para dar por terminado el asunto con rapidez. Ya había gente mirando y nunca le había gustado ser el centro de atención, irónicamente. Cuando se fueron, sintió un peso de encima pero también se sintió rara.

 No tenía sentido, pensaba Suni mientras empujaba su carrito hacia la zona de sopas y demás, que le diera vergüenza cosas como esa y vivía de hacer videos de comida y subirlos a YouTube. Lo hacía ya desde hacía varios meses y la paga que recibía era bastante buena. Claro que todavía tenía un trabajo común y corriente pero de todas maneras ese dinero de los videos le daba para pagar, por ejemplo, todos los servicios básicos de su hogar y eso ya era bastante.

 Suponía que era diferente estar frente a una cámara cocinando y comiendo que estar frente a la gente socializando y demás. La verdad es que no tenía muchos amigos y los que tenía no hablaban de ella mucho del tema. Solo al comienzo le preguntaron algunas cosas, como para verificar que todavía estaba bien de la cabeza, y cuando se dieron cuenta de que lo estaba simplemente dejaron de hacer preguntas. No sabía si veían sus videos y prefería no saberlo. Al fin y al cabo cuando pasaban el tiempo le gustaba hacer otra cosa y no volver a lo mismo.

 Tomó uno de cada tipo de fideos que habían en el lugar (camarones, curri, pescado, pollo,…) y luego fue por la caja de huevos que tanto le hacía falta, no solo para los videos sino para la vida diaria. Suni se dio cuenta que lo que llevaba en el carrito ya era suficiente y se dirigió a una de las cajas a pagar. El total fue bastante elevado pero lo podía pagar y la sensación ya no era nueva para ella, la de poder comprar algo sin tener que mirar mucho los precios. Su vida había cambiado en algo y solo por algunos videos.

 Cargó todo en el auto, que había comprado hacía poco de segunda mano, y se dirigió entonces hacia la tienda de electrodomésticos donde la esperaba un conocido de una de sus amigas. El acuerdo que habían conseguido era el de hacerle un descuento a Suni en una nueva cámara de video si ella le hacía propaganda a un pequeño negocio que el hombre estaba iniciando por su cuenta de reparación de equipos audiovisuales. Una vez allí ella acordó que serían promociones durante los videos de todo un mes y que pondría siempre todos los datos existentes pero que no prometía resultados, simplemente no se podía hacer responsable de sus suscriptores.

 El hombre estaba tan entusiasmado que aceptó sin vacilar y le entregó su nueva cámara, de última generación y con capacidad para grabar en alta definición. Suni lo sabía todo de cámaras en este punto, había aprendido como iluminar correctamente, como trabajar los colores y algo de sonido también. Había estudiado contaduría en la universidad y trabajaba en una empresa haciendo precisamente eso, tablas y tablas de números e interminables listas que nadie nunca entendería. Un trabajo aburrido. Y sin embargo sentía que tenía algo artístico que mostrar al mundo, siempre había sido así.

 Caminando de vuelta a su automóvil, recordó que cuando era pequeña le encantaba bailar siempre que estaban en casa de sus abuelos y tenía la tendencia, algo fastidiosa, de cantar siempre la misma canción todas las veces, una que había aprendido viendo una serie de dibujos animados que no sabía si todavía existía o si alguien conocía. El caso era que eso se convirtió en ser pintora en sus años adolescentes, nunca muy buena pero todo terminó cuando sus conservadores padres le exigieron una carrera de peso y de la que pudiera vivir cuando llegó ese momento. Ellos eligieron contaduría por ella.

 Suni aparcó justo a tiempo, ya cayendo la tarde, frente a un restaurante de comida estadounidense. Había quedado allí con dos chicas y un chico, ellos también famosos de la red. No los conocía muy bien y no podía decir que eran sus amigos pero se entendían bien y extrañamente podían comprenderse a otro nivel que sería difícil con sus amigos. Si ellos no querían hablar de lo que ella hacía pues esto tres eran el contrario por completo. Pasados cinco segundos del saludo inicial, empezaron a hablar de sus proyectos y de sus videos más reciente y de varias cosas graciosas que les había pasado preparando cada escena o editando. Una de las chicas tenía un vlog sobre su vida, la otra chica hacía videos de comedia y el chico, su vestimenta lo delataba, era fanático acérrimo de los videojuegos y el anime y de eso iban sus videos. Los tres eran tremendamente populares y creían que lo de Suni era la siguiente gran aventura en YouTube.

 Ella, tímida al comienzo, les explicaba que solo subía un solo video por semana para no complicarse las cosas y poder hacer mejores comidas y mejores presentaciones para la gente que la veía. Le preguntaron sin dudar que cuantos suscriptores tenía y ella, algo sonrosada, les confesó que ya eran más de trescientos mil. Todos ellos tenían cada uno mucho más que eso pero se alegraron por ella y pidieron con su cena cervezas para brindar por su éxito. Hablaron de lo extraño que era que a la gente le gustara ver video de gente comer y Suni teorizaba que era porque comer es algo tan social y que todos hacemos, que la gente simplemente se siente como en casa cuando alguien prende las hornillas, cocina y se alimenta.

 Una de las chicas lo calificó como algo “raro” y eso molestó un poco a Suni pero, mientras masticaba sus papas fritas y escuchaba al chico hablar de los nuevos videojuegos que le habían enviado de Japón, pensó que no tenía porque ofenderse. Al fin y al cabo era cierto. Ella no se sentía rara pues era quién se sentaba frente a la cámara y sonreía y cocinaba, olía los deliciosos aromas de la comida y explicaba a sus “televidentes” los sabores y las sutilezas del platillo que hubiese elegido. Incluso cuando comía comida rápida, le gustaba explicar bien qué era lo que tenía de particular y porqué había elegido lo que había elegido.

 Pero para los demás, para los que solo veían, si debía ser raro y ellos debían ser raros por verla pero la verdad eso no lo molestaba. Como había dicho, la gente tenía una relación extraña con la comida y si verla comer los hacía felices pues mejor que nada. Y encima había gente y empresas que la apoyaban con dinero. Ahora solo usaba una cierta marca de palillos y otra cierta marca de fideos y otra de arroz. Esa propaganda le daba el poder de hacer su show cada vez mejor. Show? Le pareció una palabra rara en la cual definir lo que hacía pero no le molestó.

 Se dieron besos y abrazos al terminar la cena y prometieron ver sus videos y reunirse de nuevo pronto. Suni condujo a su casa algo cansada pero también emocionada porque era la noche que había estado planeando desde hacía tanto. Cuando llegó a casa puso todo en la mesada, lo que había comprado y lo que ya tenía. Preparó la cámara y las luces que estaban todavía nuevas y entonces empezó a rodar. Hablaba desprendidamente, como si todos los que la fueran a ver fueran sus amigos más cercanos. Batía huevos y cocía arroz y cortaba aguacates y reía.

 Suni casi nunca reía y si sus amigos vieran sus videos, sabrían que hacerlos la hacía feliz. Porque al fin y al cabo eso era de lo que se trataba. No de cocinar ni de tener amigos ni de sentirse un poco menos sola en un mundo en el que lleno de gente nos sentimos todavía tan abandonados. Se trataba de hacer lo que le producía esa risa real, sincera.


 Horas después, fue guardando lo que había sobrado y descargó los archivos de video en la cámara. Por encima, supo que iba a ser uno de sus mejores videos. No solo porque la gente le había pedido sushi sino porque ese día se había desprendido de la pena, de la vergüenza de ser una de esas personas que son famosas por tan poco. ¿Pero quién juzga eso? A Suni le daba igual eso. Le hacía feliz pensar que alguien en algún lado compartía su entusiasmo y, por lo menos por esa noche, eso era suficiente para ella.

viernes, 19 de febrero de 2016

Natural

   The Bont islands expand from one continent to the other, forming a natural bridge that connected the biggest landmasses of the planet. On one side, there was the port of Ventura, one of the largest and most populated cities in the world and the destination of Captain Kimura, better known to her friends as Feisty Flo. She had been one of the main colonists of the Dharma expedition but things had gone horribly wrong: creatures from deep within the jungle had destroyed the colony and killed every single person in it. She had been the sole survivor of the attack and was now attempting to cross the Bont islands to get to Ventura and tell the authorities what had happened.

 There were five hundred islands or so from one side to the other. Some of them were only a few meters long but others were large enough to have their own forests and volcanoes. As the continent she was leaving, he islands remained mostly unexplored except for he one closest to Ventura. She had to wait to cross during the day, as the moon prevented crossings during the night. For security, she would only sleep on the beeches and would keep a small inflatable boat she had known in the destroyed colony close to her. She had collected some items and put them there, including footage of what had happened.

 She would cross the thin sand bridges between island and have the small boat, the size of a lifesaver, attached to her waist by a rope so it trailed behind her at her own pace. The first few days and islands were nice enough. The weather was very warm and without wind. Finally, on the fifth day or so, so was caught in a small storm but didn’t sought shelter, instead gathering water from the sky in various flasks and thermos she had found back in the continent. The boat was beginning to feel a bit heavier but it was for him own good.

 She would food from fish she caught between the islands and when there were none she would eat coconuts or whatever plants seemed good to eat. What Flo didn’t eat were small berries or strange leaves. She didn’t wanted to have to endure a stomachache or food poisoning in such a journey. In one of the islands she found enough wood to make herself a spear (with a pointy rock from the beach) and a bow and arrow with part of the rope she had around the waist. It didn’t really work much but at least she was able to get the occasional sea bird for dinner.

 At night she wouldn’t eat anything, fearing the jungles of some islands to be infested with the same monsters that had killed her friends. Flo was afraid of them and the possibility of luring him into the inhabited continent. She would hate to be the one to bring them there. The idea was to warn them, not to condemn them.

 When she reached the island called Jall, the biggest one on the chain, she knew she was midway to her destination. The island was very large and would require several days of walking and certainly a more intelligent way to cross it as the beaches were blocked and it could only be traversed through the jungle. She slept the night she arrived on the beach of the neighbor island and crossed and first light. She wanted to take advantage of every single second of light during the day and was even prepared to go hungry for whatever time was necessary in order to cross the island as fast as she could.

 The jungle was thick and the environment was very humid and thick, as if it was possible to actually touch the air and even take a bite out of it. The scents were generally sweet but after two hours of walking, the air turned heavier even and it started to smell awful. Flo had to pinch her nose for a straight hour, only breather through her dried out mouth. She wanted to wait to have some water but couldn’t as she fell she needed it badly, not being able to wait longer.

 She stopped pinching her nose and the scent of sulfur invaded her nostrils. She grabbed the closest flask on the inflatable boat and drank fast but when she finished she didn’t kept walking. Flo realized that the smell came from small holes and gaps in the ground and that it was the ground itself that smelled like that.  She looked up and between the trees a volcano as majestic as any other feature of this planet could be seen and a plume of heavy smoke, pouring ashes onto the other side of the island, was coming out of it.

 Flo had to keep walking but then she heard a noise she had heard before, the sound of pincers opening and closing and before she realized one of the large animals that had attacked her village launched itself towards her. Her legs were apparently faster that her head because she had already begun running when the creature attacked. She escaped by a thread and ran towards the other side of the island, hopefully reaching the opposite beach soon. But she could only see jungle and more jungle and huge trees rising from the ground. They looked like palm trees but much larger and with lots of branches.

 She only stopped running when the ground around her began to shake. The volcano was causing an earthquake and it was better to stay still. Far, beyond some plants, she saw the creature that had gone after her being devoured by a hole in the ground. It squealed horribly and disappeared as the tremor subsided and the island calmed down. Flo was sweating a lot and could only think about her boat and seeing if she had everything. After that, she kept on walking.

 The other side of the island could not be very far but the more she walked the more it appeared the island was expanding or maybe she was walking in circles. She decided to climb one of the tall trees, leaving her boat at the base, in order to check out where she was and if she could see the ocean and the direction she needed to go to be on the good route home. She climbed with ability, having done it many times as she had built the village. She had done so with so many great friends and people that wanted a second chance at life, trying to begin again in a new place. But that had just been a dream and she was the residue of that nightmare.

 When she got to the top she realized that she was very close to her objective, having only change course a bit. She had to start walking to her left because if she kept doing what she was doing maybe the volcano would consume her too. Talking about the volcano, she saw that the ash cloud had grown bigger and was spilling ash all over the passage she had to cross. But that wasn’t the most awful thing she saw from there. She noticed something like rocks on the side of the volcano, big black rocks. But then Flo realized they were moving and were coming down the mountain. She had little time.

 Fast, she always broke a leg getting down and tying up the rope to her waist. She ran to the left as she had planned and didn’t stop until she reached a rocky beach and saw a blackened ocean. The light of the afternoon, red as blood, didn’t help to the image of the place. It looked like hell, as simple as that. And the demons were coming behind her so she just swam. The natural bridge had disappeared so she propelled herself hard with arms and legs and was soon tired but because the water felt thicker and she couldn’t even breathe properly.

 Behind her, she heard dozens of pincers opening and closing and that made her try even harder to reach the other side and when she did she realized her body was covered in ashes and was black as the night that was beginning to fall. Tired and breathless, she saw how the beasts attempted to cross the water but something prevented them. The ashes were apparently more toxic to them than to her. One of the creatures, the bravest no doubt, launched itself to the ocean and tried to sweet but it got turned into a big white lump that floated away into the open sea.

 The others were mad but not for long. Flo had felt the ground shake again and then saw fire pouring out of the volcano. Lava, just like water, bathed every single side of the island and she could feel the heat on her face. The creatures tried to escape but they had nowhere to run. She saw them die and she felt bad for them and didn’t know why. The lava slowed down and she decided to cross the island she was in and sleep later.

 Florence actually crossed three small islands during the night, her fears having been also consumed by the lava. When she looked back, two days after the disaster, she saw only that the volcano had stopped and nothing more. She then had the silly idea that maybe, just maybe, that island was the natural toll booth of this world and maybe that other continent had never been one to settle a foot on.


 She then turned around and headed on to Ventura, pulling her small boat with her and hoping for the best for the future of the human race.