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viernes, 28 de abril de 2017

Those voices

   I was awake, of that I’m sure. My eyes were open, I was kind of seating, kind of lying on my back while I had my laptop over my lap. I had turned it on only a few minutes before. So, I’m certain I was awake, there was no other way. As I wrote on the keyboard, I realized I could hear voices. Often, it would be someone talking by the window, on the outside of the building. It happened all the time and it always felt as if those people were inside my room, just chatting about something.

 But this time, the voices didn’t seem to come from outside. Actually, I was very certain that wasn’t the case because the voices coming from below the window always had the same tone, whatever the voice. This time, it felt as if he voices were coming from inside the building. I could hear them increasing their volume, as if they were approaching me but that wasn’t possible. The nearest someone not from my family, being inside the building, had to be several meters away.

 Besides, there were two closed doors and a couple of walls to go through, so the voices shouldn’t have been come so clear. It was as if they were clearing their throats and now the voices were just perfect, clean and powerful. What was worst, the voices weren’t speaking anything in particular, or at least it didn’t seem that way. What was really awful was the fact that they started singing, like a choir. They were all male voices and they were very potent, professional in a way.

 They sang a song with no real words, only loud sounds perfectly executed with their voices. They did it perfectly but that seemed to me even creepier, because if they had made a mistake, I would have known they were just people rehearsing some awful song or something. But no, that didn’t happen. Instead, the voices kept increasing their volume. By the end of their song, I was surprised none of my family members came to my room to ask what was going on.

 Later, much later in the day, I would learn that no one else had heard anything like I had heard. I felt a little bit crazy, because I didn’t think the voices had any supernatural backgrounds. I mean, they were just voices. Yes, they were not behaving very normally, but there was nothing that spectacular or unusual about them, except maybe the unique weirdness of the song. They had to be coming from actual people but I found it hard to believe that voices could be heard so clearly inside my room, when they were apparently coming from inside the building.

 There was the possibility I was mistaken. Maybe the voices did come from outside and I just thought that wasn’t the case. It always happens that the mind chooses a certain way and it seems impossible that the opposite one could be true but that doesn’t mean it isn’t. Maybe some group of men was rehearsing something near my home and the voices were carried in some way that I don’t know how to understand. Maybe it was one of those natural things that are complicated to explain.

 I’m not the kind of person that believes in voices from the grave or something like that. I respect the dead and everything around them, so much so that I prefer not to go to graveyards and funeral homes unless I absolutely have to. It’s not because of fear but because all those rites are normally linked to a religion and I find myself feeling like a hypocrite in the middle of all that. Besides, the people crying and that entire aura that surrounds dead people, it’s really not for me.

 In any case, none of that explains the voices I heard. What was worse, I later remembered that I had been woken up by a sound earlier that day. Maybe three hours before I actually woke up. The sound must have been louder than a whisper or I wouldn’t have heard it. But I did. And then I heard it again. It was a voice. I don’t remember what it said but it was only one person, not a group like it would happen later. I wish I remembered what he said… I fell asleep a few seconds after.

 So I heard voices twice on the same day. The most likely reason for all of this, besides the voices been of a natural source, is that I may be going crazy. This may sound funny or just stupid to many people, but I actually believe I might be going insane. It’s clearly not normal to hear things that aren’t there. And I don’t believe in the paranormal. Besides, ghost speaking in broad daylight with no other backup “occurrences”? Doesn’t seem to be in line with all those things people claim about ghosts.

 Maybe I am going crazy. I have reasons to and it’s certainly not uncommon for a crazy person to hear voices. They all come from their heads, being a certain version of themselves. They are their own inner demons, created by their illness to torture them. Maybe that’s what I have, maybe that explains everything. I don’t want to keep this story going longer because there’s nothing much to say except that I’m very scared for my mental health. Headaches are almost a daily thing and my life is not really going anywhere. Could anyone blame me if I went insane?


 Damn. Here they are again.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Esa casa en el barrio

   La casa crujió y tembló hasta que todos los ocupantes salieron corriendo hacia el patio delantero, se montaron en el coche y pisaron el acelerador a fondo para no tener que volver nunca jamás a semejante lugar de locos. La casa dejó de comportarse de manera extraña casi al instante y fue solo hasta el día siguiente, cuando los vecinos se dieron cuenta que los Jiménez no emitían un solo sonido, que se dieron cuenta que el lugar estaba abandonado. No era la primera vez que sucedía pues la casa solía estar desocupada y la mayoría de vecinos ya se habían acostumbrado a que era la casa embrujada de la calle, la casa que sus hijos debían evitar y aquella que siempre traería problemas para el barrio.

 Era un inmueble hermoso, pintado de un color amarillo cremoso y con un porche alrededor de toda la casa donde los hipotéticos moradores podrían disfrutar de alguna bebida fría en el verano o adornar con dedicación en la época de Navidad. No había vidrios rotos ni madera astillada. Tampoco había problemas en las tuberías, algo que solía para con frecuencia en casas viejas. Por dentro la cosa era la misma: todo impecable y cuidado con un esmero tal que parecía que la casa había estado habitada todo el tiempo desde su construcción cuando la verdad era lo exactamente opuesto. Mucha gente había vivido en el lugar pero, con el tiempo,  la casa decidía echar a los inquilinos sin razón aparente y al menos eso era lo que parecía suceder cada vez.

 Los últimos inquilinos sin duda habían sido pésimos vecinos: ponían su música a todo volumen y eran muy desconsiderados con el buen aspecto del barrio. No parecían ser personas muy decentes y casi nadie los saludaba excepto cuando era casi obligatorio hacerlo.  Por dentro mantenían la casa casi constantemente en un estado de caos con ropa y objetos por todas partes, restos de comida y una cocina que parecía un chiquero para los cerdos. Eran un grupo de personas que no apreciaban en los más mínimo el lugar donde habían terminado viviendo. Por eso a nadie le sorprendió cuando la casa los sacó corriendo un buen día en el que no se lo esperaban.

 Todos los objetos de la familia y su ropa, todo lo que no habían podido llevarse al correr, fue sacado días después por la inmobiliaria que les había alquilado la casa. Lo sacaron todo en cajas y fue un gran evento para todos los vecinos pues pudieron ver como un grupo de gente pagada sacaba todo y la casa no parecía molesta para nada. De hecho fue en un bonito día soleado en el que se pudo sacar todos los objetos de los últimos arrendatarios. La casa volvió a tener entonces algo de esa magia especial alrededor y pareció brillar para todos los vecinos a pesar de que era un punto negro dentro de su comunidad pues una casa imposible de alquiler no era algo que atrajera gente, menos si se decía que estaba embrujada.

 Con frecuencia venían grupos tras grupos de creyentes en un montón de ciencias falsas buscando por respuestas a preguntas que la gente normalmente ni se hacía. Nunca se quedaban por más de una semana y siempre venían con varios equipos para registrar sus descubrimientos, lo que era gracioso porque había que creer mucho en tontería para pensar que todo eso tenía un trasfondo real.

 A los vecinos ya les resultaba normal ir y venir y ver los enormes equipos que tenían las personas que revisaban la casa. Al parecer buscaban fantasmas o algún tipo de entidad espectral a la que se le pudiese atribuir lo hermosa que estaba siempre la casa y las expulsiones de inquilinos que se daban con cierta frecuencia. Siempre venían por fantasmas y terminaban en alguna emisora local hablando de sus creencias locas y de cómo estaban seguros que la comunidad tenían un bomba espectral al lado.

 Pero esa bomba jamás explotó. Si es que no se cuentan las expulsiones que habían pasado antes, vale la pena decir que no había razón alguna para creer que algo raro estaba ocurriendo allí. De hecho, todos los que habían salido corriendo jamás hablaban de ellos años después. Uno podría esperar que alguien sacara un libro o al menos se aprovechara comercialmente todo lo que pasaba con la casa, pero no pasaba nada de eso y la casa seguía tan bien erguida como siempre.

 No es raro pensar que posiblemente no hubiese nada malo con la casa, que en verdad ni hubiese ningún espíritu extraño ni nada por el estilo y que todo estuviese siempre en la mente de las personas. A veces los miedos irracionales se traducen en acciones un poco extrañas como salir corriendo de la casa en la mitad de la noche y no volver jamás. Lo único que no iba mucho con eso es que la casa solía temblar y eso no sabía nadie explicarlo muy bien.

 Los vecinos eran los menos interesados en resolver el misterio pues para ellos la casa ya hacía parte del barrio. No era lo mejor para el valor de sus hogares pues una casa maldita siempre baja el precio de las demás alrededor, pero en este caso el precio no bajaba casi pues la casa no era la típica ruina asociada con algún evento fuera de explicación, sino que se trataba de una casa con todo puesto pero con un problema de dejar vivir a las personas.

 Hubo algunos que quisieron adquirir la casa para poder usarla con fines comerciales pero eso jamás funcionó porque la casa echaba a todos los que venían a ver que podían cortar para dividir las habitaciones como en locales o algo por el estilo. La casa sabía lo que ocurría y simplemente no decidía hacer nada.

 Con el tiempo, el gobierno local convenció a la inmobiliaria que lo mejor para la comunidad y para la casa es que nadie volviera a vivir allí nunca jamás. Y eso fue lo que sucedió: el derecho sobre ese lote de tierra pasó a ser de la ciudad y con ese hecho la casa y sus jardines se convirtieron en un parque. La casa en sí está fuera de los limites para todo el mundo pues se quieren evitar accidentes peligrosos o momentos incomodos que puedan afectar aún más la calidad de vida de los vecinos.

 El parque fue muy bien recibido por todos y los niños adoraban jugar por el césped con frecuencia. Eso sí, la casa siguió siendo tan rara como siempre pues muchas veces los niños veían personas que desaparecían al instante o las ventas y puertas dentro de la casa daban golpazos fuertes de un momento a otro, como tratando de asustar a todo los asistentes al parque. Era como si la casa supiera que debía hacerse ver de vez en cuando.

 Era algo que los vecinos habían aspirado y, aunque los niños se habían asustado con justa razón durante las primera semanas, pronto se le s enseño que era algo normal y que no debían asustarse por algo que en ese lugar era lo más común del mundo. Eso sí, la mayoría de padres les inculcó a sus hijos que siempre tenían que tenerle respeto a la casa y al pasado que ellos nunca conocerían pues sabiendo ese pasado era la forma para poder aprender correctamente.

 Fue así que la casa maldita, embrujada o simplemente rara.se convirtió en un lugar muy especial para los habitantes del barrio. Con el tiempo ya nadie tuvo miedo y todas las visiones y los sonidos se volvieron muy rutinarios. La gente empezó a crecer con ello y fue tanta la normalización que los grupos de personas que creían que todo tenía que ver con fantasmas o algo así dejaron de venir porque ya no era divertido para ellos revisar una casa en un lugar donde a nadie le deba miedo nada.

 Nadie nunca supo porqué la casa había hecho todas esas cosas en el pasado. Nunca se supo porqué un lugar de residencia tenía un temperamento tan particular. Eso permaneció como un misterio absoluto para todos en la ciudad. Pero lo que no quedó como secreto fue la capacidad de lo bueno para hacer de todo algo mejor, mejores lugares y mucho más honestos.


 Hoy en día la casa sigue en el mismo sitio, con los mismos ruidos de siempre y sigue siendo parte de un parque que se ha ido extendiendo lentamente. La casa, sin embargo, sigue siendo su absoluto centro. La gente del lugar lo ignora todo y los turistas van a vivir una experiencia especial. Pero a la casa le da igual todo eso mientras que nadie entre y se sienta demasiado como en casa.