viernes, 13 de abril de 2018

Belleza e inteligencia


   Cuando salí de allí, me sentí como todas las veces anteriores. No puedo decir que mi actitud frente a semejante situación haya cambiado y tampoco puedo decir que estuve pensando acerca de todo durante los siguientes días. La verdad es que no fue así. A veces todavía recuerdo algo y es un pensamiento pasajero que no pretende quedarse sino que está allí solo para recordarme que algo que pasó fue verdad y que en mi cerebro está todo guardado acerca de lo que he hecho en toda mi vida, lo bueno y lo malo.

 El sexo es solo eso o al menos eso creía hasta hace poco. He estado en tantas situaciones relacionadas a ese tipo de interacción humana, que a veces se torna algo repetitivo y se deja de notar lo que es diferente, lo que puede hacerlo especial. Y, por supuesto, lo que cambia todo es la persona con la que estás en ese momento. Todo cambia, todo se transforma cuando es una persona o es otra, según todos sus aspectos físicos y, también, por sus rasgos sociales y su personalidad única.

 Incluso puede que no sea lo mismo estar con una persona ahora, que sea tu pareja romántica, y luego volver a verla después de muchos años para un breve momento sexual. A veces, ojalá, parecieran ser dos personas diametralmente distintas y no la misma. Incluso una misma persona puede cambiar en ese aspecto, dependiendo de lo que haya vivido y lo que haya aprendido o mejorado en su personalidad y habilidades. Las personas son las que dan el ingrediente secreto en las relaciones intimas.

 Eso sí, hay situaciones bastante particulares que ayudan a que todo sea un poco más especial o, tal vez especial no sea la palabra, pero no hay una mejor que se me ocurra en este momento para describir cuando el sexo deja de ser eso que casi hacemos por preservación y naturaleza. Comenzar sin ropa o con ella puesta, estar en un cuarto oscuro o bien iluminado, que hayan dos o tres o más personas allí, hacerlo en una cama o en otro tipo de mueble o incluso en una habitación diferente a un cuarto como tal. Todo influye.

 Por eso la última vez no salí pensando nada diferente ni con pensamientos recurrentes en mi mente. Aunque los besos de una persona en especial eran tan dulces como los que había soñado alguna vez, y aunque su cuerpo era extremadamente suave y hermoso, incluso eso se escapó de mis pensamientos minutos después de salir de allí. Todo lo que había hecho, ya había ocurrido antes. Tal vez en otro lugar y seguramente con otras personas, pero ya lo había vivido y por eso no se quedaron conmigo las imágenes gráficas de los momentos del último día.

 Sin embargo, ahora que en verdad me pongo a pensar en todo el asunto, en esta última ocasión sí que cambiaron algunas cosas, sobre todo mi actitud al respecto. Por ejemplo, nunca he sido la clase de persona que juzga a los demás por su aspecto físico. Obviamente noto las diferencias obvias que puede haber o cualquier rasgo muy evidente, pero jamás me burlaría de nadie por ello. Creo que esa es la forma más baja y francamente desagradable de discriminación. No va con nada de lo que creo.

 Pero me vi a mi mismo dándome cuenta de que algunas cosas que había pensado alguna vez son ciertas, al menos desde mi punto de vista. Las personas que son demasiado atractivas, que parecen cumplir cada una de las reglas de los estándares de belleza actuales relativos a los hombres, esas personas no me gustan para nada porque saben muy bien que todos los demás los seguirán hasta el fin del mundo precisamente por esa razón. Ese cuento que nos dijeron, que la gente no se deja llevar por las apariencias, es mentira.

 Lo vi todo con mis propios ojos: un cuerpo perfecto y una masa humana se movía alrededor de esa persona como si estuvieran ligados por alguna suerte de magia o por un magnetismo inimaginable que no los deja alejarse demasiado. Pero la razón principal es más simple: a la gente le gusta estar con alguien así, aparentemente perfecto, porque creen que así subirán un escalón en la escalera social. Esto aplica, y es de este grupo que hablo más exactamente, para los homosexuales. Sobra decir que soy uno de ellos.

 Sin embargo, la belleza que cumple las reglas de las revistas nunca ha sido atractiva para mí. Es decir, puedo apreciar a una persona que tenga todo lo que se supone que debe ser un hombre según los medios, pero no necesariamente quisiera tener relaciones sexuales o una relación romántica con esa persona. Sé que suena a cliché pero lo que hay dentro también cuenta, y no me refiero a los sentimientos sino a la inteligencia. Los primeros son relativos y lentos, pero lo segundo está ahí o no está. Es simple.

 Y no, no estoy diciendo que todas las personas con gran belleza tengan poca inteligencia. La cosa no es tan simple como eso. Hay todo tipo de combinaciones posibles y hay que darse cuenta cual es nuestra preferida personal. Por ejemplo, a mi me gustan las personas cuya belleza no es obvia, requiere de un lente especial por así decirlo, pero que también tienen algo dentro de su cerebro para aportar a una conversación e incluso aprender de ello. Eso sí, nadie demasiado inteligente o simplemente no podré seguir ninguna de sus conversaciones.

 Lo que hay que buscar, creo yo que en cualquier ocasión, es un balance entre esas dos características principales: la inteligencia y la belleza. La primera es clave porque allí reside casi todo lo que tiene que ver con la personalidad del ser humano. Allí están sus series favoritas, sus características más particulares y su historial de vida. Lo segundo es también importante porque en esta época más que nunca somos seres visuales, y todo entra por los ojos. Los sentimientos no tienen esa capacidad, por mucho que algunos lo crean.

 Sobra decir que no creo en el amor a primera vista o en cosas de ese estilo. Creo que la mayoría de personas que lo hacen, viven en un mundo idealizado en el que las cosas son como ellos quieren que sean y no como son en realidad. Pero sé que a muchos les funciona vivir así y no soy nadie para arruinarle el estilo de vida a nadie. Si crees en algo y te funciona a ti, hazlo. El hecho de que yo, o cualquier otra persona simplemente no pueda hacer algo, no significa que tu no puedas y viceversa.

 De todas maneras, creo que he tenido tantas experiencias con el sexo que sé mucho más sobre apariencias y atracción que la mayoría de personas. Algunos creen que las cosas simplemente fluyen y que todo pasa por el azar de la vida o la voluntad de los dioses o algo así. Y puede ser que en parte sea así, pero somos humanos y casi todo lo que nos sucede lleva nuestra marca o la de alguien más como nosotros. Muchas cosas que nos pasan, lo hacen porque alguien hizo algo para que pasaran.

 Me doy cuenta de que me empiezo a enredar y por eso es necesario decir que disfruto lo que hago y no me arrepiento de nada. No me arrepiento de alejarme esa noche de la gente obviamente atractiva, gente que nunca me verá como un igual sino como un personaje menor. Y siendo mi vida mi historia, no quiero ser un personaje menor y mucho menos que me traten como uno. Quiero ser un protagonista con todo lo que eso significa, con el poder de hacer lo que yo quiera, como yo quiera, con quién yo quiera.

 Después de todo, creo que esa noche sí me hizo pensar más de la cuenta pero no por las razones que uno pensaría. No fue el estar enojado con los demás por ser un rebaño más, ni tampoco el hacer algo que preocupó, me emocionó y alegró por un buen rato.

 Creo que pienso demasiado en todo esto porque ese soy yo, porque preocuparme y pensar las cosas hace parte de mi. No me hace mejor que nadie ni peor que nadie, solo es una de muchas características ocultas detrás de las dos cosas que veo en los demás.  

miércoles, 11 de abril de 2018

What is content?


   The world today is all about making things, producing whatever it is you want in the hopes that someone, somewhere, would want to own in some way, whatever it is you have made. Content creation is the biggest thing nowadays and the fun part of it all is that the ones who create that content are not even good at creating anything. They just grab the best parts of what interests people the most and they mash that up together in order to create something that will attract people to it.

 Usually, content means videos, texts and pictures, all trying to call your attention into something you are probably interesting in. There so many things around right now, that we can say for sure that there is something for everyone. Is not like in the past when people had to go places to look for what they liked and maybe what they liked was not widely available or was even forbidden. Nowadays, every single kind of content is available in your home, without even moving from your bed.

 And people complain about that. Actually, they have two ways of complaining: they want more information, even easier to attain at every single moment in their lives and every single place in the planet. But others want the opposite. As always in human history, there’s always a group, a very vocal one, that advocates for a return to the old days when everything was done by hand and when people didn’t have the same freedoms they have today. They phrase it differently but you know what I mean.

 I won’t say that these kind of people want less freedoms and less information, because many of them just want to be freed from things like social media and the pressures of modern life, but I bet there are some of them who don’t really like the fact that information gives freedom, it gives us power to know that there’s something better out there. Information is knowledge and knowledge is a big power that can never be underestimated. Just ask the ones that have used it to their advantage.

 Of course, not every single piece of information is valuable; just as not every single piece of content is good or even worth a look. We are being dumped tons and tons of shit every single day into our mind, by people and even by computer generated automatic services that read into what we like and enjoy, deciding then to sell us whatever it is they are pushing somewhere in the world or maybe closer to home. Maybe they want us to buy tickets for a sport event, or music from various artists. Maybe they even want us to buy time with some other person or a game that can shield us from the pressures mentioned before.

 This world is surprising in that it has some things that are surprising, amazing if you will, but there are others that have always remained the same. For one, our naiveté is still a big problem when someone else wants us to believe in whatever it is they are talking about or whatever they are trying us to do.  We are still very much a silly little creature that had the luck to evolve into something a little bit more versatile and interesting. And yet, we still like to believe what we know are lies.

 Maybe its because people have gotten used to having everything at hand, just in front of them, so they have left their defense mechanisms in a dark corner inside their minds, where it cannot help them when someone wants to take advantage of them. Humans have decided, actively, to let their guard down and just enjoy all the good things of being the most evolved creature on the planet’s surface. Sadly enough, there are bad things too and there are many bad humans around to make our lives not like a dream.

 But we were talking about content. And how does this all relate to that? Very simple: the content machine that has been created, where people ask for “community managers” in their companies, is all about trying to make us thing one thing that may not be true. Actually, it’s mostly never true. We are now offered various options and we have to decide which one is the real one, which will make us happy for sure. And when we decide, we mostly choose the most visual striking option.

 That’s because we are humans, we are attracted to everything that goes inside our heads through our eyes. It has always been like that, ever since publicity was created and all the attempts to sell whatever it is they were selling. Because you can better believe that every single piece of content today wants to sell you something. Only a small fraction has been created for your pure enjoyment and even that can be put into question. It’s all about buying, about exchanges between people that can go right or wrong.

 But the truth is that we don’t really mind at all. We don’t care what it is they want to do with us. We just conclude that it is all a tale trying to make us feel scared about big companies and the government and how the mighty God of capitalism works. Our reaction is one of contempt for the ones that try to warn us about the bad things behind this society that has become a huge marketplace where everything is exchanged, no matter what. There is always a buyer and there is always someone selling exactly what we are looking for, what we want the most.

 We don’t know how else to live anymore. If everything disappeared tomorrow, many people would collapse on the spot, not knowing what to expect from the world. And that’s very important, because people feel safe in this huge marketplace, they know how everything works and they like that. The unknown has only ever attracted a very small amount of people, the real adventure of not knowing what lies beyond. Most of us like a good routine and we stick to it even if we complain daily about it.

Well, that’s what content is all about. It’s brings a cozy feeling to people that sometimes think the world might be going down any day now. That’s why even the news coverage in general has changed, in order to adapt reality, those things that we always thought that they couldn’t be manipulated. History changes or at least the way we look at it. Our perspective is no longer ours, but someone else’s, someone behind a computer who wrote exactly what we are going to think about a certain subject.

 And I have bad news: they have succeeded. Because people are not critical anymore, they just listen and listen, read and read, they think they are building their own opinion but they are not. They are just choosing what they like from what they’ve heard and seen, not really digging deep into anything. That’s too much work.

 That’s how we live nowadays. So if we can still fight, making the kind of content that is free from everything and every form, maybe that way we can still have a little window of hope. Maybe that way we can actually give people hope for the future and even for a present that looks like one thing but that is most likely something else.

lunes, 9 de abril de 2018

Sin ropa

   Sin ropa, completamente desnudo, me he podido dar cuenta de quién soy. Puede sonarle extraño a aquellos que se ocultan detrás de su ropa, detrás de sus vidas programadas y de lo que saben y quieren y conocen. Pero para mí, estar sin ropa es una manera de volverme más fuerte porque no hay nada que me puedan quitar fisicamente cuando no tengo nada puesto. Es como un escudo que se activa solo cuando estoy desnudo, como un poder secreto que me gusta creer que tengo, como uno de esos héroes de las películas.

Me gusta quedarme desnudo un rato después de salir de la ducha.  Me acuesto en la cama boca arriba y miro el techo como si mi vida apareciera allí, hecha película, proyectada a un ritmo vertiginoso. Me pongo a pensar en todo lo que me hace dudar y en todo lo que he hecho que está mal. No soy una persona perfecta, de hecho creo que soy exactamente lo contrario. He cometido muchos errores, incluso sabiendo que los cometía y más de una sola vez. No tengo disculpas en la mayoría de los casos.

 Sin embargo, no creo que nadie pueda juzgarme por eso. Todos hacemos cosas y tal vez lo que yo haya hecho sea peor pero no puedo torturarme todo el tiempo por las estupideces que hago. Simplemente nadie puede vivir así o sino respirar se haría tan dificil que cualquier día de estos se amanecería muerto en esa misma cama donde a veces se duerme de una manera tan relajada. Aunque otras… Otras noches no son tan tranquilas y cerrar los ojos se convierte en una tarea monumental.

 Cuando estoy sin ropa, la verdad siempre tengo los ojos abiertos. Además, trato de sentir todo lo que tengo alrededor, cada roce, cada brisa y cada recuerdo o pensamiento que parece materializarse a mi lado. Es algo muy extraño y no pretendo que todo el mundo lo comprensa, pero es algo que me ha ayudado por mucho tiempo y no pienso dejarlo de lado ahora. No ahora que necesito estabilidad más que nunca, no en momentos como estos en los que todo parece no dejar de moverse.

 Es en esos momentos, después de limpiar mi cuerpo, en los que analizo varios cosas relacionadas al hecho de estar desnudo en mi habitación. Una de esas cosas es que mi relación con mi cuerpo ha cambiado constantemente a lo largo de mi vida. Algunas personas creen que lo que hago es solo exhibicionismo y que lo único que deseo es que la gente me mire y me ponga atención. ¿Y saben qué? Tal vez tengan razón. Pero la verdad es que es algo más complejo, que no se puede explicar en una conversación de café. Toma más tiempo y un interés que nadie nunca ha mostrado.

 Muchos creen que me encanta mi cuerpo o mi manera de ser, solo por el hecho de tomarme fotos así desnudo, tapando las partes claves para no ser expulsado de todas partes por las armas vivientes de la moral y las buenas costumbres. No, no tengo el cuerpo de aquellas estrellas de las películas para adultos ni soy ese con el que quisieran amanecer, ni uno ni muchos días en el año. He oído palabras amables a lo largo de mi vida pero la mayoría son solo eso, palabras que tratan de alterar una verdad muy rigida.

 Este es un mundo en el que cada persona sabe muy bien si entra o no en los parametros de belleza preestablecidos, no es un misterio de la vida ni algo imposible de descifrar. Y no estoy diciendo tampoco que esté de acuerdo con todas esas reglas estupidas que muchos, al final del día, ignoran olimpicamente. El punto es que entre hombres homosexuales, como yo, es innegable el hecho de que la apariencia física es uno de los factores más importantes a la hora de encontrar una pareja.

 Cuando digo pareja me refiero a cualquier tipo de interacción, sea sexual o romántica o ambas. El punto es que entre hombres que gustan de hombres, el físico es más importante y eso incluso entre los que tienen gustos que se salen de las normas de la belleza dictadas por revistas y personas que tienen en mente solo sus gustos personales y no los de las personas que conforman el diario vivir como lo pueden ser ustedes o lo puedo ser yo, o la cajera del supermercado o el conductor del bus.

 El punto es que sé quién soy y no me miento a mi mismo acerca de ello. Me hace gracia los que se ofenden y se indignan al oírme decir cosas de este estilo, como si todo fuese producto de una alucinación mía causada por el hecho de que nunca he tenido una relación estable o incluso de que mi busqueda infructuosa de trabajo me tiene tan mal que empiezo a decir una sarta de estupideces por pura falta de oficio. Y no, no lo dicen así pero a veces las acciones y actitudes hablan por si solas.

 Además, lo he vivido. Tanto hombres promedio como hombres que entran en las normas de belleza actuales, todos ellos siempre elijen la segunda opción si pasa que yo soy el primero en la lista de solo dos. Me ha pasado y lo he visto en mi cara, y por eso me ofende cuando alguien no cree que sea algo que suceda de verdad. Tal vez es porque la gente no se da cuenta lo ofensiva que puede llegar a ser o de pronto es que las personas, los hombres homosexuales, simplemente no quieren que se creen más estigmas a su alrededor, no cuando ya se tienen tantos y tan negativos.

 Pero mi lucha personal no tiene nada que ver con que me gusten los hombres y suceda que yo tengo un pene en mi calzoncillos. No tiene nada que ver con el hecho de que uso mi cuerpo, me uso a mi mismo, para probar que este empaque imperfecto sí tiene una importancia en la vida y la ha tenido en la mía. Y es cierto que la actitud cambia la manera en como la gente te percibe pero a veces ni la personalidad más explosiva es cambiar de contrarestar lo que nunca va a cambiar, por mucho que se intente.

 El que dijo eso de que la belleza interior es lo que cuenta, seguramente era ciego o vivía una vida muy recluida. Todo entra por los ojos en este mundo y más aún ahora, en este mundo moderno en el que todo es visual y no se puede escapar a que nos quieran vender algo, sea un producto real o una idea abstracta de lo que tal vez queramos para nuestras vidas. Abran los ojos y vean quienes usan para meternos todo por los ojos, sean toallas para el baño o unos suspensorios para usar en el gimnasio.

 Sí, tengo problemas con mi aspecto físico. No sé si todos los tengamos pero dudo que así sea. Solo los que quieren contentarse dicen eso pero la verdad es que hay unas personas que obviamente jamás tienen que preocuparse como se ven, no es algo que ocupe su mente. Para otros, en cambio, es muy diferente porque siempre tienen que estar pendientes de lo que se ponen, de lo que tienen encima. ¿Como no tener problemas con mi aspecto físico si todo lo que veo a mi alrededor me dice que no soy suficiente?

 Y antes de que me recomienden ir a un sicologo, el médico que vive de sacarle dinero a los idiotas, les aviso que esos problemas nunca desaparecen. No es que un día, después de años de terapia intensiva, se deje de pensar de golpe que se está muy gordo o muy feo o muy débil o lo que sea. La vida no funciona así y menos aún en este planeta, es esta sociedad en la que vivimos todos y a la que no podemos escapar, hagamos lo que hagamos. Es algo con lo que hay que vivir y hay que saber manejarlo.

 Por eso me desnudo, por eso tomo las fotos que tomo, por eso hago lo que hago a veces. Simplemente intento hacer lo mejor que puedo con lo que tengo y eso abarca todo lo que soy, no solamente lo físico. Pero este cuerpo, esta carne con huesos y grasa y piel, todo eso es lo que ve la gente cuando me acerco, cuando estoy en una entrevista de trabajo o quiero convencerlos de que tengan sexo conmigo. Esto es lo que ven y lo que sea que haya en mi interior, toma tiempo conocerlo y es igual con cualquier ser humano medio complejo.

 Tal vez todo esto solo sea aire para la mayoría pero dije lo que dije y aquí está.

viernes, 6 de abril de 2018

No end


   As everyone celebrated on the streets and in their homes, Veronica wandered through the rubble trying to feel as happy as most people around her were. But it wasn’t possible or at least it was very hard to do so. Even smiling felt like a chore, like something you would do only to please people but not because you really felt it inside. There was a feeling of incompletion around, as if all the sacrifices of the war had not been enough to end every single type of hostility that many people harbored against one another.

 As she walked the streets, some lit and others not so much, she realized that the world after the war would be in chaos. Yes, everyone was cheering and celebrating right now, probably drinking stolen articles and launching fireworks that had been banned for so long. But after all of that happiness, a moment of truth and reflection would have to come and the atrocities of war would have to be addressed. For example, not everyone was on the same side, the winning side. Some people were not celebrating.

 Well, some of them were but just because they had to survive and keep on living. It was widely assumed that trials, of sorts, would emerge from the victorious side, condemning the losing side to many years in jail, banishment from the country or even death. Even if the maximum penalty had ever been enforced legally in the country, many of the victors would want the vanquished to be treated just as them treated others during the war. There were lots of executions, on the streets even.

 Veronica was actually just passing a street she knew very well, not only because it used to be a prime shopping spot before the war, but because many people were forced to stand in front of the former storefronts in order to be killed with guns. It was horrible to think about those moments, the images that would never going to leave anyone’s mind. That could never be overlooked, the fact that a large amount of the people now alive had killed at least one person over the last seven years.

 Everyone’s hands were tainted with blood; there wasn’t a single innocent, not even the children. They were used so many times to lure the kindness out of people, that all of their innocence had vanished. Many children were now celebrating the end of the war, just like adults. And the ones that were too small were orphans or just dead. Every single person had done something horrible during the war and now they chose not to remember that because it was a clear image of how disgusting and vile a human could get. So many atrocities in such a relatively short period of time.

 Veronica reached the gates of the Compound just as the night was darkest. She had to use a pocket lantern she had found days earlier, in order to go inside and check out the place for herself. The prison or camp or however you may call it, had been liberated only a few months before the end of the war but it looked as if it had happened many years ago. The place was covered in ash and debris, and the gates, doors and windows had been torn apart or had simply disappeared from sight.

 She walked from the entrance to a large yard area were she knew people had been selected. You see, not everyone was imprisoned in the same place. They had categories and each category had their own building in the premises of the Compound. The differences between each building were in the treatment given by the jailers. For example, former members of state entities and such would receive a better treatment there than homosexuals or blacks. Just the same as it had happened so many years ago, elsewhere.

 The Compound had surprisingly not been built by the losing side, as one would think. It had been built by the so-called winners, by the so-called heroes of the war. In some parts of the country, people were already designing statues for them to be put in every single park, in every single town. They had been the ones fighting for justice and freedom but they clearly didn’t respect their enemies’ rights at all. They were just as vile and vengeful as all the other people. They were not different.

 Veronica walked through the large yard in order to get to the only building that had been kind of spared by the last bombs the “enemy” had dropped from the sky. That was how the prison got its freedom. It hadn’t been an act of kindness. It was just the result of the last desperate attack from the would-be losers of the war. They had sent the few planes they still had and just bombarded the jail were their family members and friends had been imprisoned. They believed it was better to be dead that a prisoner.

 So pride made them act on that last move. And they succeed in destroying the prison and liberating some of their people from it. But only days later they would realize their days were counted and that their fate had already been sealed, well before the attack on the Compound. Veronica saw on the floor of the building some bone fragments, as well as fabric that used to be made into uniforms for the prisoners. There were also several metal plates and bowls, and a large assortment of cutlery. Maybe the prisoners had staged a mutiny as the bombs lit everything on fire.

 After a short time, she decided to leave the Compound through “the back door”, which was actually a large gap in the tall wall of the complex. She didn’t want to stay there too long in case the “winners” were patrolling the premises looking for someone to practice shooting with. She adjusted her backpack and walked on, towards very dark park covered with grand beautiful trees. The place was covered in shadows but even that way it felt like somewhere one would feel at ease.

 The park was one of the largest in the city and it was used to process many of the prisoners of the Compound. But apparently cold heads prevailed and no one ever really destroyed it on purpose or tore the trees down. Some of them had received damage from the bombs that were dropped in the nearby prison, but the building between the two sites had prevented the fire to really destroy the last green place in the city. It had been a miracle that most people were ignoring in that precise moment.

 Veronica walked along the central path of the park, hearing her steps on the stone and the wind blowing through the tree leaves. Everything felt so peaceful, and she was very glad to be there but even then she felt all of that could not be forever. She knew things were going to be bad for a while and she was alone and no one could just come and be with her. Her family had died during the war and those were not times of real friendship, just of convenient relationships that no one knew how long they would last.

 The best thing to do, maybe, was to leave the country altogether. It was a difficult choice to make and also a hard thing to achieve, but Veronica had nothing else to loose. She was carrying everything she owned on the backpack: some pieces of clothing and a couple of objects she had rescued from her former house. She had also stolen some food from a ruined supermarket, but that was it. She could easily walk her way towards the border and attempt to cross it. Or maybe get into a boat and sail away.

 Whatever she did, she had to do it quietly and carefully, as she had no intent of driving attention onto herself. No one was looking for her specifically, but everything around there was going to become very unstable and she knew that’s when unlikely things tend to happen the most.

 She decided to leave the city that night, taking advantage of most people celebrating the end of the war. As they raised glasses, told jokes, remembered family and friends, Veronica would banish into the night and attempt to forever disappear from that other night, one that would never end.