martes, 16 de junio de 2015

Un día complicado

   Al despertar, me di cuenta que todavía estaba allí, con sus piernas entrelazadas con las mías y su mano en debajo de mi camiseta, como si yo fuera su calentador personal. Lo primero que hice después de alegrarme, fue tomar su mano y apretarla con suavidad. Por alguna razón, la inseguridad o tal vez el alcohol, pensé que nada de lo que había sucedido era algo de verdad. Mejor dicho, creía que estaba tan mal que me lo había inventado todo mientras dormía. No hubiera sido la primera vez. Pero no era así. Estábamos juntos allí, abrazándonos más, sintiendo que estábamos allí. Era algo extraño, después de tanto tiempo de no vivir nada por el estilo. No había amor pero sí existía cierto cariño, cierta comprensión que era imposible de ignorar.

 Entonces sonó la alarma de mi celular y el momento terminó. Lo abracé y lo apreté suavemente para luego darle un beso en una mejilla. Enfrentándome al congelante clima de la mañana, salí de las cobijas y me dirigí rápidamente al baño. Abrí la llave de agua caliente y oriné antes de entrar y empezar a pensar en todo lo que tenía que hacer ese día. En el hotel, era mi turno de atender a los clientes en la recepción. El turno empezaba en hora y media y debía estar justo en el cambio de turno o sino el gerente me iba a despedir, como si ya no tuviera razones para odiarme. Además, debía supervisar un estúpido evento que iba a tener lugar en una de las salas de recepción y eso siempre era tedioso por el tipo de personas que asistían a semejantes centros de aburrimiento.

 Él entró en la ducha y me abrazó y entonces nos besamos. Otra vez, olvidé todo lo que pasaba en el día y en mi vida y me concentré solo en él. Me encantaba ver como sentía placer y como me lo demostraba con todo su cuerpo y con cada segundo que estábamos juntos. Cuando terminamos, hicimos lo que todo el mundo en la ducha y luego salimos. Él tenía que ir a su casa y luego tenía que ponerse a estudiar. Su posgrado no iba a terminarse solo. Lo felicité por ese compromiso y antes de separarnos en el ascensor le di un beso para que no me olvidara, algo que en mi mente sonó tan cursi como ahora mismo.

 Todo el camino pensé en él y en lo increíble que era habérmelo encontrado después de tantos años. No había sido a propósito y tal vez esa había sido la mejor parte de todo este asunto porque no teníamos realmente expectativas de nada. Lo que había pasado, había sido algo del momento, algo que solo ocurrió y nos dejamos llevar porque se sentía muy bien. Siempre me había gustado su piel y su sonrisa pero solo las había apreciado de lejos y por algunos segundos. Ahora había tenido todo eso solo para mí y debo decir que estaba más que feliz por haberlo conocido, porque antes no lo conocía de verdad. Es inevitable pensar que hubiese ocurrido si no hubiéramos conocido mejor entonces que ahora. Pero, al fin y al cabo, eso que importa?

 Llegué justo a tiempo y en el momento exacto que mi jefe entraba con algunos visitantes que parecían ser muy importantes. Me cambié rápidamente y cambiamos turno con Jorge, que no era mi amigo ni nada por el estilo. No era secreto que ambos queríamos que el otro saliera de allí pronto. Era de esas relaciones laborales donde no puedes ni mirar al idiota porque te arruina el día. Y nosotros teníamos que mirarnos todos los días para cambiar de turno. Como éramos siempre tres en recepción, había ese mismo número de cambios de turno a lo largo del día. No se hacía todo al tiempo para no perjudicar al cliente que casi nunca se daba cuenta de nada.

El hotel era uno de esos donde hay más ejecutivos que seres vivos en el área. Son personas realmente molestas, que piensan que solo porque están haciendo más dinero que los demás tienen prioridad en la vida antes que ningún otro. Las mujeres siempre se quejaban de algo y los hombres siempre tenían ese tono condescendiente que me había dado un día y otro ganas reales de partirles la cara. Pero así era la vida, unos arriba, otros abajo, y muchas veces mezclados. Porque el bar del hotel hacía maravillas y las cámaras de seguridad lo grababan todo. Cada fragmento de sus vidas en el hotel se veía allí, pro lo que a veces hacíamos apuestas entre nosotros, apostando quien se acostaría con quien o quien hacía que. Esa entretención se acabó con Jorge, que era uno de aquellos que le cuentan todo a sus superiores. Imbécil.

 El día empezó suave y después vino la conferencia que volvió al hotel en un lío completo. Gente iba y venía, había que darle identificaciones pero no se quedaban lo suficiente en un mismo sitio para poderles dar los carnet y después subían o iban y venían y los pobres guardias de seguridad no daban abasto, como tampoco nosotros que debíamos estar pendientes de todo porque la gente que se encargaba de los eventos estaba en huelga. Tuvimos que poner mesas, sillas y demás y esperar a que los desgraciados terminaran de hablar de cómo salvar al mundo con sus miserables empresas. Cuando terminaron, pensamos que todo ese lío iba a terminar pero no fue así.

 Yo estaba en el baño cuando oí gritos a lo lejos y unos sonidos sordos que pensé que eran algo que era imposible haber escuchado. Salí sin secarme las manos y me acerqué al lugar del evento. La puerta estaba cerrada con llave y no había ningún encargado del hotel afuera, como debía haber siempre. Por un momento me puso del mal genio porque era irresponsable no estar pendiente de los idiotas de la conferencia pero todo eso se fue al carajo cuando vi en el suelo una mancha que parecía negra y que estaba húmeda.  Me agaché a mirar que era. Era sangre. Entonces se oyó otro disparo, esta vez bastante claro, y corrí a la recepción. Los guardias habían despejado el lobby y una de mis compañeros hablaba con la policía. Cuando colgó le pregunté donde estaba nuestro otro compañero y ella solo empezó a llorar.

 Nunca he sido bueno para consolar a nadie así que no lo hice. Le pedí que se sentara y respirara mientras yo verificaba las cámaras de seguridad con uno de los guardias. Vimos que mi compañero de recepción estaba recostaba contra la puerta que estaba cerrada y que un hombre estaba subido en la mesa principal, con un arma en la mano. Lo más horrible de todo fue que, entre la multitud (unas cincuenta personas) pude ver varios cuerpos en el piso que no se estaban moviendo. El guardia me contó que el hombre había estado en el baño y simplemente entró disparando.

 Yo caí en cuenta de que habíamos entrado al mismo tiempo pero yo me había demorado más porque estaba leyendo un mensaje del hombre con el que había amanecido. Si hubiera estado más pendiente, lo hubiera podido ver con el arma. Seguramente la había puesto en uno de los cubículos. O tal vez hubiese sido mejor así. Al fin y al cabo el tipo ya había matado a algunos y yo hubiese podido ser el primero si lo hubiese descubierto antes que nadie. Justo entonces llegó la policía y nos dijo que desalojáramos todo el edificio, por lo que tuvimos que ir piso por piso y asegurarnos de que no hubiese nadie en los cuartos. Nos demorarnos un buen rato pero cuando estuvo la última persona fuera, se lo comunicamos a la policía.

 Mientras hacíamos nuestra parte, ellos no habían podido hablar con el hombre. Su presencia había hecho que matara a una mujer y si seguían insistiendo podría ser cada vez peor. El gerente llegó y por primera vez no tenía la cara de puño de siempre, sino que parecía estar cerca del colapso. Habló con el policía a cargo, quien le dijo que era una situación delicada y que ya habían contactado a las fuerzas especiales para lidiar con el hombre. En efecto, hombres que parecían soldados llegaron en breve y propusieron entrar por una salida de emergencia lateral y simplemente matar al tipo sin darle la oportunidad de pensar. Se organizaron y después de una hora, lo tenían todo planeado.

 Yo solo quería que terminara el día. Salí un rato y llamé a mi mamá que estaba preocupada y recibí una llamada de él. Oír su voz fue lo mejor del día y decidí no fingir que no estaba feliz de oírlo. Cuando colgué, se oyeron más tiros y otros sonidos que no pude entender. Al parecer el equipo especial de la policía había entrado ya pero cuando la puerta de la sala se abrió era evidente que las cosas no habían salido tan bien. El hombre había muerto, con un par de tiros en la cabeza. Llevaba un chaleco antibalas y se dieron cuenta muy tarde. Alcanzó a matar a otros cinco mientras terminaban con él. Las ambulancias llegaron y sacaron más de diez cuerpos de esa sala, uno de ellos nuestro compañero. El lugar quedó hecho un matadero. Suena desagradable porque era horrible. La policía le dijo al gerente que debían cerrar el hotel por un tiempo porque iba a haber una investigación y él solo asintió.


 Cuando volví a casa, lo primero que hice fue tomarme todo el contenido de  una botella llena de agua. Luego, me quité la ropa y me duché. Todo lo que había sucedido me hacía sentir sucio, como con asco. Afortunadamente nos iban a mandar a trabajar a otros hoteles de la cadena , así que todavía había un salario por el cual vivir. Pero mi cerebro siempre volvía a lo mismo: y qué si lo hubiese visto a tiempo, si lo hubiese detenido? Estaría vivo o muerte? Habría sido héroe o víctima? Antes de quedarme dormido, seguía pensando lo mismo hasta que olí su aroma en la almohada y entonces sonreí y tuve una noche sin sueños.

lunes, 15 de junio de 2015

Torture

   He was tied to one of the tubes coming out of the wall, tied with a very thin but resistant rope. He had attempted to free himself from it the first few days but he realized soon it wasn’t going to break. His clothes had been taken from him long ago an the only thing that reminded him of the past was a scar he had on his left calf, one that he had gotten while playing with his parents in his family’s farm a long time ago. It felt like a whole life ago because every single day memories appeared to vanish, a handful at a time. This was aggravated by the fact that he didn’t know on what day he lived and how much time he had been “living” in that basement, with the vermin and the insects that came and went, probably waiting for his body to finally succumb to starvation and thirst.

 But amazingly, he held on. Someone with a bag with holes in the head came in with dry fruit everyday, just a spoonful of it, and a bottle tap of water. That was all he got for the day and it made him feel each day more miserable. Even more when he remembered everything that he had eaten before, with his family or by himself: burgers, pizza, meat, pork, fish, vegetables, fruit, bread, candy, soup, pasta… It hurt his stomach to think about all of that but it helped him too because if he still remembered all of that it meant that his mind wasn’t all gone yet, it meant his essence was still in that frail and sick body that he didn’t recognize anymore, except for the scar.

 It was that scar that made him go on too. Because it reminded him of things and the only way to take that away would be to chop off his leg but it didn’t seem as if they were going to go to that extreme. What did happen was that once every so often, he guessed that once a week, he was taken from his basement to another basement or some other room in the same basement, and was also tied there and tortured. They would cut him, kick him, punch him, beat him with a stick or grab his head and push it into a big pool of water they had in that room. It was awful because it lasted for a long time and because his torturers never spoke a word, not even to yell at him, so it was even scarier than one would think.

 It was strange but, when he would come back to the basement where they kept him tied, he felt home. Maybe that was because he really didn’t remember what his actual home looked like. He didn’t remember if he had a family of his own or just his parents or even if his parents were still alive. It was like trying to solve a puzzle with half the pieces missing. He just couldn’t remember and that frustrated me. When they tortured him, he sometimes asked for the truth, he asked them to tell him who he was and what his life was like before this happened. But they never told him a word. Not even his name, which he had lost a long time ago.

 Another thing he didn’t remember, unfortunately, was the reason he was being held there, if there was an actual reason and if he even knew what it was. He felt he did knew, he felt he even knew who was behind all of it but after trying for days and nights, he just couldn’t remember. Was it possible that the people that held him hostage were putting things in the water he drank for him to forget everything? Or was it just a natural effect of being deprived of freedom for so long? Another thing he missed was the sun and the wind and the colors. He remembered all of that still but there was no natural light here, no soft wind to caress one’s skin and the only colors were white, black and grey.

 It went on like that for a long time, maybe even years, until one day they just stopped putting the dry food and the water in his cell. After a while, he just knew he was going to die. Maybe they had given up on him giving any information and were just waiting for him to drop dead and be done with it. When lucid, he imagined they had other prisoners and that maybe they thought at least one of those knew whatever it was they thought he knew. He wouldn’t be the last one to be tortured that was for sure. The thought made him feel uneasy but strangely not annoyed nor sad. Because if he died, he would finally be free. He never imagined to go out alive of this one and to know the end was near was actually almost a happy thing. He was trying to prepare himself for it and just concentrated a lot on keeping the remaining memories inside and not give them the satisfaction of taking them

 One day, after no sessions of torture, they took him to the other room and id what they had done before. They even brought an electric device and electrocuted him with it. He finally felt his life leaving him behind but then they stopped and tied him to a chair that appeared from nowhere. He was dizzy and wanted to die soon, he just wanted them to leave him alone and go away. If he died, he wanted to die alone and not with a couple of men besides him with bags on their heads. But then the door opened and another person entered the room and this person didn’t have a bag on his head. It was a tall man, wearing a tailored suit and a hat. He stood in front of the tortured man and just stared, with no expression on his face.

 The hostage was too tired to keep his head up, so he just let his head hang there, looking at the wet floor. This appeared to go on for ages until of the men sat him down straight again and slapped him hard. The hostage opened his eyes but he was to week to stay awake anymore. He felt it was time go but they wouldn’t let him. He was about to protest when the suited man said a word: “Tom”. The hostage felt as if they had sunk his body in ice. That name meant something, something very close to him. He mumbled but couldn’t form a proper sentence. The man in the suit, however, ended the moment by nodding to his men who took the hostage back to his cell.

 Tom. Who was Tom? Was he Tom? That single piece of information was invaluable and yet he had no idea what it meant. But it wasn’t important because no name would give him the freedom that he wanted. To be honest, he didn’t even know if he wanted to free anymore. Death seemed so attractive, fast and good at that point. So he put Tom, however that was to a side, and just lie there to die, closing his eyes and trying to lay on the floor as comfortably as he could. His wrists were bloody because of the rope and his face was bloody from several punches on his eyes. He would close his eyes and just go away, leaving every piece of this shithole called world behind. That was home for him now.

 But then, he heard something in the distance. It felt like a small tremor and he was certain screaming followed it. But maybe he had imagined it. He was in a basement and there was no way to hear what happened far above. He closed his eyes again but another tremor hit closer and then the door burst open. Two men, now with no bags on their heads, came for him. They took him from the armpits and dragged him through a long corridor that ended on a metal door. The door opened to a long staircase that was covered in snow. The men dragged him all the way up. There, other prisoners were being rounded and some men had rifles. They were going to execute them. They had had it with them and they were going to die now. He seemed to be the last one so the man put the prisoners in a circle and pointed at them He closed his eyes and breath slowly.

 But then another tremor. It was an explosion, a bomb. It hit the nearby part of the building, scaring the executioners. They were distracted by the collapse of their bunker, now on fire and breathing black smoke. Bu they remembered they had prisoners and shot a couple of them before some other men came. There was a fire exchange, time during which he really tried to die because he didn’t want to become someone else’s prisoner but the fight ended fast. The new men helped the survivors up and took them to a truck nearby. The truck left the place and they all fainted from exhaustion.

 Days later, the former hostage woke up in the bed of a hospital. It was night but he could recognize, from deep in his memories, the sound of that machine that poured a health serum into his bloodstream. His eyes were not working great but he noticed a window and he saw some lights outside, buildings. Voice could be heard from the other side of the door and then a bunch of people busted in, the lights went on and he suddenly had two nurses and a doctor all over him. They checked every single part of his body. He cried a bit, but they didn’t notice. He cried because he was free and that had been impossible.


 After a while, everyone left except for the doctor. It was a woman. She spoke gently and explained to him what was right and what was wrong with him. But that didn’t matter anymore. He was finally dying, slowly and in peace. He saw the woman leave in a hurry before his eyes closed and he could only hear the sound of a voice. It was a nice, warm voice that he knew he loved and cherished. It was Tom. He remembered. And then, he left this world to see Tom again.

domingo, 14 de junio de 2015

Sin nada

   La verdad es que hacerlo siempre me había llamado la atención pero jamás lo había llevado a cabo. En parte por vergüenza pero también porque nunca había tenido la oportunidad. Crecí muy lejos del mar y cuando iba era con mi familia y pues ni modo de intentarlo con ellos al lado. Allí estaba muy lejos de mi país, de mi familia y posiblemente de cualquier persona que conociera o haya podido conocer en algún momento de mi vida. Era el momento y el lugar ideales para intentarlo, además que ya no era la misma persona de antes que todo le daba pena o que se complicaba por todo. No, la vida tiene maneras para enseñarle a uno que vivir complicándose es lo más idiota que hay.

 Y pues ya no tenía tanto vergüenza como antes. Es decir, todavía tengo pero no es tan grave como antes, que no podía ni pensar porque me imaginaba todo lo que los demás pudieran decir y pensar. Pero ahora ya no, no me importa la verdad. He aprendido que la mayoría de las personas viven pendientes de los demás o porque saben que su vida es un lío o porque su única motivación en la vida es sentirse mejor que los demás, lo que es mucho más triste que nada de lo que se pueda uno imaginar. Es patético creo yo pero, de nuevo, no me interesa.

 Lo que sí es que siempre había tenido un serio problema con como me veía yo a mi mismo. Mi autoestima nunca había sido muy alta y esta era una manera de de pronto ponerla a prueba y ver de que material estaba hecho, para ver si de verdad había superado algunas de esas cosas de mi pasado.

 Así que un buen día tomé el tren hacia la playa y me bajé en un lindo pueblito que queda a unos veinte minutos del centro de la ciudad donde yo vivía. Ya había estaba en ese pueblito porque había asistido con algunos amigos a una fiesta allí pero nunca había ido al lado al que me dirigía. Según las direcciones, debía caminar por todo el borde de la playa hasta que se terminara el paseo peatonal. Allí debía seguir las indicaciones y caminar por un paso entre las rocas y la arena de la playa. Previniendo esto, me puse unos zapatos resistentes para no caer encima de alguna piedra mal puesta.

 El paseo peatonal era muy bonito. Aunque era temprano, ya habían personas caminando para un lado y otro y algunas ya formando sus campamentos de playa. Había gente que se quedaba allí todo el día, tratando de lograr un tono bronceado para poder volver a sus trabajos el lunes y así poder recibir los halagos de los demás. A quién no le gusta que le pongan atención, que le digan cosas bonitas, sean las que sean? Es algo de humanos, de seres con defectos. No tiene nada de malo en todo caso. Y menos si no tienes una pareja sentimental en el momento o simplemente quieres ir a tomar el sol y disfrutar del agua tibia de esa zona del planeta.

 Cuando por fin llegué al fin del paseo peatonal, vi de inmediato el pequeño aviso que indicaba por donde se accedía al camino entre las rocas. Lo tomé pronto y me di cuenta que no era tan grave como pensaba. Si había bastantes piedritas y la carretera pasaba casi al lado pero no había nada de que preocuparse. Iba por la mitad cuando oí algunos ruidos y me detuve. Era posible que me hubiera imaginando lo que oí pero quería estar seguro. Me quedé en silencio y voltee la cabeza hacia todos los lados, aguzando el oído y la vista pero nada. Debí habérmelo imaginado. Seguí mi camino con tranquilidad, apreciando la belleza del lugar.

 Al final del camino estaba una caseta de madera y una playa que se extendía entre las roca arriba y el mar abajo. Se veía muy bonito con la luz amarilla de esa hora y la suavidad del mar y su sonido tranquilizador. Apenas pasé por la caseta, un hombre atrajo mi atención hacia ella. Me saludó de la mano y me dijo que si necesitaba cualquier cosa, allí era donde tenía que ir para pedirla. Vendía sandalias, toallas y trajes de baño pero también comida como perros calientes y hamburguesas. Era un lugar bastante curioso, cosa que me gustó de entrada. Asentí y seguí caminando y vi lo que esperaba ver.

 Al ser una playa nudista, no había ni una sola persona con ropa. Según había leído, si alguien no quería quitarse algo era su derecho pero debía respetar el de los demás a no usar nada. Pero aquí no parecía haber ese problema dado que no había ni un solo hombre o mujer con una prenda de vestir. Eso sí, había más hombres que mujeres y eso era de pronto porque la zona era un destino “gay” bastante popular pero de todas maneras había mujeres un poco por todas partes. La playa no era muy grande así que fue fácil encontrar un lugar hacia las rocas, donde pudiese sentarme y ver que pasaba.

 Había un grupo de tipos que parecían esclavos del gimnasio jugando voleibol, al otro lado una pareja de ancianos metiéndose al agua de la mano, unos niños jugando frente a sus padres y la mayoría, como en todas las otras playas, se bronceaban las nalgas o el pecho. Me quedé allí mirando un rato y salté un poco del susto cuando alguien me saludó. No había visto a nadie acercarse aunque ese no fue tanto el motivo de mi reacción. Era más bien el hecho de que medio reconociera quien me estaba saludando. Sabía que había visto ese rostros antes pero no sabía muy bien donde.

 Y, lento como suelo ser, me acordé que era una playa nudista al mismo tiempo que recordé quién era él. Había ido al colegio con él hacía años y ahora estaba allí, desnudo, en frente mío. Era un poco extraño y me demoré en reaccionar pero nos saludamos con un apretón de manos y una sonrisa débil de mi parte. Me dijo que me había reconocido hacía unos minutos y que se había lanzado a saludarme. Confesó que tal vez en circunstancias más usuales no lo hubiese hecho pero que cuando uno está en una playa nudista hay cosas que es más fácil decidir. Así que me saludó y me dijo que estaba con su novia cerca del agua y que si quería ir con ellos.

 La verdad es que no sabía que debía hacer pero al parecer mi respuesta le llegó primero a él que a mi porque pasados un par de minutos ya tenía todas mis cosas junto a las de ellos. La novia de él era muy linda y parecía muy amable. No era, menos mal, la misma novia que había tenido en el colegio. Con ella había tenido yo un problema porque era un joven exageradamente estúpida que no aceptaba los errores que cometía. Recordarlo me dio un poco de rabia, que se disipó cuando la nueva novia me preguntó si iba a quedarme vestido. Me sonrojé al instante.

 Lo cierto es que entre mirar a los demás y mi compañero de colegio, se me había olvidado lo esencial. Así que, esperando a que los demás se pusieran a hacer otra cosa, me quité el traje de baño con el que había venido hasta allí. Se sentía como estar robando o algo parecido, además de que estaba seguro de que me había vuelto rojo. Esa era la adrenalina pasando a toda velocidad por el cuerpo pero bajó a niveles históricos después de un rato cuando me di cuenta que el mío era uno más entre otros tantos cuerpos. Nadie me miraba, ni me juzgaba, así que recibí una cerveza de mi ex compañero y nos pusimos hablar de ese tiempo y de todo lo que había pasado desde entonces.

 Lo más cómico del asunto es que nosotros jamás hubiésemos hablado en el colegio. Él era de los chicos y chicas que eran el grupo más prestigioso, aunque yo nunca supo porque lo eran, del colegio. Chicos guapos y chicas lindas que salían uno con el otro hasta lo que parecía el final de los tiempos. Su novia, la detestable, era uno de ellos también y mi pelea con ella canceló cualquier remota posibilidad que hubiese de interactuar mejor con ellos. Pero después me di cuenta que eran tan idiotas como su amiga entonces al final no había nada que hacer.

 Hablar con él ahora era extraño pero parecía un persona distinta. Así yo nunca haya creído en el cuento de que la gente cambia. Había madurado, era eso. Después de un rato llegaron algunos amigos de él y propusieron un juego de voleibol a lo que me negué porque los deportes jamás habían sido lo mío. Con la novia de él gritamos los puntos, entre risas, y al finalizar les trajimos cervezas frías y varios platos de papas fritas con salsa de tomate. Todo estaba perfecto y pude hablar con un par de sus amigos, uno de los cuales parecía muy interesado en hablar conmigo.

 Cuando por fin entré al agua, me sentí más tranquilo que nunca. Y no, no creo que haya sido solo por el hecho de haber estado completamente desnudo. También era porque me había abierto a un grupo de virtuales desconocidos y todo había salido bien. A veces es demasiado agobiante tanto teléfono celular, tanta internet, tantas cosas que son pero en verdad no importan o no existen. El contacto humano siempre será la mejor experiencia y no pudo haber mejor final para esta experiencia que una cerveza fría mirando el atardecer.


 Tiempo después estábamos en la plataforma de la estación, esperando el tren para volver a casa. Hablamos todo el camino hasta que tuvimos que separarnos, único momento en el que saqué mi celular para anotar la información de cada uno. Me despedí y caminé a mi casa contento porque había intentado algo nuevo y había salido bien. Había saltado a lo desconocido y resultó que no podía haber salido mejor. Tal vez volvería o tal vez no pero lo importante es que lo hice y no me arrepiento.

sábado, 13 de junio de 2015

Sex app

   It was very cold outside but I just had to smoke. It was one of those times when I just needed to fill my lungs with that damn poison that we all know and hate but sometimes need desperately. I was only wearing my boxers and I had put on his jacket in order not to freeze my ass while smoking at six AM like an idiot. The view from the balcony was amazing: as the building sat on one of the many hills in the city, you could see the business towers on one side and the ocean in the other, as well as hundreds of cars rushing one way or the other. The air smelled delicious, like fresh bread. I noticed there was a bakery just across the street and an elderly couple where entering the store, buying their morning bread so early.

 How did they do it? I don’t mean wake up this early to go and buy bread. I mean, how did they stay together for all these years, without boring each other or drive each other mad? I know and feel I would have the capacity to drive any other guy insane. For life… That tends to be a fucking long time and that’s something I’m not really comfortable with. I have never been able to keep a relationship with anyone for more than six months and this couple may be celebrating their sixtieth anniversary together. No, I think I would have died a long time before that or gone mad. I have a tendency to move around, never standing still for too long. I just couldn’t.

 I finish my cigarette but I don’t really want to go in. Thankfully I brought the pack with me along with a lighter. I lit up another one and feel it comforting my skin from the cold. Winter is done or at least that’s what all the people in the news say. But t sure doesn’t seem like it. My ass is freezing and I don’t know what else to do besides smoking like mad. I let my beer inside… Fuck!  Could have used that. Well, life isn’t perfect at all, shouldn’t I know that. I’m the man working in his father’s flower shop. I have to say I don’t hate it or anything but I would have liked to get so much more from life.

 I went to school and everything. I mean, back in high school I was a great football player and not very smart but in college I discovered I had a thing for numbers and all that. I’m good at that and that’s why dad asked to work with him. I keep the books in order and thanks to me his store is working much more efficiently than before. I even caught someone stealing for him, so I guess I did a great job. But I would have liked to have my own business, make my own decisions and just be myself in life. But this happens when you look for a fucking job for three fucking years and no one even thinks of helping you, giving you a hand. So here I am, thirty-two and still working for daddy. It pays well so I shouldn’t really but hey, I could bitch professionally.

 I turn around and see him there, sleeping as if he had just taken a magical potion to sleep like a log. He looks nice asleep… Not that he doesn’t look nice while awake but you know what I mean. I don’t really know how I got here, I mean, how it was that I accepted to come. To be one hundred percent honest, I met him earlier today on one of those apps for the phone where you get people to fuck with. Yeah, I was that bored. I just downloaded the thing and in an hour I had gotten lots of messages. Which is amazing the body I had back in high school has almost completely disappear. But I guess I have my thing and he noticed it.

 He looked nice in his picture, cute smile, nice guy he seemed. So he asked to come to his house in the middle of the night and here I am. The sex was great and he turned out to be a great guy, very nice and well mannered. But that didn’t stop me from coming out to this freezing balcony to smoke y heart out. It’s maybe because I don’t really like this kind of situations. It annoys me that I have to use those apps and shit to get to know someone to fuck. I mean, it makes it easier but one wonders if it’s all because of me or because he was horny or what.

 Down in the street the elderly couple has just come out of the store. They are holding hands and each one of them is carrying a brown paper bag with what I guess is bread inside. They walk closely together, maybe because they’re cold or maybe because of the love they feel for each other. Either way, they look perfect, happy and just beaming. They disappear after I follow them with my look for a couple of blocks. No one else is really out there except some of those idiots in bicycles and some others obviously heading to the gym or some shit at this time of day. My only obsession is smoking and maybe a beer or two but that cult on the body, I never got it.

 I hear my cellphone’s voice mail ringtone. It only lasts for a couple of seconds but I instantly worry it will awake the guy. But no, he doesn’t even move. I open the sliding door carefully, walk slowly to my pants and take out my cellphone from one of the pockets. And come out again, closing the door behind me. As I take another puff, I realize it was my ex who just left me a message. He’s drunk and says I fucked him up or something. He says I was great always but that I drove him insane. In the background I can hear very loud music. The message ends suddenly. I check it again but hear nothing out of the ordinary so I put my cellphone in the jacket.

 He has already done that, a couple of times after we broke up. It had to be said that it happened like four months ago and he still doesn’t get over it. And he should. Not only because it’s bad for him to hold that inside for so long but because he seems to forget he was the one that send our relationship to hell. I mean, that’s what normally happens when you want to surprise your guy with a nice present that you bought him in a nice little flea market downtown and you just find him in his house fucking another guy. Yeah, that’s what happened. Once I entered with the keys he had given me, I realized there was something wrong but you know people, we always want what we know to be a lie. But it wasn’t. He was fucking that guy hard.

 I’m not the kind, soft type. I opened up that door with a fucking kick and took pictures. Yeah, I did. I was driven insane and just wanted to fucking destroy him. He begged me not to show those to anyone and then I knew what was really important to him. I didn’t even look at the guy he was fucking, who just jumped like a rabbit and into the bathroom; maybe scared I would kick him in the balls. I wanted to. Fuck, I really did but I knew I could get into trouble if I did that. So I just took the present, my cellphone and what was left of my dignity and walked away.

 That ended up the relationship. Again, I’m not one of those stupid people that talks and decides and all that shit. For me, that was it. So I never saw him again. No accepting calls or messages or presents from him. Nothing. And yet, he still calls when drunk and has the nerve to blame me for him fucking another guy. I have to be clear on this: I don’t give a shit if he had a reason to go and fuck around. He felt neglected or needy or whatever? Cool, he could have told so to me and just have a healthy breakup or talk about it or whatever. But no, he took the whore’s road and here we are.

 I don’t even hate him. I stopped feeling anything for him at that moment. Yeah, I guess I cried a bit but I got over it. Again, it was a short-lived relationship and I never expected it to last for too long. But it hurts more when it that person who disappoints you. Because I can see me disappointing anyone and I have. But never like that and never before taking time to sit down and talk about what’s happening. It may seem cruel but I always tell them “You’re not my type”, “This isn’t working” and so on. I cut the shit and say the truth because I believe we all deserve that.

 So I guess that’s what makes me uncomfortable about this whole sex app thing. I mean, it’s great that we just cut to the chase and we know what we’re there for but maybe it’s too blunt, to direct. I would love to be able to charm someone into having sex with me and not just ask. Fuck, maybe I’m a romantic that way but doesn’t it fell better when people are attracted to you as a person and not just because you are another horny guy in their area or something? People nowadays seem to just be fucking around but not really caring about anything else and that kind of bothers me. But I guess that’s the way it is and who am I to say anything? Any way, this might be my only time in this so, who cares.


 Then, I feel two warm hands holding my waist and lips kissing my right cheek. We share a kiss and a hug and then we go back inside. I spoon him until he falls asleep and just before I do that myself; I realize things are as I want them to be. So I’ll smell his hair and enjoy his smile and just see where I can take this later today.