viernes, 15 de enero de 2016

Ganas

   Ricardo terminó el último pedacito de pizza que le quedaba. Se limpió la boca con una con una servilleta, de esas bien delgadas que dan a veces, y tiró toda la basura que le había quedado en un bote que estaba justo al lado. Le gustaba mucho venir a comer al parque en la hora y media que tenía para almorzar porque así veía gente y animales y se podía relajar con el viento acariciando el pasto y el sol tocando con suavidad la superficie de un pequeño lago que había en medio del parque. Todo se sienta tan bien que cerró los ojos por un momento, echó la cabeza para atrás y se relajó lo que más pudo.

 Pero no fue por mucho tiempo porque se dio cuenta que la botella de agua que había tomado había hecho efecto y ahora tenía ganas de orinar. Como no le gustaba usar los baños de la oficina, porque siempre estaban llenos y él sufría de timidez al estar entre otros dos hombres frente a un orinal, siempre iba a los servicios de una tienda por departamentos que quedaba de camino. Así que, un poco triste por no poderse quedar, se puso de pie y emprendió la marcha hacia su trabajo

 La tienda por departamentos estaba a tan solo dos calles pero pronto se dio cuenta que tendría que rodear su ruta normal pues habían cerrado la calle por un accidente. Como la curiosidad a veces puede más que nada, se inclinó por encima de la demás gente para poder ver algo pero esto pronto no fue posible porque no era tan alto como le hubiese gustado. Trato de meterse entre algunos de los observadores pero era imposible. Se rindió y decidió tomar camino para que se le hiciese tarde.

 La calle alterna no era una avenida principal como la otra y estaba llena de tráfico por el cierre de la avenida. Los edificios, por raro que parezca, estaban oscuros de la suciedad y no había mucha gente caminando, solo un par de personajes algo oscuros, que se notaban un poco enojados por el clima pues no les daba la posibilidad de esconderse, como normalmente lo harían. Fue un sonido proveniente de uno de los apartamentos que daban a la calle que activó una respuesta activa en Ricardo: la apertura de una llave para lavar los platos. Sintió la vejiga más pesada y apresuró el paso.

 Trató de no curiosear más nada en esa calle y pronto salió a la avenida comercial, justo donde estaba la tienda que usaba para ir al baño. Entró y subió cuatro tramos de escaleras eléctricas y se dirigió a un pasillo algo escondido donde sabía que estaban los baños. Por alguna razón, a esa cadena de tiendas no les gustaba mucho ofrecer el servicio de baños, incluso siendo una obligación según una ordenanza municipal. Pero todo eso no le servía de nada a Ricardo que, al llegar al lugar, se dio cuenta que los baños estaban clausurados.

 De repente, sintió que su vejiga pesaba aún más. Miró alrededor y vio que no había nadie a quién preguntarle nada. Entonces se dio cuenta que eso no podía ser tan malo. Abrió la puerta cuidadosamente, que solo estaba bloqueada por un aviso, y se dispuso a ir al muro donde solían estar los cubículos pero no había nada. Ni tazas ni orinales ni lavamanos ni nada. Solo había algunos escombros en el suelo y nada más. Salió del lugar y bajó un poco apurado los cuatro tramos de escaleras. Ahora sí que el agua se sentía en todo su esplendor en la parte baja de su cuerpo y casi no podía pensar bien .

 Al llegar a la planta baja, salió a la calle rápidamente y miró para todos lados. Cuando se dio cuenta que no conocía otras opciones, así las hubiera, decidió volver a la oficina y orinar allí. Con las ganas que tenía seguramente no sería problema hacer lo suyo así estuviera el lugar a reventar. Así encaminó el paso hacia el edificio de cristal donde estaba su lugar de trabajo.

 Mientras había estado en la tienda, el clima había cambiado por completo. El sol estaba oculto tras una gruesa capa de nubes grises y nadie parecía contento como hacía un rato. De hecho todos tenían cara de pocos amigos y muchos ya tenían listo el paraguas. Ricardo pensó que la gente exageraba, como siempre, pues eran unos pesimistas de primera pero también unos hipócritas pues en un momento adoraban la ciudad por su clima y al otro la desangraban con comentarios desagradables.

 Menos mal Ricardo se dedicó a reflexionar y mirar a los demás, porque eso lo distrajo del peso que llevaba. Justo cuando cayó en cuenta de sus ganas, estaba frente al edificio. Entró lo más rápido que pudo pero perdió el ascensor, que iba relleno. Tuvo que esperar un buen rato, que utilizó para preguntarle a una agente de seguridad si había baños en el primer piso. Ella lo miró con curiosidad y una sonrisa burlona y le dijo que no había ninguno. Él no supo si creerle.

 Cuando por fin llegó el ascensor, se llenó al instante. Fue en ese momento en el que tuvo que utilizar casi toda su concentración para no dejar que el calor de la gente, la sensación de estar siendo tocado por todo el mundo y el asco puro y duro le afectaran la mente. El resto de su cerebro debía encargarse de controlar la vejiga y evitar cualquier accidente desagradable. Al fin y al cabo tenía ya más de treinta años y sería la peor humillación para él orinarse en los pantalones en el lugar donde trabajaba hacía apenas un año. Apenas el ascensor se abrió, la gente salió como espuma de una botella de champaña. Parecía que todos querían ir al baño pero la verdad era que solo Ricardo casi corrió hacia los servicios.

 Como lo había previsto, el lugar estaba lleno de gente. Al fin y al cabo solo quedaban quince minutos de la hora del almuerzo y todos habían vuelto casi al mismo tiempo para tener tiempo de tomar un café e ir al baño antes de reiniciar sus labores. Por gracias del algún dios benévolo, Ricardo vio un orinal libre y se puso de pie frente a él pero entonces algo horrible ocurrió: no podía. Miró a la izquierda donde estaba un hombre bajito y calvo y a la derecha donde había un hombre joven y alto. Miró todo lo que pudo a la pared y trató de abstraerse de todo pero simplemente no pudo y eso que sentía la vejiga al borde del colapso.

 Segundos después, se le vio salir como un tornado del baño y dirigirse, una vez más, a los ascensores. Quién sabe como aguantó todo el viaje hasta el primer piso y mucho menos como salió a la calle, donde ya había empezado a llover. Pero eso a él le daba igual. Caminó por la calle mirando si había tiendas grandes o restaurantes donde pudiese entrar a orinar. Intento colarse a un restaurante de hamburguesas pero una mujer grande le bloqueó el paso y le dijo que si no consumía no podía usar el baño. Y él no tenía dinero, pues solo había salido con lo que había gastado en el almuerzo.

 Intentó en varias tiendas y restaurantes, pero en todas decían lo mismo. A lo último, empezó a rogar y casi a llorar frente a las personas que le cerraban el paso. Pero se sabe que las personas con poder, así sea el poder más risible, creen que están por encima de todo y no suelen ceder ante nada. Eso lo pudo ver Ricardo en todo su horrible esplendor.

La lluvia lo tenía empapado pero él parecía no darse cuenta y también parecía ignorar el hecho de que la hora de empezar a trabajar había pasado hacía unos minutos. Todo eso le daba igual, solo quería orinar y sentir paz en la mente y, de hecho, poder utilizar esa mente. Pues mientras buscaba y miraba para un lado y otro de la calle, no tenía cerebro para más nada que para esa tarea tan básica y que parecía tan simple.

 El pobre incluso trató de orinar en un callejón y detrás de uno de esos enormes tanques de basura que ponen en la calle, pero en ambos sitios fue descubierto por policías, uno que incluso lo amenazó con ponerle una multa por comportamiento indebido o algo parecido. Al parecer para ese policía tampoco había lluvia y, por lo visto, tampoco había crímenes de más calibre en ningún otro lado de la ciudad.

 Fue después de alejarse de ese tanque de basura que se resignó y pensó que le había llegado la hora de tragarse su orgullo y simplemente orinarse encima. Prefería ensuciar sus pantalones que dañar su cuerpo aguantando tanto y para ese momento ya era más que un milagro que hubiera podido aguantar por tanto tiempo.


 Fue entonces cuando miró hacia en frente y vio que había una construcción y los trabajadores seguían en sus cosas a pesar de la lluvia. Y vio Ricardo junto a la entrada de la obra unos baños portátiles. Solo corrió hacia ellos, entró sin que nadie lo viera a uno y orinó feliz, como nunca antes lo había hecho. Cuando terminó, se sintió algo tonto y se quedó allí, saboreando la victoria. Pero esto no duró mucho, pues alguien más necesitaba utilizar el espacio.

jueves, 14 de enero de 2016

Awards

   He sipped a bit of the coffee and burned his tongue right away. It was too hot and he was in a hurry, so nothing different could have happened. He decided to put at least half the pot he had made in a thermos and just take that in the car. It was pitch black outside and the van would pick him up in any minute.

Of course he hadn’t had any sleep at all. He usually went to sleep very late and he had in the auditorium at five in the morning, with didn’t really gave him much time to do anything. He decided to not even try to sleep and shower and get ready at around two of the morning, se he could have breakfast before they came to pick him up at 3:30 AM.

 But as things that shouldn’t happen always find a way of becoming truth, he dozed off for a while and he lost the time to have a proper breakfast, which resulted in him burning his tongue and running around his house like an idiot. The van arrived only minutes afterwards so he just took his thermos with him and went as fast as he could, although the elevator apparently had a problem with that, as it felt it took double the time to get to the ground floor.

  There he finally met the man that drove the van, who he apologized to. The man didn’t even acknowledge that an explained him that he needed to check him for envelops, microphones, cameras and so on. The poor guy that hadn’t slept more than half an hour wasn’t sure he was getting what the driver of the van was telling him. The man attempted to touch him but he just pulled apart in fear.

       - “It’s for security, Mr. Thomas!”

 Somehow, that enunciation woke him up a bit and he decided to stay very still as the man checked his pockets (jacket and pants), felt everything he had to feel and even asked him to take off his shoes. He complied to everything as if he was in a boot camp which made them loose about fifteen minutes of their time, that he had thought to be precious. After checking the shoes and even the socks, the man finally told him to follow him to the van.

 Mr. Thomas sat down in the far back, not wanting to talk at all with that man during the ride. After all, it was a half-hour drive from his house to the headquarters of the services firm where they had to pick up a suitcase that had all the information they needed by five in the morning in the theatre. He knew he wasn’t the only idiot waking up at such time of the day and that made him feel a little better about himself. So when the van started moving towards the highway, he was a bit more awake than before.

 As they travelled through an unusual cold morning in Los Angeles, light still absent, he decided to finally have some coffee and just enjoy the ride. He decided to pay attention to the world and the world revealed itself to him in a way he had never seen. After all, it wasn’t everyday that he woke up at this time of day, when every single person that was up seemed to have a certain thing about them.

 The driver was the first in that list. He was a very tall guy, the kind that when they bend over it looks ridiculous. When he was checking Mr. Thomas’s shoes, his body contorted in the most funny shape ever and the owner of those shoes almost laughs, partially because of the time of day but also because tall people always looked funny in the simplest positions. Besides his height, he had this weird thing where the mustache was the same color of his hair, which was blonde, but the eyebrows were very black. Somehow it looked odd, as if he was a big Mr. Potato Head.

 The next person that drew his attention was a lady on the street. They stopped in a red light for a while and he saw this elderly woman, body curved as it was humanly possible, walking her Chihuahua in the middle of the night. What was curious about the woman was not at all the fact that she was walking her dog at that time, which he knew to be very common among dog owners, but that she was wearing the strangest combination of clothing. She had a large overcoat, the color of flamingos. Under that she had a flowery shirt that looked too big for her, kaki shorts and fluffy sleepers with a baseball cap crowning her head.

 She was a sight to behold and that was only for a couple of minutes, before they got in the highway and he only saw some cars and a couple of dead pigeons that had been killed by crazed drivers or just by people that had not realized that birds wee not the brightest creatures in the universe. When he saw those bodies, he couldn’t stop thinking about the poor man or woman that had to clean that up from the asphalt of the highway as his or her job. That thought made him realize he was a very lucky guy with a very good job and that he had no right to complain about something as silly as waking up early in the morning.

 It seemed that in no time they were in downtown Los Angeles, stopping in almost every stupid traffic light. He saw his watch nervously, telling himself that if he was a couple of minutes late it wouldn’t really be that big of problem as the show began a little later than five. But then he remembered he had to pass the information to the people than made a nice little presentation video for people at home to get what the presenters were saying. He worried again when he thought of this.

 It was right then when they finally got to the skyscraper where the services offices were located. He got out of the van and remembered what they had told him: he had to go the information desk and ask for Tamara Parks. Then, they would direct him to the top floor where Ms. Parks would give him the briefcase with all the information they needed in the theater.

 So he did just that. The man at the information desk was a security guard; obviously the person that tactually worked there had not yet arrived. The man gave him a badge and told him to take the middle elevator and press the button to the top floor. Said elevator took forever to arrive and also to get up there. It seemed to be going for ages. He checked his watch several times and repeated to himself that they were on time and that the theater was not that far away. He realized the elevator had a mirror so he decided to check his suit for stains or anything unusual, his teeth and his face. It was right then the elevator decided to stop and open.

 This startled him but no one was outside waiting. He had to walk to an office and wait there in a waiting room for the woman. But he didn’t have to wait at all. She was there and greeted him with a big smile that he would be unable to do at that time of day. She asked him to follow her to a conference room and there he found the briefcase but also two big guys, with black glasses and earpieces. Somehow, it was funny to see them there, as if they were thing to put in a room like plants or statues.

 Ms. Parks explained they were the security team assigned to join him to the theater to ensure all the information got there safely and that only the people that had to see it saw it and no one else. They checked everything in five minutes and then they were good to go. He left the smiling Parks in the top floor but was joined in the elevator by the two big guys who didn’t smile at all.

 He was a bit relieved when he got to the van and this time the driver decided to speed up as he realized time was running short. The theater was not far away and, with the presence of the two big guys, Mr. Thomas had no opportunity to see the outside world, mainly because he was trapped between those two mountains that were apparently people.

 Exactly at five in the morning, they pulled off outside the theater and there was already someone waiting, telling her they were a bit late which was a lie. Apparently people there were very stressed. The four of them walked, almost jogged, to the theater and there straight to the master room when a lonely woman was waiting for them behind a computer. It was Mr. Thomas job to only look at her work like crazy for the next twenty minutes, helped only by another man.


 When the presentation was done, Thomas’s work was done. The big men would guard the briefcase and   he could just sit in the back of the theater and hear the name of the nominees from there. At that point, he was finally awake and also very excited because he knew he was part of something that meant a lot to many people and that was, somehow, the pinnacle of their efforts and the most coveted prize in the cinema industry.

miércoles, 13 de enero de 2016

PREDICTIONS: Academy Awards


Here are my predictions. I have seen many of these movies. The only real shots in the dark are in the short subject categories, which I haven't seen at all. I'll try to see the ones that get nominated.

After my predicted five, I've decided to put an alternative nominee, just for fun.

Please feel free to comment and share your thoughts!


Best Picture

* The Big Short
* Bridge of Spies
* Carol
* Mad Max: Fury Road
* The Martian
* The Revenant
* Room
* Spotlight

If 9 or 10 I'd add the following two movies:


* Inside Out
* Straight Outta Compton

Best Director

* The Big Short -- Adam McKay
* Mad Max: Fury Road -- George Miller
* The Martian -- Ridley Scott
* The Revenant -- Alejandro G. Iñárritu
* Spotlight -- Tom McCarthy

Alt: Carol -- Todd Haynes

Best Actor in a Leading Role

* Steve Carrell -- The Big Short
* Matt Damon -- The Martian
* Leonardo DiCaprio -- The Revenant
* Michael Fassbender -- Steve Jobs
* Eddie Redmayne -- The Danish Girl

Alt: Bryan Cranston -- Trumbo

Best Actress in a Leading Role

* Cate Blanchett -- Carol
* Brie Larson -- Room
* Jennifer Lawrence -- Joy
* Charlotte Rampling -- 45 Years
* Saiorse Ronan -- Brooklyn

Alt: Alicia Vikander -- The Danish Girl

Best Actor in a Supporting role

* Christian Bale -- The Big Short
* Idris Elba -- Beasts of No Nation
* Mark Ruffalo -- Spotlight
* Mark Rylance -- Bridge of Spies
* Jacob Tremblay -- Room

Alt: Sylvester Stallone -- Creed

Best Actress in a Supporting role

* Jane Fonda -- Youth
* Jennifer Jason Leigh -- The Hateful Eight
* Rooney Mara -- Carol
* Alicia Vikander -- The Danish Girl
* Kate Winslet -- Steve Jobs

Alt: Kristen Stewart -- Clouds of Sils Maria

Best Adapted Screenplay

* The Big Short -- Adam McKay and Charles Randolph
* Brooklyn -- Nick Hornby
* Carol -- Phyllis Nagy
* Room -- Emma Donoghue
* Steve Jobs -- Aaron Sorkin

Alt: The Martian

Best Original Screenplay

* Bridge of Spies -- Matt Charman, Ethan Coel and Joel Cohen
* The Hateful Eight -- Quentin Tarantino
* Inside Out -- Josh Cooley, Pete Docter and Meg LeFauve
* Spotlight -- Tom McCarthy and Josh Singer
* Straight Outta Compton -- Andrea Berloff, Jonathan Herman, S.Leigh Savidge and Alan Wenkus

Alt: Ex Machina

Best Foreign Language Film

* Embrace of the Serpent -- Colombia
* Labyrinth of Lies -- Germany
* Mustang -- France
* Son of Saul -- Hungary
* Theeb -- Jordan

Alt: The Brand New Testament -- Belgium

Best Animated Feature Film

* Anomalisa
* The Good Dinosaur
* Inside Out
* The Peanuts Movie
* Shaun the Sheep 

Alt: Minions

Best Cinematography

* Carol
* Mad Max: Fury Road
* The Martian
* The Revenant
* Sicario

Alt: The Hateful Eight

Best Costume Design

* Brooklyn
* Carol
* Cinderella
* The Danish Girl
* Mad Max: Fury Road

Alt: The Revenant

Best Film Editing

* The Big Short
* Bridge of Spies
* Mad Max: Fury Road
* The Martian
* The Revenant

Alt: Star Wars: The Force Awakens

Best Makeup and Hairstyling

* Mad Max: Fury Road
* Mr. Holmes
* The Revenant

Alt: Black Mass

Best Production Design

* Bridge of Spies
* Carol
* Crimson Peak
* The Danish Girl
* The Martian

Alt: Star Wars: The Force Awakens

Best Original Score

* Bridge of Spies
* Carol
* The Danish Girl
* The Hateful Eight
* Star Wars: The Force Awakens

Alt: Sicario

Best Original Song

* "Feels Like Summer" from Shaun the Sheep
* "I'll See You In My Dreams" from I'll See You In My Dreams
* "See You Again" from Furious 7
* "Simple Song #3" from Youth
* "Til' It Happens to You" from The Hunting Ground

Alt: "Love Me Like You Do" from Fifty Shades of Grey

Best Sound Editing

* Jurassic World
* Mad Max: Fury Road
* The Martian
* Sicario
* Star Wars: The Force Awakens

Alt: The Revenant

Best Sound Mixing

* Mad Max: Fury Road
* The Revenant
* Sicario
* Star Wars: The Force Awakens
* Straight Outta Compton

Alt: Bridge of Spies

Best Visual Effects

* Ex Machina
* Jurassic World
* Mad Max: Fury Road
* The Martian
* Star Wars: The Force Awakens

Alt: The Revenant

Best Documentary Feature

* Amy
* He Names Me Malala
*The Hunting Ground
* Listen To Me Marlon
*The Look of Silence

Alt: Where to Invade Next

Best Documentary Short

* Body Team 12
* Claude Lanzmann: Spectres of the Shoah
* Last Day of Freedom
* Minerita
* My Enemy, my Brother

Alt: Starting Point

Best Animated Short Film

* Bear Story (Historia de un oso)
* If I was God
* An Object at Rest
* Sanjay's Super Team
* We Can't Live Without Cosmos

Alt: My Home (Chez moi)

Best Live Action Short Film
* Ave Maria
* Bad Hunter
* Day One
* Shok
* Stutterer

Alt: Bis Gleich (Till Then)

TOTAL COUNT

Mad Max: Fury Road > 9
Carol & The Martian > 8
The Revenant > 7
The Big Short, Bridge of Spies & The Danish Girl > 6
Room, Spotlight & Star Wars: The Force Awakens > 4
Brooklyn, The Hateful Eight, Inside Out, Sicario, Steve Jobs & Straight Outta Compton > 3
The Hunting Ground, Jurassic World & Shaun the Sheep > 2

All other movies would get one nomination each.

Perro del fin del mundo

   El perro dejaba las marcas de sus patas en la playa pero se iban borrando tan pronto pisaba. El arena estaba muy húmeda en esa zona y nada duraba allí, ni siquiera las plantas, que habían decidido retirarse a la zona más alta de la playa. La textura hacía parecer que ya no fuera arena sino que fuese una especie de lodo pegajoso pero el perro casi no lo notaba pues avanzaba a paso lento pero seguro por la franja costera.

 El pobre animal había estado caminando por días y por eso las ganas y la energía para trotar habían dejado su cuerpo hacía mucho. El agua sabía extraño por esas partes así que también estaba algo deshidratado pero de todas maneras seguía caminando, seguro de que sus patas lo llevarían al lugar al que quería ir. Lo que hacía era seguir su instinto y ese campo electromagnético que todos los seres vivos sienten que los atrae a ciertos lugares y que los repele de otros. Él no lo entendía pero de todas maneras hacía lo que tenía que hacer.

 De repente de la arena salió un cangrejo. Era grande y había quedado quieto al ver al perro. Sus pinzas se abrían y cerraban despacio y producía algo de espuma en su boca. Parecía pensar en algo. El perro solo lo miraba. Le hubiese gustado ladrarle o perseguirlo o hacer algo más que no fuese quedársele mirando como un tonto pero sabía que llevaría las perder así pudiera hace cualquier de esas cosas. No estaba en condiciones para pelear con nadie, sobre todo si ese alguien tenía armas incorporadas.

 El cangrejo finalmente se movió a un lado, como si tuviera intenciones de meterse al mar, pero lo que hizo fue dar una vuelta cerrada y caminar en la dirección que el perro estaba siguiendo. Entendiendo que tenía que continuar, el perro siguió al cangrejo por un largo tiempo. Tanto tiempo fue que la noche se acercaba, con la tarde tiñéndose de un rojo absoluto que reinaba el mundo desde hacía un buen tiempo.

 Caminaron más, hasta que el frescor de la noche llegó y todo pareció estar incluso más calmado que antes. Eso sí, las noches no eran como antes cuando los insectos hacían conciertos por aquí y por allá, alegrando cada jardín y cada espacio salvaje con sus canciones. Ya no había muchos insectos y los que quedaban no eran del tipo que cantaban, más bien del tipo que comían carne en descomposición.

 Cuando la luna empezó a iluminar el paisaje costero, el cangrejo por fin se detuvo y el perro se le acercó. La criatura marina no lo atacó, solo se retiro por fin al mar, dejando que las suaves olas lo fueran envolviendo hasta que fuese arrastrado al fondo. Cuando el perro no lo vio más, se dio cuenta de dónde estaba: la desembocadura de un riachuelo, una fuente de agua dulce que no había visto en varios días.

 El perro se acercó con cuidado, bajando una pequeña pendiente que daba al río como tal. Bueno, río no era porque era casi un hilo de agua el que podía llegar hasta el mar, pero era más que suficiente para beber y recuperar fuerzas. El perro bebió y bebió sin cansarse, ingiriendo toda la cantidad de liquido que su cuerpo pudiese aguantar. Cuando por fin se sintió satisfecho, mucho tiempo después de que el cangrejo desapareciera, se echó en la parte superior de la pendiente y durmió a pierna suelta, cansado de un viaje demasiado largo.

 Soñó imágenes borrosas, unas tras otras, pero lo que sí oía con completa definición eran los sonidos y las voces que había en los sueños. Y se despertó de golpe cuando volvió a escuchar la voz de su amo. Apenas abrió los ojos, miró a un lado y otro, como buscándolo. Incluso utilizó su olfato para asegurarse que todo había sido un sueño. Se echó de nuevo sobre la arena, deprimido y adolorido en más de una forma. Extrañaba de sobre manera a su amo, que no veía desde hacía mucho tiempo. Lo más probable es que nunca lo encontrara pero valía la pena buscarlo.

 Se quedó dormido una vez más  Ya no soñó más nada y pudo descansar su cuerpo y su mente para en verdad estar en paz consigo mismo. Era la única manera de continuar su viaje. Al otro día, lo despertó el agua que lo salpicaba en la cara: el riachuelo ahora sí era un río y amenazaba con llevárselo si no se levantaba. Lo bueno, era que por alguna razón se había acostado del lado opuesto al que había llegado. Si no lo hubiera hecho así, seguro hubiera tenido que buscar tierra adentro por algún cruce sobre el agua.

 Se dio cuenta que el río tenía ahora un color marrón desagradable y que ya no parecía muy bueno para beber de él. El agua además arrastraba al mar pedazos de troncos, hojas y otros objetos que parecían hechos por humanos, Se quedó mirando el raro espectáculo hasta que se dio cuenta que el río crecería aún más, a juzgar por el olor del ambiente que denotaba una tormenta acercándose. Como no quería mojarse ni estar allí para más agua marrón, emprendió su camino por la costa de nuevo.

 En efecto, las gotas empezaron a caer suavemente después de algunas horas de viaje. No caían con fuerza sino con insistencia, como anunciando la tormenta que se iba a desprender en cualquier momento. El perro miró a un lado de la playa y vio que la vegetación era allí más salvaje de del otro lado del río. Seguramente lo mejor era cruzar por ese paraje en vez de quedarse en la playa donde no habría donde resguardarse cuando la tormenta decidiese llegar con vientos, lluvia y demás.

 Pisar pasto y musgo era agradable para sus patas, era como flotar. Pero también había lodo y residuos de lo que hacía tiempo había sido la civilización. En efecto, después de caminar un poco más, se cruzó con un pueblo fantasma. La verdad era que no se había cruzado con ninguna población desde que había salido de la suya en busca del mar. Después de todo, recordaba que su amo poseía otra casa cerca de la playa pero no recordaba exactamente en dónde. Por eso ahora recorría la playa, tratando de recordar donde era para así llegar a esa casa y de pronto reunirse con su amo.

 Pero ese pueblo no tenía nada que ver con la casa de playa que buscaba. Era un lugar casi destruido, con pocas estructuras todavía de pie. La severidad de las tormentas recientes se podía ver allí: muros completamente destruidos, vegetación por todos lados y causante de parte de la destrucción y casi nada de vida fuera de las plantas. El perro pudo notar, sin embargo, que había un nido en un rincón de una de las casas pero no había huevos ni ave ni nada. Lo que había era una rata muerta y otra que se la estaba comiendo.

 Si hubiese tenido energía, se hubiese comido a la rata. Pero el perro cada día se sentía peor, el cuerpo le pesaba como si llevara una carga demasiado pesada para su demacrado cuerpo y comer un animal que posiblemente estaba más enfermo que él no le llamaba mucho la atención. Además había recargado algo sus baterías con el agua del riachuelo. De hecho aprovechó estar en eso lugar tan horrible para orinar sobre unas plantas y así ayudar a su crecimiento, si es que eso todavía era posible.

 Cuando pasó el pueblo, llegó a una carretera. El asfalto era de esas cosas que los seres humanos habían inventado que no se borraba con nada y menos aún estando la memoria de su existencia tan fresca. Fue allí, viendo las borradas líneas en el suelo negro y un letrero caído en el suelo que el perro se dio cuenta que estaba cerca de su destino.

 Fue entonces que empezó a correr como loco, sin importarle el dolor y lo mucho que cada paso le cobraba a su cuerpo. El dolor iba en aumento pero a él ya no le importaba nada más porque sabía que ya no había tiempo para nada. Al fin y al cabo su pelaje estaba lleno de parches y no podía comer así quisiera. Así que solo corrió y corrió hasta que de nuevo el mundo se tiñó de rojo con el atardecer.

 Fue entonces que por fin encontró la casa que tanto había buscado. La entrada para él seguía allí y estaba abierta. Era pequeña así que la recorrió en poco tiempo pero fue entonces que se dio cuenta que su amo no estaba allí y que posiblemente su destino ahora fuese el mismo que el de él.


 Lo mejor, pensó, era echarse a descansar en la cama sobre la que se había acostado tantas veces desde que era cachorro. Allí había aprendido varias cosas sobre los seres humanos, sus locuras y genialidades, pero sobre todo sus ganas de querer y de ser lo mejores posible cada día. El perro olfateó por última vez el olor de su amo y cerró los ojos para dormir por siempre.