miércoles, 24 de junio de 2015

Me duele la espalda...

   Cuando todo terminó, lo primero en que pensé es que me dolía mucho la espalda. Era un pensamiento francamente ridículo después de haber tomado la decisión consciente de reunirme con alguien para tener relaciones sexuales. No, no era alguien desconocido pero tampoco era alguien que conociera como la palma de mi mano. Ya nos habíamos visto y hablado bastante por el computador pero conocerlo era tal vez mucho decir. Pero cuando me dijo que quería verme, por alguna razón, no pude decir que no. Me daba miedo decir que sí a cualquiera que me propusiera algo semejante pero al saber como era y que hacía y demás, creo que sentí algo de seguridad al respecto y por eso dije que sí sin dudarlo. Y la verdad es que no creo haberme equivocado.

 El sexo fue estupendo. Casi podría decir que fue de las mejores experiencias que he tenido, excepto por el dolor de espalda que se lo atribuía a mi falta de compromiso con hacer ejercicio al menos una vez por semana. La verdad eso ya lo había intentado antes pero lo había dejado por cuestiones de autoestima. Suena raro pero hacer ejercicio me hace sentir mal conmigo mismo, me hace sentir que estoy tratando de hacer lo que los demás hacen para ser otros y eso no se siente bien. Por eso corté de raíz con el ejercicio, al menos con el que es confinado en un espacio. Lo que hago ahora es caminar mucho pero supongo que eso no fortalece la espalda o las piernas. En todo caso la pasé muy bien y se lo hice saber. Creo que eso es algo importante.

 Una semana después, todavía sigue pareciendo algo extraño, incluso para mí. Hace un tiempo solía salir bastante con gente desconocida. No sé como eso hable eso de mi pero creo que ya es muy tarde para ponerme a pensar en lo que los demás opinen de lo que hago. Lo hacía para sentir algo, creo yo, para sentir que yo valía la pena o algo por el estilo. Pero después me di cuenta que esa atención no era la que yo quería entonces dejé de hacerlo. Porque lo que más me gustaba de esa compañía, mejor dicho de tener sexo casual, era que compartía con diferentes tipos de persona y creo que ahora sé que tipo de persona me gusta y cual no.

 Hay de todo en este mundo. Todavía me sorprendo al oír que hay gente que no le gusta recibir besos cuando está en ese plan o que va directo a una cosa y se salta todas las demás que ahora me parecen indispensables. Supongo que un sicólogo sabrá decir que esas decisiones y distinciones quieren decir algo sobre la personalidad de esa persona pero yo prefiero no rebuscar algo. Si así les gusta pues es problema de ellos y quien soy yo para meterme en los asunto de los demás? Si a mi me gustan ciertas cosas, es apenas justo que a los demás les gusten otras y las busquen activamente. Yo al sexo, en general, lo dejé de buscar activamente hace mucho rato y creo que esa podría ser una razón para mi repentino “sí” ese día.

 La verdad es que creo que la mayoría de la gente cuando propone cosas así, lo hacen porque tienen un llamado puramente físico que les dice que deben acostarse con tal persona o tal otra, porque tienen un cuerpo atractivo o cierta parte de su físico les llama la atención. Esto es todavía más cierto cuando se trata de relaciones entre dos hombres. Como siempre les digo a mis amigas mujeres, siempre seré el primero que diga que los hombres somos básicamente animales, buscando saciar algún tipo de sed. Algunos buscan puro alivio sexual pero hay quienes también buscan ser reconocidos y que les digan lo mucho que valen la pena y otros solo quieren control, poder o simplemente ser reconocidos como mejores que otros. Todo es una competencia.

Tal vez entre mujeres sea igual. No lo sé a ciencia cierta. Pero aquello de la virilidad le da a la batalla entre hombres un ingrediente más salvaje. Es por eso, volviendo al relato, que los hombres que buscan sexo van directo a lo que les gusta y no son muy creativos con los piropos o con lo que dicen. Es bien sabido que el arte de las palabras es uno que muy pocos saben manejar a la perfección, lo que es una lástima porque es uno de los grandes poderes que tiene el ser humano para convencer de cualquier cosa. Saber decir las cosas, cuando decirlas y las razones para hacerlo es algo que no todos saben hacer y que muchos prefieren no hacer porque resulta mucho trabajo pero definitivamente es una ayuda increíble si uno se toma su tiempo.

 De pronto por eso lo sentí todo mejor de lo normal. Es decir, toda la sesión, como se le podría llamar, fue excelente. Hubo algo de música, alcohol y muchos besos y caricias. Nadie fue directo a nada y eso es mucho más emocionante que cuando ocurre exactamente lo que uno pensaba que iba a ocurrir. Las cosas siempre son más emocionantes cuando ocurren sin previo aviso, como una sorpresa que se va creando poco a poco y que finalmente revela su verdadera forma. No todo el mundo puede hacer eso pero creo que sería excelente que la gente aprendiera a ser más inventiva, no solo en el sexo sino en todo sentido, para hacer del mundo algo más emocionante de lo que es.

 Eso sí, está claro que no todo el mundo busca lo mismo. Por ejemplo, a no todos los hombres les gusta la idea de ir despacio, de ir haciendo un recorrido que termina en la anhelada meta. La mayoría no están dispuestos a tomarse la molestia de esperar y ver que pasa. A muchos, por raro que me parezca a mi, no les gusta tratar de encantar ni de convencer ni nada por el estilo. Quieren ir de una vez a la meta y quedarse allí el mayor tiempo posible, cosa que es casi imposible sabiendo como funciona el cuerpo del hombre, así cada uno sea ligeramente diferente. Los que van directo a la meta, a mi parecer, se pierden la diversión y la energía del recorrido.

 Y eso funciona en todos los niveles, no solo en el sexo. En el aprendizaje de algo nuevo, sea lo que sea, tiene que haber un recorrido que nos vaya mostrando lo que se debe hacer y lo que no y las diferentes maneras de hacer lo que se puede hacer. También vemos lo bueno y lo malo y así podemos reunirnos con nosotros mismos y decidir que es lo que queremos hacer y como queremos hacerlo. Por ejemplo, habiendo aprendido todo, es como los cocineros y pasteleros pueden ir haciendo creaciones nuevas. Si no aprendieran el paso a paso de las recetas, sería muy difícil para ellos modificarlas y hacer creaciones completamente nuevas. Ir directo a la meta no es una opción para ellos y jamás debería ser una opción para nadie.

 Otro problema que tengo, además del dolor de espalda que sigue persistiendo a pesar del tiempo que ha pasado, es que suelo analizar todo de nuevo como si estuviera viendo una cinta de seguridad. Por ejemplo, si me dijo que a él le gustó, me pongo a pensar si lo que dice es cierto o si solo lo dice por ser amable. Me pregunto cual es su idea de pasarlo bien y cual es mi idea de pasarlo bien. Es entonces cuando me complica por todo y me doy cuenta que tal vez necesite o una relación estable o más experiencias como esa. Cualquiera de las dos creo que sería una aventura bastante buena para mí, dado que no soy una persona que se lance mucho al agua y a vivir cosas nuevas. Lo he hecho pero no es algo frecuente y tal vez eso sea lo que necesito. Cambiar la perspectiva con la que veo las cosas.

 Claro, eso parece ser cuestión de solo tomar una decisión y lanzarse al agua pero no resulta tan difícil cuando conlleva un montón de otras decisiones y también de condiciones que no cumplo en el momento. Por ejemplo, si quisiera tener una relación estable primero tendría que encontrar al susodicho y eso no es tan fácil como decirlo. Porque tampoco se trata de tener algo con el primero que se me pare enfrente sino encontrar a alguien con el que tenga las suficientes compatibilidades como para intentar algo. Y ya me ha pasado que al estar yo listo, la otra persona dice que no lo está. Sea verdad o no, eso daña mis planes. Y eso sin contar mis problemas conmigo mismo...

 Y claro que tengo que pensar solo en mi mismo! La mitad de la vida me la paso pensando en lo que opinarán los demás así que no viene mal pensar en lo que yo necesito como para variar. Mi otra opción parece más sencilla pero esa requiere tiempo y energía casi constante y eso es algo que no sé si tengo, sobre todo cayendo en cuenta que no todos los días soy alguien con el que la gente quisiera estar. A veces puedo ser extremadamente odioso y uso las palabras como navajas, para herir sin discriminación. Claro que hay gente que ni lo capta entonces no sé dan cuenta o hay otros que son muy sensibles y eso no me gusta. De pronto estoy siendo muy exigente pero creo que eso no importa con tal de que uno sepa que quiere. Ya ven lo complicado que puedo ser?


 Creo que lo mejor es ir a bañarme con agua caliente y ver si la espalda deja de dolerme de esta manera. Pareciera como si hubiese estado en un torneo de gimnasia cuando no fue nada por ese estilo. Puede que lo piense mucho y lo siga analizando por varios días, pero la verdad es que esa ha sido una de las mejores noches en tiempos recientes y es probable que haya sido justo lo que necesitaba mientras trato de poner orden en mi cabeza.

martes, 23 de junio de 2015

A princess in the woods

   Inside the coach, the princess stood still, trying not to move a lot while being transported from her kingdom to the one she had been promised to. A marriage of convenience had been settled and her parents were thrilled to know that the prince that had requested her as queen was a very wealthy and powerful person. His kingdom had recently won new territories over a weaker enemy and because of that he had many presents waiting for the princess. But first she had to end her five-day journey over mountains and forests. The road that connected both kingdoms was rarely used and no coach was prepared for such a bumpy ride. Neither was the princess or her escorts.

 Inside the coach there was only one more person: her handmaiden. It was the only person there who could interact with both the princess and the men that were in charge of her safety. The young woman was not allowed to show her face for any reason while traveling to meet her future husband as it was deemed bad luck for any other man to see her before the wedding. So when they stopped for her to go and relieve herself, she was accompanied by her handmaiden and would wear a thick veil in front of her face. She looked strange but those were the customs people respected and it was better to respect them because no one ever knows who takes them very seriously and decides to punish those who don’t respect tradition. The kingdom that they were heading to was a very traditional place and known also for its violent ways.

 There were two guards always riding by the sides of the coach, the driver was also trained as a swordsman and the only footman was also very handy with the sword. When stopping at night to eat and rest, they would always form a small circle around a fire and would talk about women, battles and their work for the kingdom. They also discussed food and their own strength. And every single night, the princess would hear their discussion from the coach. She had to pretend she was fast asleep but the truth was she was fascinated by what men talked about. It seemed that, whatever it was that they talked about, it was real and natural and they weren’t tied down because of tradition or anything like that.

 In the mornings, the handmaiden would bring her breakfast. Every meal had to be consumed inside the coach and they could only stop the transport if she couldn’t relieve herself easily inside the coach. Her handmaiden threw piss out of the window but that couldn’t be done with the rest. For the men, it was funny when they had to stop for the other reason, as with all the rules the princess always seemed like a creature of myth but then they realized she was as human as the rest of them and that amused them but they only talked about it at night, when the women were asleep or at least that’s what they thought.

 Midway to the king’s castle, they realized they had to go slower. The road was full of rocks and very narrow in some points, especially as they got closer to the ocean. So the following days went very slow. The princess was bored out of her mind and the men were thinking about the moment they had accepted to be the escort of the princess. Of course, it was an honor, but the regions they were crossing were far from nice and safe. Many merchants said that the route was extremely dangerous for anyone who transported goods around and that’s what they were doing. Transport someone that was now owned by a powerful king. It was awful to put it like that but that’s how thing’s were: wives were not a companion but an asset of the man.

 One morning, what they feared happened. The pointy rocks managed to break one of the wheels and the two women were asked to descend in order to fix the problem. The handmaiden took the princess by the hand and they sat down on a rock, facing the opposite side of where the men were working. They had a spare wheel so they put themselves to work but then they heard something strange. Or better, they didn’t hear anything. There was not a single sound in the whole forest. Only the ocean on the distance could be heard. They decided to accelerate their work and try to leave the place immediately but that wouldn’t be possible. Very slowly, a group of men emerged from the trees and bushes.

They all had paint on their face and most were pointing an arrow to each one of the travellers.  One of the strangers walked up to the women and tried to get them to walk towards the coach. But the handmaiden started speaking fast, explaining whom she was with and what the traditions were for. The stranger kept moving his hand, trying for them to move but it wouldn’t work. Then, he got close to the handmaiden and she just launched herself onto him, fighting and trying for them not to touch the princess. But then the sound of an arrow put an end to it. It had pierced the head of the handmaiden, who was left on the ground before they grabbed the princess and threw her towards the men.

 The strangers surrounded them but lowered their weapons. They only looked at the people that they were preying on and were apparently trying to decide what to do. They spoke in a strange language and pointed to the princess often. Then, one of them got near the woman but the footman cut his walk. He tried to explain who she was but they pushed him aside and grabbed the girl. They pulled off the veil and revealed her face. One of the strangers, apparently the leader, seemed pleased with himself and grabbed the girl, pulling her towards the forest. She tried to resist without screaming but there was nothing to do. The man was string and pulled her to a place no one could see them.

  There, she knew that she was going to die or worse. She tried to prepare herself in order to fight as well as she could but there was no need because the man that had pulled her to that area of the forest just stood up there, looking at her. She did the same but didn’t know whether he was getting ready to do something or if he was just looking at her. Time seemed to have stopped and she was tired of waiting. If she was going to die, she wanted it to happen fast and soon. But the man just looked and her and finally pulled a bottle from a bag in his waist. He put some water on his hands and started washing his face thoroughly. She didn’t understand what he was doing but then she realized the paint was falling from his face and that, when he finished, he looked like a different person. To be honest, he looked like a person she knew well.

 The man just looked at her and then she asked: “Thomas”? Thomas had been one of her best friends when she was little, they had been best friends until she became a princess and a woman and he just disappeared. He walked up to her and told her that it was pleasure to see her again, more beautiful than ever. Her cheeks turned red and he just got closer and hugged her. She felt nervous at first but then she remembered and everything was ok. It was the person she remembered, the first man that she had loved. She held him strong for a few minutes until she decided to ask him what he was doing in that forest.

 Apparently, she had stopped seeing him around because he had been expelled from the kingdom, as well as his family. The princess wanted to be protected and they wanted a better husband for her in the future so they decided to disappear every single man that had any contact with her up to the moment when she became a woman. They were all sent to other kingdoms, towns, left to die of starvation because they used to be rich people that did what they wanted when they wanted and suddenly they had nothing to survives with.

 But Thomas was stronger than that and he had formed a group of rebels that protected the good people from the bad ones. They protected peasants from their kings, who only wanted them to work and die, so to be replaced easily afterwards. They also fought against traditions and once they had heard about the princess been promised to the cruel king to the north, Thomas personally decided to kidnap her and free her from burden. But she didn’t know what to say or what to do. She realized she was going to become a slave or worse but Thomas seemed too violent, not much different than what they said the king was. But then, again, the sound of an arrow ended it all. Thomas body stumbled down and the princess screamed, watching as the king she had been promised to smiled as he held his crossbow.


 Her life had just begun and it was going to be a hard one.

lunes, 22 de junio de 2015

Ópera

   Abajo, las personas empezaban a tomar sus asientos y a acostumbrarse a la vista que tendrían del espectáculo por las próximas dos horas. La mayoría venían muy bien vestidos, de gala, con trajes impecables. La cantidad de colores era alucinante, así como la cantidad de estilos. Eran unas ochocientas personas las que iban sentándose poco a poco. Algunos se encontraban con amigos y otros llegaban primero que sus amigos y se les veía preocupados de guardar asientos, aún cuando todos tenían un código asignado. No había niños, todos eran adultos que habían venido a ver a la más grande estrella de la ópera que nadie hubiese visto en el país. No era algo que pasara con frecuencia y todos estaban muy emocionados de poderla oír en vivo.

 Ella era rusa, como suele pasar con la mejores cantantes de ópera que son siempre rusas o italianas. Había nacido en alguna ciudad pérdida del país pero había sido descubierta cuando joven y sus padres la habían apoyado con todo lo que habían podido para que lograra el sueño que tanto deseaba que era ser una cantante profesional y así viajar por el mundo y ser reconocida en su patria y en cada rincón del planeta. Tenía ya casi cuarenta años y podía decir que todo lo que se había propuesta para si misma se había cumplido. Era famosa y la gente ahora formaba grupitos para pedirle autógrafos. La llamaban de varias ciudades para participar en obras y vivía de gira casi todos los meses del año. Se cansaba pero amaba tanto el escenario que se le olvidaba todo una vez allí.

 En uno de los palcos bajos estaba sentada una de las pocas mujeres que no llevaba un traje de gala sino algo un poco más…vulgar. No era la chica con más sentido de la moda pero tampoco tenía nada más para asistir a algo por el estilo. El hombre con el que estaba, unos treinta años mayor, le había pedido que fuera con él y que él pagaría la noche acorde a eso. La joven se hacía llamar Jazmín y era una dama de compañía empezando en el negocio. Evidentemente tenía mucho que aprender porque había notado todas las miradas desde que había entrado y sabía que no eran porque hubiese sorprendido con su belleza o algo por el estilo. Nerviosa, no dejaba de halar su falda hacia abajo, lo que resultaba difícil con la mano de su cliente sobre una de sus rodillas.

 El espectáculo comenzó y nadie tenía mejor vista que los dos hombres que estaban en el cuarto de luces. Hoy en día era un sistema automático que solo debía ser vigilado, más no físicamente movido por un jefe de luces. El encargado era uno de los hombres pero ellos no parecían interesados en el espectáculo. De hecho, se besaban apasionadamente, tratando con habilidad de no quedar enredados entre los cables. No decían ni una sola palabras. Solo gemían por lo bajo y se oía el sonido de sus besos y de su respiración acelerada. Para ellos la ópera no era muy importante en el momento.

 El público miraba con atención el espectáculo. Era sin duda otra clase de obra, algo distinto de lo que siempre se había visto en el país y en este teatro en particular que era tan tradicional y, en muchos sentidos, chapado a la antigua. Hace poco lo habían remodelado a profundidad y por eso ahora todo era mejor: las luces, el vestuario, los sets. Todo era mejor ahora y el público lo veía y prácticamente todos estaban inmersos en la historia de una joven que era oprimida por su familia pero encontraba refugio en su jardín y en los animales de su granja. Se podía decir que era algo así como Cenicienta pero parecía ser algo futurista y el modo que utilizaban los recursos era diferente, casi revolucionario. En esta ópera, todos ponían atención.

 Natalya lo notaba. Ella era la figura de Cenicienta pero este personaje era mucho más lanzado, más caliente y ajustado a los tiempos modernos. La cantante no podía estar más contenta. Su voz había respondido bien a su usual tratamiento para poder cantar mejor y su público era uno de los más cautivos en los meses que llevaba haciendo esta obra por el mundo. Era su sueño hecho realidad, cantarles a ellos con la máxima dedicación y hacerles ver lo bello que podía ser el mundo si ellos se atrevían a verlo. Natalya reflejaba en su canto la fuerza de una mujer más valiente que ella pero tal vez menos dedicada y abnegada por el amor a su arte. Menos mal, el intermedio llegaba.

 Todos salieron al gran recibidor del teatro, donde Jazmín corrió al baño antes de que su cliente pensara en algo más que tomarle la mano. Los baños estaban llenos y ella quería esconderse. Buscando por un corredor, llegó a la zona de camerinos y encontró un baño vacío en el que orinó con tranquilidad y pensó en escapar de esta noche y perderse para siempre. Hacer esto no era lo suyo, acompañar a viejos verdes a eventos públicos y caminar por ahí como si ella perteneciera. Era un lugar y un espectáculo hermoso pero ella no pertenecía allí. Cuando salió, se tropezó con uno de los actores que se disculpó con una sonrisa. Le dijo que las damas tenían que tener más cuidado con sus tobillos. Ella rió.

 En el cuarto de luces, los dos hombres estaban quitándose la ropa mientras la gente volvía a entrar al teatro luego del intermedio. Estaban solo en ropa interior y se besaban ahora con suavidad, ya sin la agresividad de antes. La verdad era que ellos eran dos polos opuestos y ninguno de los dos sabía porque estaban a punto de tener sexo. Se conocían hace años pero nunca habían sentido nada el uno por el otro. Es más, el jefe de luces tenía una novia de cinco años y jamás había tenido un pensamiento homosexual. Al menos hasta ahora, cuando no podía parar tocar a su compañero en el cuarto de las luces.

 El público ahora estaba llorando o al menos así lo hacían la mayoría. La obra se dirigía a su final y se vislumbraba que las cosas no terminaban tan bien para esta Cenicienta. La pobre mujer, sirvienta dedicada que había ido a un baile sin permiso, ahora estaba en un calabozo, lentamente muriendo, esperando que su príncipe azul llegase para salvarla. Pero el príncipe estaba ocupado con otra mujer que había conocido, igual de hermosa y vivaz que la sirvienta. La diferencia era que Cenicienta no estaba y esa otra sí. El príncipe se casó con la otra y se dijo que vivieron felices por siempre, sin nunca más pensar en Cenicienta. Todo el público estaba en shock, ya sin lágrimas o sin respiración porque todo era creíble, real e incluso llegaba a los más profundo.

 El personaje de Natalya moría e iba al cielo, parte que más le gustaba. Aunque no quedaba con el príncipe, volvía a ver a su amada madre en el cielo y allí cantaban las dos juntas, denunciando la superficialidad de los hombres y la tragedia que es vivir por amor y que no sea correspondido. Natalya lo cantaba con fuerza y garbo, a pesar del estado de su personaje, porque se identificaba ya que había vivido cosas similares. Era un mujer famosa y con dinero y por eso la gente olvidaba con frecuencia que ella también tenía sentimientos y que las cosas le dolían así como le dolió que su mayor amor solo estuviese con ella por el estatus que le daba. Le infligió un dolor en el alma que ella usaba para darle potencia a su voz.

 Jazmín cogía su bolso con fuerza porque sabía que en minutos ya todo iba a terminar. La mujer que cantaba tan hermoso, atravesó una luz blanca y desapareció, anunciando así la muerte del personaje. Jazmín por un momento olvidó su vida y aplaudió con fuerza. Su cliente le dio flores para que lanzase al escenario y así lo hizo ella. Era algo trágico y ella se había dado cuenta que no quería vivir así. Mientras todos salían, le pidió a su cliente que se quedara y le explicó que ya no podían verse nunca más. Él le exigió una explicación pero ella no quiso decir nada. Se escabulló entre la cantidad de gente y tomó un taxi que la llevaría a su hogar, con su familia. Y mientras iba hacia allá, recordó a su príncipe del vestidor.

 En el cuarto de luces ya había acabado todo también. Los hombres estaban uno al lado del otro, cansados, sin poder recuperar el aliento. Ambos tenían sendas sonrisas en la cara y parecían muy satisfechos con ellos mismos. Lo curioso de la escena es que a pesar de estar entre cables, polvo y demás, estaban tomados de la mano. Pero ellos no eran conscientes de eso. Ni cuando se separaron para cambiarse ni cuando se despidieron fríamente y se separaron. La verdad era que para el jefe de luces había sido su mejor noche en años y para el otro hombre había sido solo algo de sexo casual, genial, pero casual al fin y al cabo.


 El público se fue a casa complacido por el espectáculo, recordando por siempre a la poderosa protagonista. Natalya guardaría el mejor recuerdo de este espectáculo ya que sería uno de los últimos, aunque eso ella todavía no lo sabía. Jazmín, quién de verdad era Damaris, volvió a su familia y les prometió jamás volverlos a defraudar. Eso tendría resultados mixtos pero al menos había vuelto a casa. El jefe de luces terminó con su novia y conoció, con el tiempo, a un hombre con el que podía tomarse de la mano y ser consciente de ello. El otro se perdió y nunca se supo que pasó con él.

domingo, 21 de junio de 2015

The cauldron

   Terrified with what he had seen in the cauldron, the knight ran down the stairs of the tower. He was running so fast he missed a step and his heavy armor made him fall hard on to the ground. He broke his neck and there ended the legend of the brave knight from the valley. What just happened was exactly the same thing he had seen in the thick and ever bubbling water of the cauldron, which only needed fire in order to reveal its secrets to the person in front of it. However, as the knight had realized, the cauldron did not receive orders or commands of any type so he showed whatever he wanted from the life of the person peeking in his waters, and as an element of black magic, the cauldron often showed people their deaths, which often happened before they could leave the tower.

 There was no castle to speak off. The dark witch who had created the cauldron had left it in that tower because there a person would have to go through several trials in order to finally get to the cauldron. There was a wasteland with living dead underneath it, a sea of quicksand, hungry wolves, rivers of fire and many other horrible creatures in the dark. It was no place for anyone who just wanted to take a look. The people that went there had decided, consciously, to ask the cauldron for its wisdom. They still believed the object was magical and good because the legend said so and no one had ever returned fro musing it. So many valiant folk went and died, their bodies adding up to the army of the dead of the wasteland or dying in some other horrible way.

 One day, a woman appeared in the far side of the wasteland. She was very beautiful and was completely alone. What was very strange was the fact that none of the creatures tried to eat her or even growl at her. Every single one of them kept a distance and she just walked slowly over the ashes, the crushed bones and the skulls of so many men and women who had come this far just to die and never had their questions answered. She got to the tower and, patiently, she walked up, looking through the small windows on the side of the tower. There was no one. She finally got to the cauldron and there she transformed into a very old lady, with a very mean face.

 It was the witch, the one that had created the cauldron. After many years of exile, she had decided to come here and wait. Out of nowhere, she materialized a kitchen, a bed and a loom. The room was also expanded in the inside but had been an imperceptible change from the outside. The old woman boiled up some water and made herself some tea and as she did, she just gazed at the cauldron. She couldn’t change it anymore, she couldn’t do anything for the souls that had been taken by it but she could offer the next man or woman the chance of seeing something more that his or her death. She wanted the cauldron, for the first time, to be able to grant wishes. She would do it only once and that’s would be it.

 The truth is she waited for several years, maybe even hundreds of years. As a witch, time didn’t affect her in the same way that it affected every other living thing. She would just cook and drink tea and work on beautiful pieces she made with her loom. That was until she felt someone entering the wasteland and she decided to take a look from the window. Using her magic, she was able to see it was a woman, a noble woman to be exact. Somehow, she had decided to cross the obstacle wearing a gown, with her heels on her hands. Her hair and makeup were all run down and her expression was desperate. It was clear she wanted something out of the cauldron and that she would be an interesting choice for the wish.

 She was almost caught by the dead, but she just took off her dress and threw her shows into a river of fire to be able to pass. She was very skilled as she kicked every creature in the right place, and jumped when she needed to. The witch thought that maybe that woman was too skilled, too bright to be here asking a cauldron for advice or a wish. Besides, the noble people did believe in fairy tales but would rarely go out to the world and try to see if their beliefs were actually truth. So the witch decided to wait and not to intervene in the good luck the woman was having crossing the obstacles. She would be with her in no time and it was important that she realized what kind of person the witch was. So she made everything disappear except the cauldron that was impervious to magic and just stood in the middle of the room, waiting.

 When the woman finally arrived, she fell to the floor tired, and did not even glanced at the witch. It seemed like hours passed with them just like that. The witch wanted to say something but the woman seemed to ignore her presence or at least not even care about her. It was when the noble woman stood up and walked to the cauldron, that the old woman stopped her with her cane and asked her what was she looking in this place. The woman finally looked at her and the witch screamed. That woman was no ordinary human, she was another witch, one much more powerful and twisted than she was.

 The noble witch announced herself to be Morgana, the eternal sorceress that had heard of the cauldron and had decided to destroy it. The older witch asked her why would she do that. She explained that the cauldron caused death, despair , fear and false hope, so why not let it be there to teach a lesson to all the humans that had always hurt the witches and their brothers and sisters. Morgana stood still not saying a word. She had, however, transformed from the almost noble woman to a beautiful tall woman with purple eyes and hairs as black as the night. She thought about what the older woman said and finally, she just smiled.

 With one word, one in an ancient language that no one ever spoke anymore, Morgana engulfed the old woman in deep red fire, burning her to death like many men had done to other witched before. But when she ended the fire, the witch was unharmed physically but mentally broken. She lay on the ground sobbing, not saying a single word. That was Morgana’s way of punishing a witch for letting her feeling rule over her. Even though as her words had been very convincing, her heart told the red fire the truth and that’s why she would never again be the same with or even woman that she had been before. She was now powerless and useless and would die soon but from natural causes. That was the price to pay.

 Morgana then peered into the cauldron and look at its surface for a long time. Nothing was revealed, the blackish water did not reveal any images or made any special sounds. It was as if the cauldron didn’t work on her but she knew better than that. It was because her magic protected her from the spell that had been put into it. So she tried to think of another way to use the cauldron to her advantage. Maybe in battle? Or put it in a less safe place? All those traps and trials on the way to the tower were really useless. If the point of the cauldron was to cause harm and even kill, why not put it in an open space and just let humans die for their stupidity? Maybe that was it… Morgana decided to take the cauldron back with her but then she realized something she had not expected: the cauldron wouldn’t move.

 She tried doing it in many ways, with her arms, her magic and her mind but nothing worked. The cauldron seemed to be glued to the ground somehow and just wouldn’t move. The old woman, still lying on the ground, started laughing like crazy. Morgana lifted her with magic and demanded she told her what to do to move the cauldron or she would kill her, this time for real. The witch looked at Morgana in the eyes and just spit at her. This enraged the legendary sorceress, who threw the witch against the hard stone wall and tried again to move the cauldron. She grabbed by the sides and pulled but she would only see the black waters inside and nothing else.

 Then, Morgana’s mouth began to dry and her eyesight suddenly disappeared. She screamed and fell to the ground, begin for the witch to do something to help her. The witch slowly stood up and transformed into the beautiful woman that had arrived before. She told Morgana that her magic was far darker and ancient that hers and that she should never underestimate the power of someone who has not only caused suffering but who has also felt it her skin, flesh and bones. Morgana found her feet and begged the witch for forgiveness and asked her to be her apprentice. She said they could be unstoppable if they united their powers, something the older witch was momentarily interested by.


 But with one stroke of her cane, she made Morgana’s body break into a million pieces that fell in the ground before being absorbed by the cauldron. The witch then disappeared and left the cauldron alone once again. But now, if anyone gets close enough, Morgana’s screams can still be heard, deep in the black waters of the mysterious cauldron.