sábado, 24 de septiembre de 2016

Reír en un funeral

   No pude contener la risa que se acumulaba dentro de mi cuerpo. Fue como cuando se agita mucho una bebida gaseosa y está estalla porque tiene que haber una manera de liberar toda la presión generada. Así me sentía yo excepto que lo que había generado mi carcajada no era presión sino un recuerdo de lo más privado que había surgido en el peor momento posible. Estaba en un entierro, en el entierro de la persona con la que había compartido ese recuerdo. Más de una persona me miró como si yo mismo lo hubiese matado o algo peor.

 Lo habían matado sus ganas de aventura, su afán por estar en todas partes haciendo un poco de todo lo que hacían los demás. Él no podía quedarse atrás, no soportaba vivir una vida sin emociones ni nada que lo sacudiera de su asiento. El día que lo conocí me di cuenta de ello pues había acabado de llegar de un viaje de varias semanas por el Amazonas. Le contaba a todo el que quisiera sus aventuras por el río y por la selva. El contaba todo como si fuera muy gracioso pero había muchas anécdotas que no tenían nada de eso. Y sin embargo él se reía de sus propias vivencias.

 Le parecía muy chistoso que se hubiese cortado con una rama y que varias pirañas le hubiera mordido los pies antes de que lo hubiesen podido sacar del agua. Igual que casi haber pisado una anaconda y encontrarse con varias criaturas excesivamente venenosas. Él lo veía todo como una verdadera aventura y parecía ignorar el peligro en cada una de las situaciones. Cuando lo conocí mejor me di cuenta de que se preocupaba pero sus ganas de vivir eran mucho más grandes que eso. Quería estar y hacer todo lo que se pudiera y eso fue lo que me enamoró de él.

 Yo nunca fui ni parecido a como era él, tan lleno de vida y arriesgado en todas sus decisiones. De hecho, yo siempre he ido a lo seguro en mi vida. Por eso me sorprende recordar que fue él quién me llamó después de ese primer encuentro. Fue él quien quiso conocerme a mi y creo que ese es uno de los misterios más grande que jamás podré resolver. No me explico como alguien como él se interesó en alguien como yo. Y sin embargo empezamos a salir y nos divertimos mucho. Nuestras personalidades se complementaban bien, para mi sorpresa.

 Cada vez que se iba de viaje a algún lado o  cuando practicaba algún deporte peligroso, yo le pedía que solo me contara al respecto después de haberlo hecho todo. No quería que me dijera los detalles antes, no quería preocuparme por él. Pero cuando no lo veía igual me preocupaba así que todo daba lo mismo. Fue después de que se fracturara una pierna que me pidió que viviésemos juntos. Fue la mejor decisión que tomé y tuve la fortuna de poder compartir con él varios momentos en nuestro lugar común. Fue lo mejor para ambos.

 Y ahora esto aquí, tratando de reír todo lo que puedo en un cubículo del baño para no seguir riendo en mitad de la misa que su familia ha ofrecido. A él no le hubiese gustado para nada, pues no creía en lo mismo que ellos pero al parecer eso a su familia le daba lo mismo. Yo protesté pero mis derechos no eran los mismos, ni para ellos ni para la gente de la funeraria. Así que mi deseo de algo privado se fue un poco por la borda y tuve que aceptar lo que viniera con tal de poder asistir.

 Lo que me había hecho reír era su sonrisa. Normalmente nunca hubiese mirado el cadáver porque no creo que ese sea él. Tal vez fue el envase en el que venía pero la persona que adoré y sigo adorando ha dejado ese cuerpo hace tiempo y simplemente no está ahí. Sin embargo, me acerqué de nuevo porque me sentí obligado por las miradas acusadoras de su familia y amigos, que parecían desafiarme en todo. Nunca les había gustado porque en vez de atar a su hijo a un solo lugar, lo había dejado ser quien era. Creo que me culpaban de su muerte.

 Cuando vi su cara, maquillada y ligeramente sonriente, recordé cuando había visto esa sonrisa pícara antes. Por eso se me salió una carcajada y no pude parar ni estando en el baño. Nadie entendía mis razones y no tenían porque hacerlo ya que lo que yo recordaba nunca nadie lo iba a saber o al menos no era muy posible. Esa sonrisa era la misma que me había dirigido muchas veces cuando hacíamos el amor. Podíamos estar en el proceso durante varias horas y, en los momentos de descanso, él me dirigía esa misma sonrisa.

 Mi carcajada fue producida por el recuerdo particular de un día lluvioso, en el que él me dirigió esa sonrisa y traté de acercarse a mi como si fuera alguna especie de gran felino de la selva. Pero puso una de sus manos muy cerca del borde de la cama y se resbaló, golpeando su mentón en la cama y luego resbalando todo hacia el suelo, cayendo de la manera más graciosa que nadie hubiese caído antes. Esa vez también reí, mientras lo ayudaba a levantarse. Reí más cuando vi que tenía un ojo morado y varios cortes en la cara, como si hubiese estado en una pelea.

 La gracia del momento duró por mucho tiempo pues a cada rato tenía que inventar razones para el morado y todas ellas me hacían reír con ganas. Solo una vez dijo la verdad y la gente pensó que estaba bromeando, lo que me hizo reír aún más. Algo que me gustaba mucho era que él siempre me decía que le encantaba mi manera de reír. Me molestaba siempre preguntando si era una geisha, pues tengo la costumbre de cubrirme la boca al reír. Eso me causaba más gracia y nos acercaba siempre cada vez más. Creo que dormimos abrazados todo el tiempo que estuvimos juntos.

En el baño del cementerio, pude calmarme al fin. Me eché algo de agua fría en la frente y traté de relajarme lo que más pude. Uno de los lavabos goteaba y se oían los ruidos sordos de las voces de la gente al otro lado de la pared. Me di cuenta de repente que no quería estar con ellos, no estaba listo para volver. Y no porque me fueran a mirar como un alienígena de nuevo, sino porque necesitaba estar solo. Algo me hacía sentí vacío de pronto, como si me faltara algo.

 Obviamente, así era. Fue cuando empecé a llorar y dejé que mis lágrimas recorrieran mi rostro sin detenerlas. Me sequé los ojos después de un buen rato, cuando sentía que no podía llorar más, que ya estaba demasiado débil para seguir drenándome de esa manera. Igual antes ya había llorado mucho: en el momento en el que me avisaron de su muerte, cuando tuve que reconocer el cadáver, cuando llegué a casa y sus cosas por todas partes… No creo que la gente entienda en lo más mínimo como me sentí en aquel momento y ahora que lo vi de nuevo.

 Creo que a él le hubiese gustado que riera en su funeral. Estoy seguro de que hubiese reído primero y me hubiera besado con intensidad por hacerlo. Le encanta todo lo que era fuera de lo común, lo que se salía de las normas de la sociedad. Esa era su razón por haber decidido estar conmigo. Decía que, aunque yo no lo veía, era la persona más especial que existía en el mundo porque no era nada común. Decía que mi sonrisa me hacía un ser único e irrepetible y que no hubiese podido dejar pasar la oportunidad de estar conmigo.

 Yo siempre me reía cuando me decía todo eso. No le creía ni media palabra pero lo que sí creía era que me quería y yo ciertamente lo quería a él. Teníamos algunos planes para el futuro. De hecho el día que iba a regresar de su viaje, íbamos a empezar a buscar opciones para poder formalizar legalmente nuestra relación. No lo habíamos hecho porque era muy complicado pero de repente nos dimos cuenta que valía la pena afrontar todas esas barreras. Con tal de que lo hiciésemos juntos, no había nada que nos pudiese detener.


 Pero él nunca llegó. Y ahora me tengo que enfrentar a las miradas frías de sus familiares y amigos, de gente a la que nunca vi en nuestros momentos más felices. Nunca lo vi cuando él me contaba con emoción todas sus locas vivencias, nunca los vi cuando compartimos nuestras preocupaciones y vivimos momentos difíciles que superamos juntos. Así que la verdad no me importa. Que me miren todo lo que quieran pues ellos nunca sabrán que hacer el amor con la persona que más he querido podía ser otra más de sus grandes aventuras.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Physical

   The first thing was to remove my clothes. I had no problem with that except that the area destined to that wasn’t at all empty. One of the men that served as janitor in the premises was taking a very long time emptying each one of the trashcans in the area and then two other clients stepped in. But as fast as I could, I used my towel wrapped around my waist first and then I removed the underwear. When I was ready, a woman was expecting me at the door. I thought she might not be very happy about me taking so long to get undressed but the truth was she didn’t seem to mind.

 I followed her through the maze like first floor of the building and then we stopped in front of an elevator. She told me, as if she was telling me something she had learned by heart, that there were no rooms available on the first floor so someone was waiting for me in the fifth floor. I just nodded, as if accepting that would change anything. I was already there, I had paid up front, so nothing I could do would make the slightest different whatsoever. Waiting there for a while was not the most comfortable thing though.

 I always thought they gave you some kind of robe to cover your whole body but that was not the case there. Everyone one I saw, including myself, was wearing just a towel around the waist and that was it. If someone wanted to cover more they had to use their arms or probably ask for a second towel although I had no idea how that would happen, as the workers in that place tended to disappear in the places you needed them the most, like in the dressing room that was filled with other people so it would have been the same if one of them was there.

 In front of the elevator, other clients started stopping by. I was surprised to see a woman but then realized she probably had an urge to do it too so it made sense if you thought about it. A man with his back covered in hair also parked himself in front of the elevator. He was very tall and all his furriness was very distracting. It was like looking at a very large bear or something of the sort. Each one of us was accompanied by someone form the place, which was kind of weird. In any other place, we would have been very easy to pick out from a crowd.

 The elevator finally opened and we all, the six of us, got in. I felt a sudden wave of heat when the doors closed and I realized I had my face only centimeters away from the hairy back of the tall guy. The woman was on a corner, not even faking she was not liking it so much. She wasn’t alone as I had the sudden thought of staying in that elevator once it got back down. There was no way in hell I would be staying in such a place. I had committed a mistake and needed to save myself from it as fast as I could. My mind was racing.

The door finally opened and we all got out at the same time. It was as if we had been liberated from jail or something. Each one of the assistants from the place took each one of us in a different direction and I think we all thanked them for it. I walk by a large quantity of door and then the woman that was leading the way told me to wait inside one of the rooms. She opened the door and revealed a really nice office with something I hadn’t seen in a while: a big window overlooking the city.

 As I stepped in the room, the woman slammed the door behind me leaving me completely alone in a space I had never been in before. I saw the table, the classic one, right there in the middle. There were also some chairs all around and a sofa, although I had no idea why that was there. Was someone staying overnight to sleep in that office? Or did they have an audience each time they were with a client? The seating capacity was unusually high for what I would have expected in such a place. The view though, was the best part of it all.

 I got close to the window and looked in front of me: the city appeared to be all at my feet. The tallest building was not that tall and all the people and cars looked like ants under my feet. As I was barefoot, the sensation was even more powerful and funny. I decided that if I ever won the lottery or if my job gave me the possibilities, I would try to live in that area in order to get that same view from my bedroom and even my bathroom. Imagining that made me smile like an idiot and ignore that the door had been opened moments ago.

 My towel almost fell to the floor the moment a person coughed, obviously trying to get my attention. I thought they would knock first or something but no, that wasn’t a thing in that place. When I turned around to see the person I would be involved with for the next hour, I realized there was something wrong. Well, not wrong but it wasn’t like I was expecting it. The person who had coughed was a man. Granted, he was a very handsome man who was probably very good at his job but I wasn’t expecting a male on my first time there.

 He noticed my hesitation to get near him and it was him who walked towards me and extended his hand for me to shake it. We did that and it was very amazing to feel that the man was very calm and had one of those smiles that make you very mellow in a second. He told me that the person assigned to me wasn’t going to make it so they had decided to send him instead. He apologized for that and hoped I didn’t mind him being assigned to me. I was so relaxed by only watching his face that I didn’t answer with words but only by shaking my head affirmatively, with a silly smile.

 Out of the blue, he grabbed one of my hands and I thought I was about to burst into happiness. Why did it felt so right, so perfect? I had no idea back then and I couldn’t find the reason why many days afterwards. His touch was a very special thing, that was for sure. He took me to the table in the center and told me to lay down there for him. Again, I nodded and smiled like an idiot, unable to actually talk like any human would normally do. There was something about him that made me act like that and I didn’t care what it was at the moment.

 I laid down on the table for him, still smiling. I looked at the ceiling as I smiled and I was so distracted by my strange behavior that I didn’t notice he had already started. His hands were a little bit warmer than before. They glided down my skin with grace. My body started feeling every single touch as if it was the first contact with anyone in my life. It was such a strange feeling to have but I certainly like it and I think I got him to know that a couple of times.

 He started on my arms and then on my neck area and then my chest. It was a really nice experience. People had told me that it sometimes hurt but I realized they had all been wrong or had visited awful places because that guy was making me feel as if he was taking layers and layers of unnecessary stuff from me. He was taking away all the things my body didn’t need anymore and I truly began to feel lighter, to feel as if I could float away and wander around the room if he wasn’t there to hold my body. It was a very nice feeling.

When he moved on the legs, I have to say the magic went away for a second. I have always been ashamed of my legs so having someone touch them was not a very easy thing for me. But he did his jobs in such a way; I just didn’t care about my problems anymore. As he did my legs, he asked me to turn around in order to do the rest. I complied almost without hesitation, turned around in an instant. In that moment, I didn’t want such an amazing experience to end. I felt so much better than when I had entered the building.


 He finished with my legs and then did my back and neck in order to finish. When I felt his hands off me, I felt a bit sad. So sad in fact, that I laid there way too long. When I turned around to ask for his name, he was gone. The woman that had brought me there was waiting at the door, again. We took the elevator down; I dressed in the locker room and left feeling much better than I had ever felt before. But I was also wondering about him, I could still feel his hands all over my body. Who thought a day in the spa would be so rewarding?

jueves, 22 de septiembre de 2016

Esa casa en el barrio

   La casa crujió y tembló hasta que todos los ocupantes salieron corriendo hacia el patio delantero, se montaron en el coche y pisaron el acelerador a fondo para no tener que volver nunca jamás a semejante lugar de locos. La casa dejó de comportarse de manera extraña casi al instante y fue solo hasta el día siguiente, cuando los vecinos se dieron cuenta que los Jiménez no emitían un solo sonido, que se dieron cuenta que el lugar estaba abandonado. No era la primera vez que sucedía pues la casa solía estar desocupada y la mayoría de vecinos ya se habían acostumbrado a que era la casa embrujada de la calle, la casa que sus hijos debían evitar y aquella que siempre traería problemas para el barrio.

 Era un inmueble hermoso, pintado de un color amarillo cremoso y con un porche alrededor de toda la casa donde los hipotéticos moradores podrían disfrutar de alguna bebida fría en el verano o adornar con dedicación en la época de Navidad. No había vidrios rotos ni madera astillada. Tampoco había problemas en las tuberías, algo que solía para con frecuencia en casas viejas. Por dentro la cosa era la misma: todo impecable y cuidado con un esmero tal que parecía que la casa había estado habitada todo el tiempo desde su construcción cuando la verdad era lo exactamente opuesto. Mucha gente había vivido en el lugar pero, con el tiempo,  la casa decidía echar a los inquilinos sin razón aparente y al menos eso era lo que parecía suceder cada vez.

 Los últimos inquilinos sin duda habían sido pésimos vecinos: ponían su música a todo volumen y eran muy desconsiderados con el buen aspecto del barrio. No parecían ser personas muy decentes y casi nadie los saludaba excepto cuando era casi obligatorio hacerlo.  Por dentro mantenían la casa casi constantemente en un estado de caos con ropa y objetos por todas partes, restos de comida y una cocina que parecía un chiquero para los cerdos. Eran un grupo de personas que no apreciaban en los más mínimo el lugar donde habían terminado viviendo. Por eso a nadie le sorprendió cuando la casa los sacó corriendo un buen día en el que no se lo esperaban.

 Todos los objetos de la familia y su ropa, todo lo que no habían podido llevarse al correr, fue sacado días después por la inmobiliaria que les había alquilado la casa. Lo sacaron todo en cajas y fue un gran evento para todos los vecinos pues pudieron ver como un grupo de gente pagada sacaba todo y la casa no parecía molesta para nada. De hecho fue en un bonito día soleado en el que se pudo sacar todos los objetos de los últimos arrendatarios. La casa volvió a tener entonces algo de esa magia especial alrededor y pareció brillar para todos los vecinos a pesar de que era un punto negro dentro de su comunidad pues una casa imposible de alquiler no era algo que atrajera gente, menos si se decía que estaba embrujada.

 Con frecuencia venían grupos tras grupos de creyentes en un montón de ciencias falsas buscando por respuestas a preguntas que la gente normalmente ni se hacía. Nunca se quedaban por más de una semana y siempre venían con varios equipos para registrar sus descubrimientos, lo que era gracioso porque había que creer mucho en tontería para pensar que todo eso tenía un trasfondo real.

 A los vecinos ya les resultaba normal ir y venir y ver los enormes equipos que tenían las personas que revisaban la casa. Al parecer buscaban fantasmas o algún tipo de entidad espectral a la que se le pudiese atribuir lo hermosa que estaba siempre la casa y las expulsiones de inquilinos que se daban con cierta frecuencia. Siempre venían por fantasmas y terminaban en alguna emisora local hablando de sus creencias locas y de cómo estaban seguros que la comunidad tenían un bomba espectral al lado.

 Pero esa bomba jamás explotó. Si es que no se cuentan las expulsiones que habían pasado antes, vale la pena decir que no había razón alguna para creer que algo raro estaba ocurriendo allí. De hecho, todos los que habían salido corriendo jamás hablaban de ellos años después. Uno podría esperar que alguien sacara un libro o al menos se aprovechara comercialmente todo lo que pasaba con la casa, pero no pasaba nada de eso y la casa seguía tan bien erguida como siempre.

 No es raro pensar que posiblemente no hubiese nada malo con la casa, que en verdad ni hubiese ningún espíritu extraño ni nada por el estilo y que todo estuviese siempre en la mente de las personas. A veces los miedos irracionales se traducen en acciones un poco extrañas como salir corriendo de la casa en la mitad de la noche y no volver jamás. Lo único que no iba mucho con eso es que la casa solía temblar y eso no sabía nadie explicarlo muy bien.

 Los vecinos eran los menos interesados en resolver el misterio pues para ellos la casa ya hacía parte del barrio. No era lo mejor para el valor de sus hogares pues una casa maldita siempre baja el precio de las demás alrededor, pero en este caso el precio no bajaba casi pues la casa no era la típica ruina asociada con algún evento fuera de explicación, sino que se trataba de una casa con todo puesto pero con un problema de dejar vivir a las personas.

 Hubo algunos que quisieron adquirir la casa para poder usarla con fines comerciales pero eso jamás funcionó porque la casa echaba a todos los que venían a ver que podían cortar para dividir las habitaciones como en locales o algo por el estilo. La casa sabía lo que ocurría y simplemente no decidía hacer nada.

 Con el tiempo, el gobierno local convenció a la inmobiliaria que lo mejor para la comunidad y para la casa es que nadie volviera a vivir allí nunca jamás. Y eso fue lo que sucedió: el derecho sobre ese lote de tierra pasó a ser de la ciudad y con ese hecho la casa y sus jardines se convirtieron en un parque. La casa en sí está fuera de los limites para todo el mundo pues se quieren evitar accidentes peligrosos o momentos incomodos que puedan afectar aún más la calidad de vida de los vecinos.

 El parque fue muy bien recibido por todos y los niños adoraban jugar por el césped con frecuencia. Eso sí, la casa siguió siendo tan rara como siempre pues muchas veces los niños veían personas que desaparecían al instante o las ventas y puertas dentro de la casa daban golpazos fuertes de un momento a otro, como tratando de asustar a todo los asistentes al parque. Era como si la casa supiera que debía hacerse ver de vez en cuando.

 Era algo que los vecinos habían aspirado y, aunque los niños se habían asustado con justa razón durante las primera semanas, pronto se le s enseño que era algo normal y que no debían asustarse por algo que en ese lugar era lo más común del mundo. Eso sí, la mayoría de padres les inculcó a sus hijos que siempre tenían que tenerle respeto a la casa y al pasado que ellos nunca conocerían pues sabiendo ese pasado era la forma para poder aprender correctamente.

 Fue así que la casa maldita, embrujada o simplemente rara.se convirtió en un lugar muy especial para los habitantes del barrio. Con el tiempo ya nadie tuvo miedo y todas las visiones y los sonidos se volvieron muy rutinarios. La gente empezó a crecer con ello y fue tanta la normalización que los grupos de personas que creían que todo tenía que ver con fantasmas o algo así dejaron de venir porque ya no era divertido para ellos revisar una casa en un lugar donde a nadie le deba miedo nada.

 Nadie nunca supo porqué la casa había hecho todas esas cosas en el pasado. Nunca se supo porqué un lugar de residencia tenía un temperamento tan particular. Eso permaneció como un misterio absoluto para todos en la ciudad. Pero lo que no quedó como secreto fue la capacidad de lo bueno para hacer de todo algo mejor, mejores lugares y mucho más honestos.


 Hoy en día la casa sigue en el mismo sitio, con los mismos ruidos de siempre y sigue siendo parte de un parque que se ha ido extendiendo lentamente. La casa, sin embargo, sigue siendo su absoluto centro. La gente del lugar lo ignora todo y los turistas van a vivir una experiencia especial. Pero a la casa le da igual todo eso mientras que nadie entre y se sienta demasiado como en casa.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Thoughts on family

   You don’t have to cry in order to be sad and you don’t have to smile every time you fell happy. Each person deals with moments, with feelings, in their own way and there is nothing bad about that. We are just different and that is what makes us interesting to each other. If we were all the same, there would be no point in meeting each other and building up relationships. Being different makes us unique and better, in every single sense of the word.

 However, it is always better to be able to demonstrate what you feel in order for other people to notice what’s going on, especially if some of those people are of any interest to you. For example, you have to be able to talk or at least show your parents how you feel and why you’re feeling the way you are. You don’t have to be able to do that with every single person in the world but it is very important to be able to communicate with family.

 Family is the group of people we have never chosen to be with and the group of people we should know better than anyone else. And I say should because it is clear that many people do not live like this, meaning that some of us don’t even know that much about our siblings or our parents. It is very typical that, as children, we don’t really see our parents as equals. We see them as people that are just wiser and move in other circles that we just don’t understand. When we’re little, they seem so mysterious and difficult to understand.

 However, as we grow older, we realize parents are just like us: they are a couple of humans who’ve had a life before we entered their lives and will continue to live independently from us once we get out of the house or even as we are still living in there. That’s why divorces are so tough on a family: it breaks up a whole bunch of connections and many things you have learned about your parents don’t really mean anything anymore. In that case, everything seems to become something else so you feel lost and confused but the truth is that, with a little effort, everything comes back to what it once was or at least something like it.

 Then there are siblings, who depending on the age gap, can seem like friends or like some other strangers, like parents. If they age gap is not so big between siblings, the possibility of having a true friendship develop between them is very high. That’s simply because you treat the people your same age as friends and equals and you tend to get closer to them because interests are similar and you are able to understand each other. When the age gap is too big however, the level of friendship can be high or very low, reaching the level of friendship you have with your parents when you’re young.

 What’s great about brothers and sisters is that you get and instant set of friends that way, or at least the possibility of having them in the house, different from school friends that come and go because hey have their own separate lives that may run close but never really parallel to your life. Of course, sibling don’t have similar lives but at least the first fifteen years of life is frequently similar as you probably all go to the same school, you share all those meals during the week, the holidays, the moments with the parents and a very large array of things that come with the fact that you live in family.

 Of course, there are many types of families, some of them not even having siblings or both parents or even parents at all. Besides that, there are families that do not really believe there should be a tight relationship between parents and children as in the old days people believed children only had to respect their elders and that’s what was required in a family. Love was something that people supposedly felt but it wasn’t the same kind of feeling we think of today. People tended to be colder before because it was more practical, especially as families were a lot larger: there could be up to ten children in one household or more so there was no real sense of “having to” love them all deeply and without reservations. There was responsibility and respect and that was it.

  Of course, the fact that there should be love in a family doesn’t mean that it’s going to be perfect every single day. Family relationships can be as difficult as relationships with other people and that frequently has a lot to do with how complicated things are in the household, the moments of life you and your family are going through and the personalities of each person. There can be days when everything is laughter and beautiful and everyone gets along in the most respectful but also thoughtful manner. On the other hand, you can have days when everything is a constant fight, everything is a problem and all the words that you speak might be cause for some sort of quarrel.

 But that’s exactly what a family is supposed to look like, The old days when everything had to be said in the most proper of words even if you were addressing your brother or your mother are done. And doesn’t mean that everyone speaks in the most awful manner to their family but that the relationship has evolved and its now possible to get closer through the language and through the best words that you can use to communicate with people you have loved and seen for so long. Family is something very strange and it shouldn’t come as a surprise that there are so many forms of it all around the planet. Even in the building we are living in there could be dozens of varieties.

That probably why beginning a new family is so strange at first. No one really knows how to properly do it but you always have the example that you received at home. Even if it isn’t the best example in the world, it should be enough to get you started in the basics of creating a new family. And nowadays, the process can be done much slowly that before because in the modern world not many people are able to establish themselves outside the familiar home and then not many are willing to stop their careers and so on in order to create a home, which often includes bringing a new member of the family to the world.

 Some people think it is better to save some money before “looking for” their first kid. Some others think it’s better to have a child early in life, in order to enjoy the upbringing and being able to cope with what childhood entails. It’s not the same to be a parent in your twenties than in your sixties. There are both advantages and disadvantages to each way of doing it. And then, there are also the “unexpected” arrivals, which normally happen when people are young but can also happen later. In those case, you’re just pushed into adulthood and family.

 Pieces tend to come together when a family is being formed. Money may not be coming in huge amounts and it may be difficult to find a proper place but people always seem to be able to make it no matter what. Like in the past, families today can thrive despite of difficulties. The difficult thing, probably, is to keep yourself in that perfect balance as you try to make it all better for you and your new family. They are probably many things missing but it’s just like a game of domino’s or a puzzle: every piece will find its spot in time, if things are done correctly, with the best intentions.

 Families have always been here, in whatever shape or forms it was, and they will continue to be here in other forms we might have not consider at this point. It is silly to think the family structure is just one and that only that one should be achieved and respected by every single human being, when most humans have thrived among what people now call “non traditional families”, as if tradition wasn’t something that keeps evolving every single days without stopping.


 Anyway, our family is that group of people life got us to be with. It put us with them for a reason and it is up to every single one of us to find out, if we want. But we don’t have to. The best thing is to appreciate all of those people that surround us as we grow up and help us be better and achieve everything we want from life.