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sábado, 20 de junio de 2015

Pasó en Santorini...

   El sol fue quien me despertó, entrando por la ventana junto al viento suave de las mañanas y los magníficos olores que venían de alguna casa vecina. Desde la cama no se veía nada pero sabía que debajo de mi… Digo, de nuestro balcón, había muchas casas y hoteles y demás. Estábamos en la parte más alta de Santorini, en un hotel construido a modo de cueva, lo más hermoso que yo jamás hubiese visto. Es un lugar especial, hay cierta sensación de que todo es posible o al menos de que cosas pueden pasar aquí que no pasarían en ningún otro lado. Llevo solo un día aquí y creo que ya estoy enamorado del lugar, de la gente, de la comida, y tal vez de la persona que está a mi lado.

 Él también está completamente desnudo pero todavía duerme. Me volteo un poco para mirarlo mejor y me doy cuenta que cada vez que lo veo me parece más hermoso, me gusta más y más. Haber venido con él hasta Grecia no fue algo que hubiese planeado sino algo que sucedió en el aeropuerto y que ahora agradezco. Su vuelo, originalmente a París, estaba sobrevendido y le estaban dando la opción a los pasajeros que cambiasen sus billetes al destino de su gusto, sin costo alguno. Ya saben como son esas aerolíneas de bajo costo, hacen todo por el dinero. Alejandro ya había comenzado a pelear cuando lo vi y hacía años que no nos veíamos. Hablamos un rato y sin pensar le dije que iba a Grecia y que si me quería acompañar. Y ahora estábamos juntos en una de las islas más hermosas del planeta, habiendo gastado más dinero porque queríamos estar lejos de todo.

 Nos conocimos por medio de un amigo y fuimos amantes durante los últimos meses de mi noviazgo con otra persona. Las cosas con él no habían funcionado como yo lo pensaba y tengo que decir que encontré Alejandro y era la persona perfecta para desahogar todo lo que tenía adentro y toda la energía sexual que no podía liberar con mi pareja en ese momento. Creo que hablo por los dos cuando digo que la pasamos muy bien, guardando ese gran secreto y escondiéndonos de todo el mundo. Decíamos tantas mentiras que parecía imposible seguirles el paso pero a pesar de todo duramos así unos dos meses hasta que todo se destapó

 Su novio se dio cuenta. No sé si alguien le dijo o lo supo de alguna otra manera pero el caso era que lo sabía y sabía que era yo la persona con la que su novio se acostaba. Me llamó alguna vez a amenazarme pero yo no le respondí nada. No tenía caso. Yo había roto lo mío con mi novio unas semanas antes. Fue muy diferente porque las cosas en nuestro caso ya venían muertas y el me confesó que estaba viendo a alguien más. Yo no lo hice sentir mal ni lloré ni hubo escenas dramáticas. Llegamos al acuerdo de continuar cada uno con su vida, por su lado y ya. No podíamos quedar de amigos porque no teníamos lo suficiente en común pero al menos no hubo pelea ni nada por el estilo.

 Alejandro sí peleó con su novio por un largo tiempo, durante el cual nos dejamos de ver. El dejó de llamar, de contestarme, de escribir. Desapareció y no lo volví a ver hasta ese día en el aeropuerto. Estaba tan guapo como siempre y parecía más maduro, como si la vida por fin lo hubiese alcanzado y le hubiese enseñado un par de cosas. Su cuerpo era tal y como yo lo recordaba y cuando tuvimos relaciones fue como volver a aquellas épocas aunque con algo más, más experiencia o madurez o quien sabe. El caso es que estábamos en una isla juntos, despertándonos por el viento que sube del mar y los primeros rayos de sol. Le acaricié la espalda y despertó lentamente. Le di un beso y lo abracé.

 Ese día, luego de bañarnos juntos y cambiarnos, desayunamos como si fuéramos una pareja en el restaurante del hotel. Éramos felices o al menos así se sentía en el momento. No hablamos del pasado, solo de lo que el otro no sabía por el pasar del tiempo. Supe que su padre había muerte hacía poco y que había cambiado de profesión. Ahora estaba estudiando para ser diseñador, luego de que trabajase en un bufete de abogados. Me contó algo que yo ya sabía y era que nunca le había gustado nada de la ley y esas cosas. Para él la ley era solo para los que sabían manipularla y eso era lo que había aprendido. No era lo suyo y cambió por algo que siempre había hecho. Él mismo había hecho el diseño del tatuaje que tenía en la espalda y eso probaba su talento de sobra.

 Salimos después a caminar por el pueblito y  tomamos muchas fotos y comimos muchas cosas deliciosas. Tal vez esté confundido pero en algunos momentos creo que nos tomamos de la mano, sin pensarlo. Hacerlo, recordaba todo lo sucedido hace tres años y las cosas que nos decíamos y que pensábamos. Más que todo era sexo, no lo puedo negar, pero después solíamos hablar bastante, antes de quedar dormidos. Hablábamos de cine, de arte, de la vida, de la gente… De todo lo que existiese.  Era el total opuesto de mi novio en ese momento, una persona casi desprovista de un propósito real de vida. Lo compadezco pero no podía quedarme con él solo por eso.

 Ahora que lo recuerdo, Alejandro ha sido el único que ha conocido a mis padres y eso fue por error. Un día lo recogí en su oficina para ir a mi casa pero tuve que pasar primero por casa de mis padres y lo conocieron. Mi madre luego me diría que era muy guapo y que era una lástima que ya tuviese yo a alguien porque ese chico parecía mucho más interesante. Supongo que lo pensó porque les habló a los dos, a mi padre y a mi madre, mientras yo buscaba unos libros que necesitaba y que estaban en la biblioteca familiar. Cuando lo vine a buscar para irnos. Lo vi con esa sonrisa que me hace olvidar todo y pensé que era una lástima que las cosas de la vida no funcionen como uno quisiera.

 Pero estábamos en Grecia, en nuestra isla. Porque cuando volvimos a nuestra habitación de hotel e hicimos el amor, sentí que nada más en el mundo existía más que nosotros. El sonido de su voz, el calor de su cuerpo, la textura de su piel y su olor a vainilla por el jabón del hotel, se me quedarían por siempre grabados en la mente. Me aseguré de besarlo todo lo que pudiera y de abrazarlo para dormir. Porque yo sé que esto puede que no dure demasiado y quiero aprovechar porque la vida pocas veces da una segunda oportunidad y esta es una de esas extrañas veces. Esa noche él se quedó dormido pronto pero yo no podía. Pensé que debía decirle algo, algo para que se quedara conmigo después del viaje.

 El resto de días fueron iguales, yendo y viniendo por las calles empedradas, besándonos en todas partes, yendo al mar a bañarnos y a disfrutar del sol. Siempre me había sentido incomodo estando en traje de baño, seguramente remanente de algún trauma juvenil pero ahora no me importaba en los absoluto porque, de nuevo, solo pensaba en nosotros dos y en nadie más. Él se veía perfecto y quise tomarle varias fotos cuando sonreía como a mi me gustaba. Ya en las noches, cuando estábamos más juntos que nunca, lo trataba como a la persona más especial y única del mundo, porque eso era para mí. Y lo gracioso es que no considero que estuviese enamorado. Solo quería tenerlo a mi lado y sabía lo mucho que eso me ayudaba.

 Pero tal vez sí me enamoré porque cuando las vacaciones terminaron, Alejandro desapareció de nuevo, como por arte de magia. Solo quedaron algunas fotos, y las sensaciones de haber hecho lo que yo tenía que hacer. Si no había resultado en nada pues no era problema pero al menos sabía que había hecho todo lo que había querido y todo lo que estaba a mi alcance para demostrarle lo mucho que apreciaba su sola presencia en ese hotel. Por muchas noches después, soñé con él y quise tenerlo allí a mi lado, fuese para tener sexo, besarlo o solo oler su piel. Por muchos días pensé y pensé, dándome un caso increíble de insomnio que solo desapareció tras un par de semanas.

 Cuando ya lo había superado todo, me llegó una noticia que al comienzo no creí. Pensé que la persona que me lo estaba contando estaba siendo cruel, así que me levanté y me fui sin decirle ni una sola palabra. Esa amiga, una muy buena amiga, tuvo que ir a mi casa y casi comprobar lo que decía: Alejandro ya no estaba. Según ella, había sido diagnosticado con cáncer hacía un tiempo y había decidido no tener un seguimiento ni un tratamiento adecuado. Al parecer, se había rendido porque mucho más había sucedido en los últimos tres años, no solo su cambio de carrera. Había vivido pruebas difíciles y había perdido la voluntad de vivir. Según mi amiga, iba a París para ir a un lugar donde no lo conociera nadie. Pero en cambio decidió ir conmigo a un último viaje.


 Cuando ella se fue, lloré en silencio durante varios minutos. Como era posible que no me hubiese dado cuenta de que algo estaba mal, de que no se sentía bien o que estaba raro? Pero recordé entonces que una de esas veces en la cama, me dijo que le gustaba estar conmigo allí, sin nadie más. Y entonces entendí que yo fui algo así como un regalo de despedida y eso me alegró. Él estaba muriendo y había preferido pasar sus últimos días conmigo y no solo o con su familia. No sé si fue amor pero lo sigo pensando con una sonrisa, recordando los besos y todo lo demás.

viernes, 15 de mayo de 2015

Quiero morir

   Me desperté y el mundo se me vino abajo. Porque estaba aquí, de nuevo? Que hacía en esa cama, con un montón de cosas conectadas a mi cuerpo? No otra vez… Porque no pueden entender que no quiero seguir volviendo aquí, que no quiero más ayudas que no me ayudan en verdad? No puedo gritar ni tengo fuerzas para gritar pero su pudiera hacer algo seguramente sería levantar este edificio a gritos. Los odio a todos, a cada uno de los que trabaja aquí, a todos los que permitieron que esto me pasara otra vez. Los odio, los detesto y no los quiero volver a ver nunca jamás.

 Esta frustración es insoportable. Me siento más débil que nunca, tan mal como jamás me he sentido y es precisamente esta agonía la que me quería evitar. Y ya no solo es mi alma la que no puede sino también mi cuerpo. Siento como si cada miembro estuviera hecho de plomo, teniendo apenas la fuerza para levantar un cojín de plumas. Se siente horrible, por dentro y por fuera pero lo que es peor es que yo lo había dicho, yo lo hablé, hice todo lo que debía hacer y sin embargo ellos no lo entienden. Adonde tengo que ir, a que maldito punto de este desgraciado planeta tengo que largarme para que me dejen morir en paz?

 A mi que me importa lo que digan sus estúpidas religiones, que solo creen en hombre y mujeres de fantasía, que son apenas los ideales que las personas siempre han querido ser: un hombre santo y una mujer virginal. Que montón de basura, de mierda pura es en la que creen y la que me quieren forzar por la garganta nada más porque la culpa que tienen es muy grande. Debe ser que saben que todo esto, todo lo que me pasa por la cabeza y siento en mi corazón, es culpa de ellos. De hecho, es culpa de todos pero más que todo mía y eso lo sé.

 Pero deberían respetar mi deseo de morir cuando a mi se me de la gana y no solo cuando una enfermedad terminal me tenga postrado o cuando me atropelle un carro. Eso sería esperar demasiado y yo no quiero seguir esperando. Ellos no entienden que no puedo más, no tengo más energías para seguir, para continuar con esta farsa que llaman una vida. Como pueden ser tan hipócritas, tan bajos y tan desgraciados de decirme que esto que tengo en mi es vida pero nadie es capaz de hacerla mejor ni me dejan a mi hacerlo por mi cuenta?

 Si no puedo morirme yo, al menos que se mueran todos ellos y me dejen en paz. Déjenme solo, tranquilo y lejos donde mi cuerpo pueda consumir solo en su amargura y desgracia. Eso es lo único que quiero ahora de ellos. No es ni siquiera un deseo o una orden. Es solo un pedido y deberían concedérmelo si no me quieren tener aquí cada cierto tiempo. Se quejan de las pocas camas que hay en hospitales pero siguen mandándome a mi a una, a alguien que ya no quiere más de toda esta basura. Que se la den a un leproso si quieren, a mi que no me jodan más la vida.

 Déjenme morir. Y esto lo suplico. Déjenme  decidir que hacer con lo poco que tengo. Si quiero tirarme por una ventana o si quiero tomar el veneno para ratas más tóxico, que me dejen en paz. Yo nunca me he metido en la vida de nadie. No le he dicho a nadie como vivir su vida y francamente tampoco me interesa la gente lo suficiente para eso. Si yo soy capaz de no joderle la vida a nadie, no deberían hacer lo mismo conmigo? No es lo justo acaso?

 Cuando no es con su dios de caricatura, buscas excusarse con que soy muy joven o con que la vida es solo una y no hay que desperdiciarla. Pero si es mía! Es mi vida y yo debería hacer con ella lo que me plazca. Si quiero volarme la cabeza en mil pedazos debería yo tener el derecho de hacerlo sin tener que consultar a medio país para ver que opinan. Al fin y al cabo soy yo el que vive aquí adentro de este cuerpo. Soy yo el que siente como un muro se cerrara sobre él y como el aire se retirar lentamente. Soy yo el que tiene que vivir como yo y no ellos, así que porque se meten?

 Sí, me dolería dejar a mi familia. Eso es lo único que me hace pensar. Sé que alguien, algunos de ellos, deben estar allí afuera esperando que yo reaccione o haga algo. Sé que se preocupan por mi y que me quieren pero no puedo tomar las decisiones necesarias si solo pienso en lo que van a sentir los demás. La mayoría de veces pienso que les dolería pero con el tiempo no sería tan grave y al menos me recordarían. Eso no estaría mal, si el dolor pasa con el tiempo. Ellos son los únicos que me hacen pensar en lo que planeo hacer pero, como ven, siempre termino haciéndolo.

 Eso es porque estoy seguro de mi acciones. O bueno, tal vez sea más porque es más grande el dolor, es más grande la sensación de no haber nunca sido nada, es más grande la presión de todo lo que hay alrededor. Idiotas dirían que nadie me presiona pero eso es mentira. A todo el mundo lo aprecian más, lo premian incluso, cuando dice lo que ha logrado con su esfuerzo y el trabajo que tiene y cuanto le pagan. La sociedad premia a los que viven la vida que todos deberían vivir, al menos según la idea humana de la vida.

 Porque todo ser humano, no importa en que crea, donde o cuando haya nacido ni quien sea, todos piensan exactamente lo mismo. Los logros miden el valor de un ser humano y por eso mi valor es menor al de una hogaza de pan dura y rancia. No tengo logros, no he hecho nada que haga a nadie orgulloso. Estudiar no es un logro, es apenas una de las cosas que todos hacemos. Los logros se supone que deben ser cosas que uno haya hecho por su cuenta, con el tesón que debería ser propio de todos los seres humanos pero que a mi me saltó y no me dejó nada.  Lo único que he hecho en mi vida es estudiar, es hacer lo que era mi responsabilidad y no más. Esos no son logros dignos de la atención de nadie y lo he sentido y vivido así desde siempre.

 Nada más es mirar la expresión en el rostro de alguien cuando le digo que no hago nada en la vida, que no gano dinero, que vivo en la casa de mis padres y que me siguen manteniendo igual desde que nací. Es una mezcla de lástima o decepción, con horror y algo de ganas de morirse de la risa. Lo veo siempre y no creo que pueda culparlos. Al fin y al cabo el mundo es de cierta manera y nadie lo va a cambiar nunca, por muy luchadores o rebeldes que sean. Las cosas jamás van a cambiar y eso deberían metérselo algunos en la cabeza.

 Hay gente que, fingiendo preocupación, se me acerca y me dice que haga algo. Malditos hijos de puta. Acaso tengo que venderme como una prostituta para ganar algo de valor en este mundo? De hecho ese sería un camino más rápido a ser apreciado. Porque las putas al menos ganan dinero. Que es lo que quieren que haga? Que trabaje? Díganselo a aquellos que no me dan trabajo, prefiriendo a su amigos o conocidos? No soy hombre de grandes ideas así que crear algo nuevo dudo mucho que esté en mi. No tengo nada, absolutamente nada que ofrecer a nadie. Lo que sé hacer yo lo hacen muchas personas así que, una vez más, estoy jodido.

 El dinero es el que maneja el mundo. Eso hay que tenerlo siempre claro, para que a uno no lo sorprenden las porquería y estupideces que pasan a cada rato. Muchos son tan inocentes, tan ingenuos que creen que el amor, esa cosa estúpida que nadie sabe ni definir, el que reina en los corazones y el que tiene más poder que el mismo dinero. Que mano de mierda! El amor no es nada más sino decencia disfrazada de algo más perverso: interés. No hay nada que sea más dañino y vil que el interés falso, que un interés fingido. Gente muere por culpa de ello. Pero no, todos siguen en su mundo fantasioso donde todos debemos amarnos.

 Que se jodan. Yo no quiero amar a nadie si eso significa dejarlos a la deriva cuando no se sientan parte de la gran masa amorfa que es la sociedad. Y después me preguntan, esos disque sicólogos que son seres aún más trastornados que el resto de nosotros, como me hace sentir todo esto. La idiotez, sin duda, no tiene limites. Solo a alguien con menos de medio cerebro se le ocurriría preguntar semejante pregunta tan idiota. Como te sientes…


 Quieren saber como me siento, querida sociedad de mierda? Siento que no soy nada con todos ustedes y siento que prefiero morirme poniéndome una pistola en la boca cortándome las venas que seguir en un mundo donde gente mediocre y profundamente estúpida es lo ideal. Prefiero hacer sufrir a mi familia por un instante antes que reconocer cualquiera de sus mentiras. Soy un fracaso completo y por fin lo reconozco, después de años de pretender que solo estaba perdido. Fracasé en esta puta vida y solo quiero que me dejen terminarla en paz, a mi manera. Así que se pueden meter un palo por el culo porque esto lo hago, sea como sea. Y va a haber un momento en el que no vuelva a esta cama de hospital y ese día, por una vez, habré ganado.

lunes, 27 de abril de 2015

Más

   Porque será que siempre queremos más? Porque será que nunca nada es suficiente, nada nunca parece ser lo que queremos? Cuando anhelamos algo y lo obtenemos, como seres humanos, nos sentimos felices un momento pero después lo dejamos de lado y buscamos otra meta, otro lugar hasta donde llegar. No se trata siempre de romper records o de superarse a uno mismo. Si así fuera, no habría problema con querer más. Pero resulta que esas ocasiones son la minoría. La mayoría de veces queremos más por varias otras razones, mucho menos honorables.

 Todo empieza desde que somos pequeños, incluso bebés. Se supone que un infante no sabe nada y está en un proceso de enseñanza permanente. Aprende de todo y todos a su alrededor y esto es algo que la gente frecuentemente olvida. Muchos padres creen que los hijos solo oyen y ven cuando ellos quieren y no cuando los hijos quieren y ese es un gran error. Los padres no quieren que los oigan pelear o tener sexo pero, sin embargo, los hijos no anulan sus oídos. Los pequeños no pueden evitar ver cuando algo pasa, cuando el padre se siente feliz por algo y la madre triste por otra cosa o viceversa. Desde ahí se sabe que es bueno y que es malo, que da placer y que no debería darlo.

 Es un aprendizaje rápido y efectivo pero no siempre correcto o realista. Cada familia, viendo la diversidad en seres humanos, es de verdad única. Esto, en su origen, su base. Pero las familia suelen mutar rápidamente para ser como otras, para no resaltar. Nadie quiere ser la excepción sino la norma y convertirse en esa norma requiere de reglas y metas y ahí empieza todo. Desde ese anhelo por convertirse en un ser perfecto e ideal, los niños se dan cuenta que hay cosas que deben conseguir para ser considerados deseables, buenos y admirables.

 En el colegio, se trata de tener buenas notas. Todo va alrededor de eso. Nadie aplaude a un niño que sepa hablar de sus sentimientos o que haga amigos porque tienen una conexión especial. No, la gente aplaude al niño que tiene muchos amigos, así no sepa ni el nombre de cada uno. Aplaude al niño popular y aplaude al niño inteligente, así este sea marginado por sus compañeros. El punto de todo es tener la aceptación de alguien, no importa de quién sea y tanto el atleta como el nerd tienen esa aceptación.

Y que pasa con los otros niños, los que a veces llaman “promedio”, los que estigmatizan por no entender todas sus asignaturas, por ser malo en deporte, por no ir en la línea de las normas que la sociedad tiene establecidas hace años? Pues sencillo. Tienen dos caminos: pueden retomar la senda y tener el mismo objetivo que los nerds y los atletas. Es decir, querer llegar a la meta de ambos estilos, o ser el mejor estudiante o ganar medallas e imponerse físicamente frente a otros. El otro camino, el que por mucho tiempo fue menos recorrido, es simplemente hacerse un camino distinto con metas diferentes, pero igual de ambiciosas.

 Hay que tener claro que todo el mundo tiene sus metas, sean las que sean y eso no tiene nada de malo. Mueve a la gente y la hace soñar y hacer y que hay mejor que esas dos cosas? Lo malo no es tener metas sino pedir más de la vida cada vez que se alcanza una meta. Lo malo es creer que se es mejor porque se ha alcanzado más o, incluso, nunca sentirse satisfecho con los logros que alcanza.

 Esto nace de la competencia. Y ella existe desde que tenemos uso de razón. Que quién camino más joven, quién hablo más pronto, quién salió más rápido de la escuela, quién tuvo las mejores notas, quién eligió la mejor carrera,... Considerando esto, no es extraño que hace algunos años, no muchos, los hijos primogénitos fueran los favoritos de los padres. Eran, al fin y al cabo, los que hacían todo primero y se esforzaban más. Todo con ellos es nuevo y un logro. Hoy los padres no dicen nada al respecto pero sigue siendo algo recurrente.

 Cuando llegamos a la universidad, aprendemos a tener criterio. Esto le ayuda, a la mayoría, a definir mejor sus metas y como alcanzarlas pero también para hacer un plan de vida que es casi lo mismo que un plan de juego pero a largo plazo. La gente quiere conseguir, quiere tener, incluso ms que solo ser. plan de vida que es casi lo mismo que un plan de juego pero a largo plazo. La gente quiere conseguir, quiere tenás que solo ser. Si se tiene se es y esas es la idea de la sociedad actual. No es de extrañarse que, con una primera paga o unos primeros ahorros, la gente ya no quiera comprar un carro o una casa como primera compra. No. Ahora hay objetos más pequeños, más evidentes y económicos para evidenciar el estatus.

 La larga línea de teléfonos móviles y computadores, que cada semana tienen algo nuevo y aparentemente innovador, es solo una de las muchas maneras para que la gente compre su estatus. Así se puede ir ascendiendo y con estos artículos aprendemos que nunca nada es suficiente. Mi teléfono hoy es de lo mejor y más popular pero en un año ya no lo será y si lo sigo teniendo y otros han avanzado, me iré quedando atrás. Esto funciona más en quienes están atrapados de lleno en la red de los medios y la sociedad de consumo.

 Los conocemos. Son esas personas que creen todo lo que se les dice y cuya educación está basada en repetición y no en conocimiento y esa es una diferencia que hay que hacer. Ellos, básicos de mente, saben bien que existen escalones que hay que subir y los suben cada día, buscando llegar a una meta que nunca tocarán porque siempre cambia. Quieren un trabajo que idealizan pero cuando lo consiguen quieren ganar más dinero y cuando lo ganan deciden que su felicidad reside en tener una familia y cuando la tienen buscan placer y así hasta la muerte.

 El buscar más, el querer más se da simplemente porque la meta simplemente pierde su encanto una vez es alcanzada. Además, la mayoría de las personas organizan su mente de manera que la felicidad resida en esas metas, como si la felicidad tuviera algo que ver con lograr algo. Siempre hemos tenido en la cabeza que, por ejemplo, lograr el cuerpo que idealizamos es algo que nos hará felices. Pero eso es incorrecto. No solo porque el físico es algo irrelevante en la realidad, sino porque la felicidad debería estar en el proceso, más no en la meta final de ese proceso.

 Las personas siempre están felices con los resultados. Está comprobado que la mayoría de las personas odian su trabajo y lo hacen de mala gana, casi siempre. Pero cuando les llega el día de pago, están felices porque los premian por esos días de mala cara. No debería ser al revés? No debería uno estar alegre trabajando, sintiendo que cada momento es un aprendizaje y luego sentirse extraño al ser remunerado por hacer algo que adora? Obviamente puede ser algo idealista este concepto pero sin duda sería mejor que lo que tenemos ahora.

 Cada vez hay más problemas físicos por el famoso estrés, que no es más que cansancio que puede llegar a ser un problema para el sistema nervioso, si llega a ser muy grave. Y ahora todo el mundo lo sufre porque tiene afán de llegar a ser alguien, de llegar a algún lado o a obtener alguna cosa. Ese estrés, esos nervios, ese cansancio yace en nuestro afán por querer más, por correr sin sentido hacia todos los lados sin en verdad saber adonde vamos.

 Hagan el intento alguna vez. Pídanle a alguien que deje por un día sus obsesiones, metas, ideas, de lado para disfrutar de un día común y corriente. Parece un experimento inocente pero evidencia el colapso del ser humano ante un sistema que solo busca exprimirlo pero no enaltecerlo o darle una sensación de logro, de haber cumplido con sus ideas. Ya nadie cumple nada porque nunca llegan a nada. Las cosas desaparecen y la memoria no ayuda a recordar porque queríamos algo o si en verdad lo queríamos en un principio.

 Y esto es con todo. Los gimnasios viven hoy en día llenos de personas que quieren quemar calorías, grasa. Quieren deshacerse de algo que son para convertirse en su ideal, en su meta. Pero quienes han llegado a esa meta de piernas torneada, bustos firmes, traseros duros y cuerpos marcados, se dan cuenta que necesitan más. No dejan de ir al gimnasio para seguir ejercitándose en casa. Argumentan que ya no seguirían el ritmo pero la verdad es que quieren más. Porque sienten que hay más cosas por mejorar y siempre las habrá.

 Además, si algo nos gusta a los seres humanos, es que nos digan que hacer. Muy pocos se quejan de las normas de la sociedad porque a la mayoría le gusta que le digan que hacer en vez de darse cuenta por ellos mismos. Así funcionan las campañas electorales. Le creemos a uno y nos dejamos convencer porque pensar y discernir es mucho trabajo. No. Mejor dejarle lo de pensar a otros y así es como perdura la sociedad, sin libertad verdadera.


 Nos ofendemos cuando nos dicen animales pero somos iguales, entrenados, amaestrados y dóciles en la mayoría. Incluso los que se rebelan, no saben como hacerlo, perdidos en un mar de objetivos ilusorios que atraen por su estabilidad y aparente importancia. Y la vida ya noes vida sino una continuación de eventos sin importancia que no llevan a nada. Solo unos pocos pueden decir que han vivido cuando todos deberíamos poder decirlo.

domingo, 25 de enero de 2015

Soñar cuesta mucho

   Lo más posible es que no haya manera de sentirse verdaderamente tranquilo en ningún lado, por completo. La vida jamás será una experiencia completa si lo que se busca es realizarse a través de sueños ajenos y no se persiguen los propios, por peligrosos, ridículos o insignificantes que sean. Y la verdad es que sí existen sueños tontos pero jamás para quien los sueña y, al fin al cabo, esa es la opinión más importante.

 Hay sueños grandes, difíciles de realizar y hay quienes adoran tener estos y toman como una aventura o un reto, el hecho de confrontar este tipo de duelo con el destino. Claro que el destino, como tal, es apenas una sombra o un humo sin cuerpo que flota siempre por delante nuestro. Su principal característica es ser siempre cambiante y, seguido, el resultado de nuestras elecciones conscientes. Está claro que hay factores externos que no se pueden prever pero todo se ajusta rápidamente en relación al ser humano.

 En todo caso, los sueños están para ser perseguidos. Se quiere ser astronauta o un músico o cantante famoso? Pues no hay más opción sino intentar. Como? Trazando el camino y yendo paso por paso. No todo el mundo tiene que hacer todos los pasos y hay veces que hay que repetir algunos o pasar por otros que nunca habían sido contemplados. En ese momento entra el factor llamado "paciencia". La gente seguido piensa que se trata todo de perseverancia pero eso no es verdad. Los ejemplos abundan para dejar en claro que no es necesario matarse en el trabajo sino hacerlo y esperar a ver que pasa.

 Esta ultima declaración puede ser un tanto molesta para algunos, más que todo para quienes hacen esos esfuerzos sobrehumanos para lograr algún tipo de ascenso o de consideración. Aunque sí es verdad que un esfuerzo especial es apreciado, la constancia siempre es más apreciada, sobretodo si se relaciona con paciencia y organización. Las personas solo premian el esfuerzo cuando el premio no vale tanto la pena y se trata de "contentar" a alguien por un tiempo hasta que olvide el esfuerzo que hizo. La clave: combinar cualidades, sean las que sean que tenga la persona (tu o usted).

 Todo el mundo tiene cualidades. Es decir, todo el mundo es bueno en algo pero no todo el mundo es bueno en algo que paga o vale la pena. Por ejemplo muchos narcotraficantes son muy buenos en lo que hacen pero esa no es una cualidad bien vista por la sociedad en general. Pero no se puede discutir que estos hombres y mujeres, y muchos otros en otras circunstancias, tienen cualidades así estas no sean de la clase que todo quisiéramos tener.

 El caso es saber para que se es bueno. Pintando, escribiendo, bailando, haciendo cálculos, organizando, limpiando, comiendo,… En fin, tantas cualidades que puede haber. Por eso es importante conocerse a si mismo, tarea que puede tomar muchos años o solo algunos meses, dependiendo de la complejidad de cada persona.

 Es innegable que hay cantidad de maneras de ser y de ver la vida. Por lo tanto, hay gente más simple que otra y eso no tiene nada de malo, es simplemente como son las cosas. Ser simple tiene muchas ventajas y una que otra desventaja: es una vida más alegre y menos preocupante aunque siempre poco trascendental. Una persona simple podrá sonreír con facilidad durante toda su vida. Una persona compleja, solo lo hará en determinadas ocasiones.

 Y esto que tiene que ver con los sueños, se preguntarán ustedes? Pues fácil: gente simple, sueños simples. Esa suele ser la regla aunque, claramente, siempre hay excepciones. La gente simple tiene sueños que son fáciles de realizar y que están a su alcance. De hecho, ahí recae la inteligencia de los personas sencillas: saben que deben plantearse retos que sean capaces de afrontar y no ponerse frente a cosas que saben que simplemente nunca van a lograr.

 La gente más compleja tiene sueños que, en muchas circunstancias, jamás serán realmente cumplidos. Por ejemplo, son ideas tan vagas y poco exactas que su realización no es tan factible como plantearse jugar futbol un buen día de sol en un parque. Una persona compleja se plantea retos que, en si mismos, contienen otros retos y pruebas difíciles lo que hace que el tiempo sea un factor de gran importancia para estas personas.

 Aunque siendo honestos, el tiempo es siempre importante, para todos. Al fin y al cabo somos seres humanos y eso quiere decir que tenemos una vida que tiene un final. Todos los sueños que tengamos toman y, a la vez, no toman en cuenta, el hecho de que todos tendremos que morir alguna vez. Otra cosa difícil es cuando queremos ser inmortales, imprimiendo nuestro ser en objetos o sueños corpóreos. Esto es realizable pero requiere tiempo, paciencia, y esfuerzo, todo al mismo tiempo. Y aún con todo eso, puede que no se realice. Vivimos en un mundo que se alimenta del pasado pero no de los pequeños elementos sino de los grandes e importantes.

 Ahora bien, antes hablábamos de sueños importante y sueños poco importantes. Por ejemplo, ir a comer a un restaurante de renombre puede ser un sueño. Es importante? Muy probablemente, no lo sea. Ya que las probabilidades de que algo así cambie una vida son bastante pocas. Pero poder realizar una línea de productos para el cabello y venderlos en tiendas, eso es un sueño importante, grande, porque involucra a más de una persona y porque tiene consecuencias serias sobre la persona que trata de lograr que ese sueño se convierta en realidad.

 Eso sí, repetimos, la importancia de cada sueño solo puede ser determinada seriamente por la persona que lo quiere realizar. Lo que los demás piensen es interesante pero de ninguna manera importante a la hora de realizar un sueño. Eso a menos que la persona en cuestión sea fácilmente sugestionada por los demás. En ese caso los sueños a realizar siempre serán los de otros y la persona vivirá una vida vacía.

 De hecho, y debemos confrontar esta realidad, la gran mayoría de los millones que vivimos en el mundo nunca veremos realizados nuestros grandes sueños. Porque? Por una pequeña palabra llamada “prioridades”. Digamos que nuestro gran sueño sea ser un arquitecto renombrado. Pero si además de realizar ese sueño tenemos que cuidar a nuestros hijos, a nuestros padres, cuidarnos de los demás, poner comida en la mesa, divertirnos, disfrutar y en fin, es muy probable que el tiempo no alcance para ser quienes siempre hemos querido ser.

 Y con esto entramos en el último punto y, ciertamente, el más importante. Los sueños están para ser realizados o para ser soñados, para tener metas? Es una gran duda del ser humano. Porque? Pues bien, porque no somos seres que vivan para siempre y al tener una vida finita, sabemos que hay cosas que jamás podremos realizar o ver realizadas. El hombre siempre ha querido explorar el espacio pero cuantos de nosotros veremos al hombre en Marte? Pocos de los que vivimos hoy, probablemente.

El problema es que hoy en día los sueños han sido idealizados. Son casi como un producto a la venta, como el software que uno compra para editar fotografías. Tiene el software pero eso no quiere decir que sepas como editar las fotografías. Eso se aprende por aparte, sea por uno mismo o de alguien más. Lo mismo sucede hoy en día con los sueños: cogemos los sueños que nos venden y tratamos de realizarlos para nosotros.

 Quiero ser esbelto, tener buen culo, tetas, pene y abdomen. Ese es un sueño que se le vende a todo el mundo hoy en día y muchos lo compran. Es su sueño propio? Muchos dirán que sí. Porque? Porque el ser humano se apena de su propia estupidez. Todos sabemos cuando estamos siendo ridículos o cuando estamos haciendo algo mal. Lo sentimos lo percibimos pero eso no quiere decir que nos detengamos. Acaso cuantos dejan de ir al gimnasio porque se dan cuenta de que eso simplemente no es lo que quieren para si mismos?


 El problema con los sueños es que los contaminamos con las mentiras que nos rodean y, peor, con las que nos decimos a nosotros mismos. Hoy en día todo es tan fácil y tan rápido que ya no nos molestamos en pensar. Los sueños se han prostituido pero podemos todavía anhelar, querer. Podemos desear todavía desde lo más profundo de nuestros corazones, aprendiendo a hablar con nosotros mismos. Hoy en día le reclamamos al mundo pero nos odiamos a nosotros mismos al crear ese mundo. La solución es sencilla. Al fin y al cabo, soñar cuesta pero no mucho.